El Estigma Del Peso Y Su Impacto En La Salud

Cómo el estigma del peso afecta la salud física

El estigma del peso es el rechazo social y la devaluación de las personas, tomando en cuenta normas imperantes de peso y forma corporal. Este es un fenómeno muy extendido, que podría considerarse un fenómeno de salud pública. 

Por ello, es importante conocer en profundidad cuáles podrían ser sus impactos sobre la salud.

De este tema, que afecta a un elevado porcentaje de la población, les voy a hablar a solicitud de Emily. Ella es una seguidora de Washington, madre de familia, actualmente jubilada. Para Emily, es muy importante el estado de salud de su familia.

No obstante, no siempre es posible tener todo bajo control, sobre todo en el caso de los hijos. Emily me comentaba que su hija mayor se divorció hace aproximadamente un par de años.

Esto fue una situación muy agobiante para su hija, y desde entonces el estrés le llevó a modificar su dieta, ocasionando su sobrepeso actual. Este hecho, marcó negativamente su desempeño profesional, sintiéndose relegada y rechazada por su nuevo aspecto.

Ella visitó diversos médicos y se limitaban a sugerirle que rebajara y realizara ejercicio físico. Sin embargo, no comprendía la situación de rechazo que su hija estaba atravesando.

Por esta razón, Emily decidió consultar mi opinión acerca de este hecho y conocer un poco más como el rechazo social a causa de la obesidad afecta a las personas.

Al contactarla le destaqué, que en el caso de su hija habría una ventaja porque su trastorno fue ocasionado por factores estresantes, y no por su metabolismo.

Así, a fin de entregarle una mayor cantidad de elementos acerca del estigma del peso, le envié información acerca de por qué ocurre dicho efecto negativo, y cómo impacta la salud.

Al considerar que la estigmatización afecta a muchas personas obesas, decidí compartir esta información en mi página.

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El sobrepeso en nuestra sociedad actual  

Según los expertos, la obesidad es una enfermedad crónica prevalente, compleja, progresiva y recidivante. Se caracteriza por una acumulación anormal o excesiva de grasa. Dicho efecto negativo puede aumentar el riesgo de diversas enfermedades no transmisibles.

Entre ellas podemos señalar, la diabetes tipo 2, cardiopatías, apnea del sueño, depresión, artrosis y ciertos tipos de cáncer. Incluso, la obesidad también puede afectar a la calidad de vida, como la movilidad, el sueño y la reproducción.

Se ha determinado, que la obesidad está causada por una combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales.

Todos ellos poseen una marcada influencia sobre el equilibrio energético. Una forma de valorar la obesidad es mediante el índice de masa corporal (IMC), que es la relación entre el peso y la altura elevada al cuadrado.

Un IMC igual o superior a 30, indica la presencia de obesidad en adultos. Sin embargo, el IMC puede no reflejar con exactitud la grasa corporal en algunas poblaciones, como los atletas o los adultos mayores.

Por ello, es importante emplear además otras medidas, como el perímetro de la cintura o el porcentaje de grasa corporal, para complementar el IMC.

Debemos señalar, que algunas personas aparte de poseer cierta predisposición genética, incrementan su peso, a consecuencia del estrés. El estrés, es un detonante de ciertas hormonas que secreta nuestro organismo frente a ciertas condiciones.

Una de ellas es el cortisol, considerada esencial para la supervivencia. Sin embargo, sus niveles elevados acarrean algunas consecuencias negativas, como el incremento de la grasa abdominal.

Esto complica aún más la situación, porque la grasa abdominal también libera cortisol, pudiendo generar un ciclo de estrés crónico.

Una forma de enfrentarlo es empleando STRESS, ANSIEDAD DEPRESIÓN KIT, con diversas fórmulas naturales que pueden apoyar a la salud neurológica.

Generalidades acerca de la estigmatización por el peso

La estigmatización por el peso es el sesgo, prejuicio y discriminación a los que se enfrentan las personas con sobrepeso u obesidad debido a su tamaño corporal.

Este es un problema generalizado y omnipresente que afecta a personas de todas las edades, sexos y etnias. La estigmatización por el peso puede producirse en diversos entornos, como la escuela, lugar de trabajo, centros sanitarios, medios de comunicación y relaciones interpersonales.

Según estudios recientes, la estigmatización del peso es frecuente entre los jóvenes con sobrepeso u obesidad. Ellos muy a menudo sufren burlas y acoso por parte de sus compañeros, familiares, profesores e incluso profesionales sanitarios.

Estas experiencias pueden tener consecuencias negativas para su salud psicológica y física. Entre ellas podemos señalar la baja autoestima, depresión, ansiedad, trastornos alimentarios y bajo rendimiento académico.

Asimismo, puede acarrear la reducción de la actividad física, evitación de la atención sanitaria e incremento de peso.

La estigmatización por el peso también es común en adultos con sobrepeso u obesidad. Ello les ocasiona discriminación en el empleo, educación, ingresos y relaciones románticas. Incluso, los estudios revelan que el 89% de los pacientes recibieron comentarios inapropiados de los médicos sobre su peso corporal.

Otro estudio descubrió que en el 10% de las historias clínicas de los pacientes se describían los efectos nocivos de la obesidad sobre la belleza y las relaciones.

La estigmatización del peso también puede afectar a la salud mental y física de los adultos, provocando un aumento del estrés, una menor calidad de vida, enfermedades crónicas y mortalidad.

La estigmatización por el peso es un grave problema social y de salud pública. Por ello, debe abordarse mediante la sensibilización, lucha contra los estereotipos, fomento de una comunicación respetuosa y aplicación de políticas antidiscriminatorias.

La estigmatización de las personas obesas y con sobrepeso

Es importante recalcar, que quienes poseen un cuerpo más corpulento se enfrentan a la estigmatización, discriminación y prejuicios. Ello suele afectar muchos aspectos de su vida. Vale destacar, que la sociedad suele juzgarlas negativamente, excluirlas de las oportunidades y culparlas por su peso.

Ello se debe a que no se ajustan al estándar de belleza dominante o al tipo de cuerpo ideal. Estos paradigmas han sido construidos por la sociedad e influenciados por los medios de comunicación, la cultura y la historia.

Las causas de por qué ocurre esto, es compleja y polifacética, pero algunos posibles factores son:

  • Medicalización de la obesidad y la suposición de que el peso es un indicador fiable de salud y bienestar.
  • Moralización de la comida y hábitos alimentarios, pensando que el peso es consecuencia de la irresponsabilidad y falta de autocontrol.
  • Mercantilización de la belleza y la presión para consumir productos y servicios que prometen mejorar la apariencia y el atractivo.
  • Interiorización de los prejuicios sobre el peso y la tendencia a adoptar actitudes negativas y estereotipos sobre uno mismo y los demás basados en el tamaño corporal.

Efectos de la estigmatización del peso sobre la salud

El estigma de la obesidad es el resultado de los prejuicios sobre el peso. Ellos son inculcados por las ideologías negativas asociadas a la obesidad. Entre ellas destacan, la pereza, falta de fuerza de voluntad, carácter moral y atractivo. Además, se asocia a una mala higiene y bajo nivel de inteligencia.

En los últimos años, se incrementó la obesidad, así como el estigma de la obesidad. Ello posiblemente se deba al efecto de los ideales socioculturales, que vinculan la delgadez a valores estadounidenses fundamentales. Entre ellos, el trabajo duro e individualismo.

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El estigma de la obesidad no previene la obesidad. Más bien, debe ser considerada una forma de opresión e injusticia. Por ello, debe abordarse por múltiples partes interesadas incluyendo los principales responsables de la toma de decisiones de la sociedad.

Para reducir el estigma de la obesidad, tenemos que disipar los mitos sobre la responsabilidad personal por el peso corporal y fomentar una mayor empatía hacia las personas con cuerpos más grandes.

También debemos aplicar políticas e intervenciones dirigidas a los factores sociales y medioambientales que influyen en la salud, como los sistemas alimentarios, diseño urbano, educación y medios de comunicación.

De acuerdo a los especialistas, el estigma de la obesidad posee consecuencias perjudiciales para la salud física y mental. Principalmente sobre las personas que padecen obesidad. Algunos de los efectos del estigma de la obesidad son:

  • Baja autoestima e imagen corporal negativa.
  • Depresión y ansiedad.
  • Rechazo por parte de compañeros y familiares.
  • Mala calidad de las relaciones personales.
  • Menor salario en el trabajo y menos ascensos.
  • Alimentación desordenada, disminución de la actividad física, evitación de la atención sanitaria y mayor aumento de peso.
  • Incremento del riesgo de padecer enfermedades crónicas como diabetes, cardiopatías y algunos tipos de cáncer.
  • Mayor riesgo de mortalidad.

¿Qué se está haciendo en la actualidad para abordar el estigma del peso?

El estigma de la obesidad puede tener efectos perjudiciales en la salud física y mental de las personas con obesidad. Ello implica una menor autoestima, depresión, ansiedad, trastornos alimentarios y una menor calidad de vida.

Asimismo, puede crear barreras para la prevención y el tratamiento eficaz de la obesidad. Entre ellas, evitar la atención sanitaria, recibir una atención inadecuada o experimentar una menor adherencia a las intervenciones.

Por ello, es fundamental abordar el estigma de la obesidad y promover un entorno respetuoso y de apoyo para las personas con obesidad.

Algunas de las iniciativas internacionales más importantes para abordar el problema del estigma de la obesidad son:

Organización Mundial de la Salud (OMS)

Desde la década de 1990, esta organización sensibiliza y orienta sobre la obesidad como enfermedad, sus causas, consecuencias y soluciones.

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La OMS también ha lanzado campañas para reducir el consumo de alimentos y bebidas poco saludables, aumentar la actividad física y eliminar las grasas trans de producción industrial.

De acuerdo a los organismos con competencia, la obesidad puede prevenirse y controlarse adoptando un estilo de vida saludable. Ello debe incluir actividad física regular, dieta equilibrada, sueño adecuado y control del estrés.

La obesidad también puede tratarse con intervenciones farmacológicas o quirúrgicas en algunos casos, dependiendo de la gravedad y las comorbilidades de la enfermedad. Sin embargo, estas opciones pueden tener efectos secundarios o complicaciones y requieren supervisión médica.

Federación Mundial de Obesidad (WOF)

Esta iniciativa ha desarrollado un marco político para reconocer la obesidad como enfermedad crónica. Además, aboga por reducir el estigma del peso en la atención sanitaria, educación, medios de comunicación y las políticas públicas.

La WOF también organiza anualmente el Día Mundial de la Obesidad para interceder por una acción mundial contra la obesidad.

Coalición Internacional para las Personas que Viven con Obesidad (ICPO)

Esta iniciativa está constituida por una red de organizaciones y particulares. Básicamente, su objetivo es empoderar a las personas obesas y acabar con el estigma y la discriminación por el peso.

La ICPO ha publicado una declaración conjunta de consenso internacional para acabar con el estigma de la obesidad, que ofrece recomendaciones para que las distintas partes interesadas adopten un enfoque de la obesidad basado en los derechos humanos.

Comisión Lancet sobre la Obesidad

Integrada por un grupo de expertos, tuvo la responsabilidad de elaborar un informe exhaustivo sobre la sindemia mundial de obesidad, desnutrición y cambio climático. Este informe reclama un replanteamiento radical del sistema alimentario y propone medidas para atajar las causas profundas de la sindemia.

Según los especialistas, una sindemia es una sinergia de epidemias que ocurren simultáneamente. En este caso destacan la obesidad, desnutrición y cambio climático, que ocurren de forma simultánea en el tiempo.

Estos son algunos ejemplos de cómo diferentes sectores y actores pueden colaborar para hacer frente al estigma de la obesidad y su impacto en la salud.

No obstante, se necesitan más investigaciones y evaluaciones para identificar y validar las estrategias más eficaces. Ello podría coadyuvar a reducir los prejuicios sobre el peso, y el estigma de la obesidad en diferentes contextos y poblaciones.

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Concluyendo

Según lo mostrado, la obesidad es una enfermedad compleja y multifactorial. Sin embargo, muchas personas siguen creyendo que la obesidad está causada por la falta de fuerza de voluntad y de responsabilidad personal. Ello ocasiona que se estigmatice y discrimine a quienes tienen exceso de peso.

Este efecto, puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental de las personas con obesidad. Además, podría coartar las oportunidades sociales y económicas. Por ejemplo, el estigma del peso puede disminuir la autoestima y la imagen corporal.

Asimismo, podría incrementar la depresión y la ansiedad, reducir el apoyo social y las relaciones interpersonales, aparte de perjudicar el rendimiento laboral y los ingresos.

Todo ello podría generar comportamientos alimentarios poco saludables, incluyendo evitar el ejercicio. Esta equivocada ecuación puede empeorar la salud metabólica, y los resultados del peso.

Por ello es importante cuestionar los mitos y estereotipos sobre la obesidad, y promover un enfoque más compasivo y basado en la evidencia para tratar esta afección.

Por ello, es importante abordar los prejuicios sobre el peso en los entornos sanitarios, medios de comunicación, empresas e instituciones educativas.

También se hace necesario capacitar a las personas con obesidad para hacer frente al estigma, y defender sus derechos. Incluso, se deben impulsar y aplicar políticas que protejan contra la discriminación por el peso.    

Ello evitaría en quienes son discriminados, una alimentación excesiva y desordenada, dificultad para mantener un peso moderado, depresión y ansiedad.

Para Emily la información recibida, la cual comparto en el post, fue de mucha ayuda. De hecho, su hija logró percibir en carne propia la magnitud del problema de la estigmatización.

Por ello, decidió sobreponerse al estrés, decidió comer sanamente y volver a realizar ejercicio. Ello le permitió, además de perder peso, comprender a fondo el efecto de la estigmatización.

“El estigma de la obesidad no previene la obesidad. Se requiere un esfuerzo combinado, concertado y sostenido de múltiples partes interesadas y de los principales responsables de la toma de decisiones en la sociedad para disipar los mitos en torno a la responsabilidad personal por el peso corporal y fomentar una mayor empatía hacia las personas que viven con cuerpos más grandes.”.
Susannah Westbury
Monash University, Melbourne, VIC Australia

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