Las Enfermedades Vasculares Y Los Calambres Nocturnos

Seguramente te ha ocurrido que una noche duermes tranquilamente y te despierta un dolor agudo en una de las dos piernas. Enseguida lo identificas: Es un calambre. Tal vez pasaste varios minutos intentando estirar la pierna hasta que lo lograste y sentiste alivio.  Si eres mujer y estuviste embarazada, tal vez te sucedió varias noches durante esos nueve meses.

Tal como mi amiga Johana, eres parte del 60 % de los adultos que ha sufrido calambres nocturnos en las piernas.  Johana me comentó que de vez en cuando la despertaba ese dolor agudo producto de un calambre.

Su preocupación era aclarar si la falta de irrigación y los problemas vasculares podrían estar vinculados a la aparición de calambres.

¿Qué es un calambre?

Un calambre es la contracción involuntaria y repentina de un músculo lo que le impide volver al punto de relajación.  Esas contracciones pueden durar desde unos pocos segundos hasta unos 15 minutos.

Incluso, puede persistir varias veces hasta que desaparece.  Si la contracción fue muy violenta o el músculo tardó tiempo en relajarse, es probable que el dolor permanezca.

Los calambres pueden afectar los músculos de manera diferente.  Por ejemplo, la contracción implica un grupo de músculos, uno solo o también una parte específica del músculo.  Puede haber varias causas que lo produzcan y casi todas fatigan el músculo y la función nerviosa.

Calambres en las piernas

Los calambres nocturnos en las piernas se pueden describir como espasmos, punzada, distensión, hinchazón o convulsiones musculares.  Generalmente afectan los músculos de la pantorrilla, aunque los músculos de los pies o los muslos también pueden sufrirlos.

Normalmente, duran un promedio de nueve minutos por episodio y el dolor que causan puede llegar a ser incapacitante.  A ese episodio agudo lo pueden seguir otros recurrentes.  Hay otro problema asociado con ese malestar: el insomnio secundario.

Cuando se repiten con cierta frecuencia, pueden causar incertidumbre sobre la causa que los produce, el poder realizar una evaluación diagnóstica apropiada y el tratamiento óptimo que requieren.  Es importante tener en cuenta que también los niños pueden padecerlos.  Aproximadamente un 7 % de los niños han reportado que sintieron un calambre alguna vez.

Le comenté a Johana que las mujeres son un poco más propensas a sufrirlo y la proporción de personas con calambres aumenta con la edad.  Le hice ver que, al buscar atención médica, está dentro del 20 % de las personas que sienten que los calambres son lo suficientemente molestos como para afectar su vida diaria.

¿Cómo se producen los calambres?

De acuerdo a estudios electromiográficos, al parecer los calambres en las piernas se originan en las neuronas motoras inferiores.  Al parecer se produce una descarga nerviosa involuntaria hiperactiva y de alta frecuencia.

En caso de adultos con calambres nocturnos en las piernas, puede haber muchas causas.  Por ejemplo enfermedades neurológicas, el consumo de ciertos medicamentos, enfermedades renales o hepáticas.

Sin embargo, Johana me preguntó específicamente por los problemas vasculares. Le respondí que sí.  Efectivamente la falta de irrigación sanguínea puede causar calambres nocturnos en las piernas, especialmente entre personas mayores.

De hecho, un estudio realizado en Utah, Estados Unidos, determinó que el 75 % de los calambres se debe a enfermedad vascular periférica.  La segunda y la tercera causa corresponden a hipocalcemia (63 %) y la enfermedad arterial coronaria (62 %).  Esta última también es un problema vascular.

¿De qué trata la enfermedad vascular periférica (EVP)?

Esta es una afección de los vasos sanguíneos que conduce al estrechamiento y endurecimiento de las arterias que irrigan las piernas y los pies.

A su vez, el estrechamiento de los vasos sanguíneos conduce a una disminución del flujo sanguíneo, que puede dañar los nervios y otros tejidos.  El endurecimiento de las arterias no es otra cosa que arterioesclerosis.

Esta arteriopatía sucede cuando se acumula placa o material graso en las paredes arteriales lo que produce que se endurezcan y estrechen.  La rigidez de las arterias no permite que se dilaten o ensanchen cuando aumenta el volumen sanguíneo.

Esto impide que los músculos de las piernas reciban suficiente sangre y oxígeno cuando realiza una actividad física.  Si la situación empeora, eventualmente las piernas no recibirán sangre y oxígeno incluso cuando se está en reposo.

Normalmente, ocurre en personas mayores de 50 años especialmente si tienen factores de riesgo.

Factores de riesgo de la enfermedad vascular periférica (EVP)

Hay condiciones relacionadas a estilo de vida y patologías que pueden incrementar el riesgo de padecer EVP.

• Hipertensión
• Cardiopatías.
• Colesterol alto.
• Hemodiálisis.
• Accidentes cerebros vasculares.
• Consumo de tabaco.

Síntomas de la enfermedad vascular periférica (EVP)

Además de los calambres nocturnos en las piernas, se pueden presentar otros síntomas característicos de esta enfermedad.

Algunos pueden ser incomodidad en las pantorrillas y muslos además de dolor, incomodidad y fatiga en los pies.  Estos síntomas generalmente aparecen al caminar o hacer ejercicio y desaparecen después de varios minutos de descanso.

Cuando inicia la EVP, lo primeros síntomas aparecen solo cuando se hacen esfuerzos como caminar distancias largas, cuestas o más rápido.  En la medida en que se agrava, los malestares se producen con cada vez menos esfuerzo.

Posteriormente, los pies y piernas  se entumecen durante el reposo, sentirse frías y verse pálidas.  También los calambres musculares se hacen más frecuentes.

Al empeorar la EVP, se produce impotencia, hormigueo en los pies o los dedos y las heridas no sanan.  También la piel se torna oscura y azul. El dolor puede empeorar al punto que el peso de la ropa o las sábanas es doloroso.

El dolor puede molestar más cuando se levantan las piernas y mejorar cuando se cuelgan sobre el costado de la cama.  Una historia y un examen físico suelen ser suficientes para determinar si los calambres nocturnos, son por EVP u otra afección.

Por ejemplo, el síndrome de piernas inquietas, la miositis y la neuropatía periférica.  Al conversar con Johana sobre esta enfermedad, le hice ver la necesidad de prestar atención a los calambres nocturnos.

Especialmente si se producen con mucha frecuencia. Además, debe prestar atención a otros síntomas para hablar con su médico.

Tratamiento de los calambres nocturnos

Aunque los problemas vasculares tienen su propio tratamiento, quizá sea necesario ofrecer una terapia a los calambres nocturnos.  Para disminuirlos o minimizar su impacto, son útiles los ejercicios y estiramientos.

Algunos médicos recomiendan suplementos con magnesio, medicamentos bloqueadores de calcio y vitamina B12.

¿Cuándo acudir al médico?

En la mayoría de los casos, los calambres nocturnos son eventos esporádicos que no afectan la vida de las personas.

Por ejemplo, la fatiga muscular después de ciertos ejercicios podría ser la causa. Al descansar el músculo el calambre no repite.  Sin embargo, hay casos en los que hay que acudir al médico.

Es necesario que busques atención médica, de forma inmediata si tienes calambres severos y persisten en el tiempo. De igual manera, si estos calambres nocturnos se producen después de que tuviste exposición a sustancias tóxicas como el plomo.

También debes comentar a tu médico si tienes problemas para funcionar de día porque los calambres interrumpen tu sueño.

¿Qué puedes hacer para evitar sentirlos

Es importante aclarar que estas recomendaciones no sustituyen acudir a tu médico para que determine qué causa tus calambres.

Pero hay medidas que puedes tomar, de forma personal, para evitar que ocurran o para disminuir su impacto.  Una de las primeras es evitar la deshidratación. Bebe muchos líquidos y consume frutas jugosas y vegetales.

Estira los músculos de las piernas o, si tienes una bicicleta estacionaria, ejercítate por pocos minutos suavemente, antes de ir a la cama.

¿Qué hacer si te despierta un calambre?

• Cuando sufras el calambre, intenta estirar la pierna y flexionar el pie hacia arriba.  Si duermes en pareja, pídele que, en el caso de que se despierte, te ayude estirando la pierna y doblando tu pie.  Luego, masajea el músculo agarrotado con las manos y algo tibio.
• Camina un poco o mueve la pierna. Date un baño o una ducha con agua caliente.  En caso de calambres por problemas vasculares, es más importante prevenir la enfermedad vascular periférica.
• Si cuidas tu salud, los calambres serán algo esporádico en tu vida.  Ten una vida activa, acude al médico para exámenes regulares y sigue una alimentación saludable para tu corazón.
• Si fumas, abandónalo. Consulta con tu especialista y grupos de apoyo para saber qué programas y productos pueden ayudarte.
• En el caso de que tengas sobrepeso y obesidad, también habla con tu médico para seguir un programa para volver a un peso saludable.

Los cambios en tu estilo de vida pueden reducir el riesgo de padecer la enfermedad vascular periférica.

Además, estos mismos cambios contribuirán para protegerte contra otras afecciones coronarias, la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto.

La prevención es la manera más importante de mantenerte saludable.  Cuida tu cuerpo y gozarás de una excelente calidad de vida.

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