Hoy en día, estamos más conscientes de lo que ocurre en nuestro organismo a causa de los desequilibrios calóricos. Se sabe, que ellos provocan ciertas condiciones que propician la acumulación de grasa en nuestro organismo. Está muy bien comprobado, que si se da al cuerpo más energía de la que consume, se propicia una inestabilidad metabólica. Dicho desajuste, conlleva a la acumulación de grasa excesiva en el tejido adiposo y consecuencialmente a un aumento de peso.
Cada vez más, surgen mayores preocupaciones por parte de entes gubernamentales y científicos, relacionados con la cantidad de azúcar agregado en alimentos y bebidas. Está muy bien comprobado, que sus aportes son solo calóricos, sin ningún contenido nutricional, propiciando así la obesidad. Desafortunadamente, los alimentos y bebidas con azúcar añadido, son muy aceptados, debido a una preferencia innata del ser humano. Se tiene establecido que un alto porcentaje de la población, tiene predilección por los sabores dulces.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha pedido restricciones a las bebidas azucaradas, incluyendo el pago de impuestos. Existen países como Noruega, que desde el año 1922, aplica impuestos a los productos realizados con azúcares refinados. Sin embargo, estas alzas, lejos de desincentivar su consumo, hicieron que se elevará un 83%, en el lapso 2018-2019. Incluso, se afirma, que la tasa de obesidad en Noruega, a pesar del impuesto, ha experimentado aumentos constantes, cada año.
De este tema tan controversial, compartiré ciertas ideas. Las mismas son inspiradas por una amiga, que trabaja en el sector salud y quiso conocer mi punto de vista como especialista en Medicina Integral, Naturopatía y Nutrición. Honrando su solicitud, realicé ciertas investigaciones y elaboré para ella un escrito, acerca de este tema tan apasionante. Con muchos elementos extraídos de este documento, elaboré un sencillo artículo para compartirlo aquí en mi blog.
¿Son los impuestos la salida para desincentivar el consumo de azúcar?
A finales del año pasado, la OMS volvió a plantear la idea de subir en un 20% el precio de las bebidas azucaradas. Esto, de cara a reducir la obesidad, la diabetes, enfermedades no transmisibles y asegurar una mejor salud bucodental. De esta forma, estaría transitando una vía que posiblemente favorezca una reducción en su consumo.
Esta misma propuesta, fue realizada hace tres años, pero no fue aceptada. El año pasado, se publicó un artículo muy interesante, en la revista Science. El mismo recoge las impresiones de un equipo científico conformado por representantes de diversas universidades estadounidenses. Entre ellas: Universidad de Nueva York, Harvard, Universidad de Pensilvania y la Universidad de California-Berkeley. El equipo de científicos, coincidió en que la idea de gravar con impuestos a los alimentos, contentivos de azúcar, es una buena idea.
Sin embargo, su sugerencia va un poco más allá. Planteando, que lo ideal sería que el impuesto estuviese relacionado con la cantidad de azúcar que contienen. Y no, con el volumen que poseen los envases donde se comercializan dichas bebidas
Actualmente más de treinta países a nivel mundial, así como siete ciudades en los Estados Unidos, han establecido impuestos especiales. Sin embargo, dicho impuesto solo considera el volumen que ocupa el producto y no la cantidad de azúcar contenida en el mismo. De acuerdo al equipo de científicos del informe, el impuesto a cobrar, debería ser proporcional al daño causado, basándose en una premisa económica elemental.
Realmente no es un camino fácil. Desde el año 2003 la OMS, no ha dejado de levantar su voz a los fines de lograr una reducción en el consumo de azúcar. Esto lo ha realizado, de la mano de diversos gremios como el de la Federación Dental Internacional.
¿Paralelismo entre tabaco y azúcar?
No es nada fácil, estar en los zapatos de quienes formulan las políticas internacionales o las de los estados particulares. Se han tratado de ubicar muchas formas, a través de las cuales, abordar la tendencia creciente hacia la obesidad. Se han realizado algunas campañas, a través de mensajes que invitan a una: “alimentación saludable” o “equilibrio energético”. Pero, es muy importante considerar, que el cambio real exige que las personas modifiquen por completo muchos hábitos arraigados. Entre ellos los de alimentación y estilo de vida.
Dicho de otra forma, los diversos esfuerzos que se realizan en pro de una alimentación saludable, enfrentan ciertas dificultades. Entre ellas destacan, la fuerte competencia de los mecanismos primarios de control del apetito en el cerebro y la fuerza del hábito dietético. Por ello, a veces parecen vanos los esfuerzos que se realizan para evitar las graves consecuencias sobre la salud por parte del tabaco. Pues, una gran cantidad de personas continúa fumando.
El año 2014, un destacado académico, recibió unas duras palabras de parte del ex secretario de Salud de Inglaterra. Su nombre es Simon Capewell experto en epidemiología de la Universidad de Liverpool, quien llevaba adelante una campaña dirigida a reducir el consumo de azúcar en la dieta.
En una de sus presentaciones afirmó que, gracias al azúcar, se estaba propiciando una epidemia de obesidad en Gran Bretaña. Y dijo que el azúcar es el nuevo tabaco. Sobre todo, pensando que la obesidad y la diabetes le estaban costando 5 mil millones de libras al año. Pudiendo superar los 50 mil millones para 2050, de no tomar adecuadas medidas regulatorias. Al ex secretario de salud, Andrew Lansley, le pareció que la analogía utilizada por el académico era inexacta, argumentando que recortar el azúcar no sería aceptado por las personas.
¿Es descabellado comparar el tabaco y el azúcar?
La respuesta, es un contundente no. Algunas personas dirán que el tabaco, en especial la nicotina que contiene produce adicción, más no el azúcar. Pues debo decir que se han realizado ciertos estudios que sugieren que el azúcar puede causar adicción.
De acuerdo a un estudio reciente, realizado en la Universidad de Harvard, se logró demostrar algo muy interesante. Así se puede saber ahora, que el cuerpo humano posee reacciones diferentes frente al tipo de caloría ingerida. Y también, que los alimentos que incrementan la glucosa en la sangre, son biológicamente adictivos. Este estudio clínico, consideró la participación de hombres con obesidad y sobrepeso, con edades entre los 18 y 35 años. Así, mediante la administración de batidos energéticos, con diferente índice glucémico, se logró determinar que el azúcar es adictivo.
Esto incluso se corroboró, con mediciones en sangre de insulina, así como la actividad del núcleo accumbens, mediante neuroimágenes. Dicho núcleo, ubicado en el centro del cerebro, ha sido considerado desde hace mucho tiempo como un elemento clave para la activación locomotora.
Se sabe además, que posee un rol importante en las acciones de refuerzo de los psicoestimulantes y ciertas drogas. Se visualizó que el núcleo accumbens registró un aumento en los niveles de dopamina. Está muy bien estudiado, que este neurotransmisor, está correlacionado con el sistema de recompensa del cuerpo. Por ello, se puede inferir, que la adicción al azúcar podría considerarse una enfermedad y no solamente una afección.
¿Te consideras adicto al azúcar?
Al estar sometidos a una dependencia emocional o psicológica por alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar, se deben marcar las alertas. Este tipo de azúcar, se denomina azúcar añadido y forma parte de muchos alimentos. Algunos estudios, han permitido establecer que el 75% de los estadounidenses ingieren demasiada azúcar. Se ha observado, que quienes recurren al azúcar, como una forma de suavizar los problemas emocionales, presentan mayor probabilidad de adicción. Aparte de ello, existen otros indicios de adicción al azúcar, como el incremento de peso y la dificultad para enfocarse en las actividades cotidianas.
Estos factores, poseen un efecto negativo sobre la autoestima, llevando muchas veces al distanciamiento social. Ello, puede tener una repercusión negativa, a veces sostenida, causando sentimientos de impotencia, pudiendo desencadenar un mayor consumo de azúcar. De esta forma, el azúcar puede generar un nivel de satisfacción instantáneo. Por lo cual algunas personas lo comparan con el ingreso de la nicotina o de otros elementos con efectos drogadictivos.
Aparte de ello, muchas personas que suelen presentar síntomas de cansancio, buscan solventar este problema, mediante la ingesta de azúcar. Se sabe, que esta cantidad de azúcar consumida, genera endorfinas, las cuales, al combinarse con otras sustancias corporales, se traduce en aumentos de energía. Es peligroso crear hábito con el azúcar, como un aliado para la obtención de energía. Debido, a que se corre el riesgo de volverse dependiente de ella, prácticamente sin percatarse de esta situación.
¿Existen países que han logrado implementar impuestos para gravar el azúcar?
Esta respuesta es positiva. Y esto me da aliento, para continuar apoyando la salud de muchas personas alrededor del mundo. Existen unos cuantos países, que han logrado mostrar que si es posible tener éxito en la implementación de impuestos en alimentos y bebidas azucaradas. Para efectos de darl una satisfacción, como consumidores inteligentes, voy a mencionar algunos casos que considero importantes.
1. Reino Unido
A partir de 2018, se inició en el Reino Unido, una política de impuesto a las bebidas azucaradas. La misma, tuvo la finalidad de reducir el consumo de azúcar entre los más jóvenes. Además de ello, minimizar la obesidad infantil, observándose que la misma, había sido irrefrenable.
La medida fue muy bien acogida por más de la mitad de los fabricantes a excepción de los más grandes como Pepsi y Coca-Cola, quienes no modificaron la composición de sus bebidas. El impuesto consistió en gravar con ocho peniques por litro, las bebidas contentivas de 5 a 8 gramos de azúcar en cada 100 mililitros (ml).
Por otra parte, gravar con veinticuatro peniques por litro, para las bebidas con más de 8 gramos de azúcar por cada 100 ml. Este impuesto, será empleado en la financiación de programas deportivos infantiles, además de la distribución de desayunos en las escuelas. Se acordó no gravar los zumos de fruta 100% natural, así como bebidas contentivas de leche.
2. Estados Unidos
Existen treinta y tres estados que han venido trabajando en la aplicación de esta medida, en apoyo a la salud. En la actualidad, destacan algunos donde se han implementado tales medidas. Dentro de ellos se mencionan: Missouri, con una tasa aproximada del 1,23%, además de New Jersey, Indiana, Mississippi y Rhode Island, con una tasa del 7 %.
El año 2016 en Filadelfia, se aprobó un impuesto a las bebidas contentivas de azúcar y a las endulzadas artificialmente. Es importante destacar, que existen tres estados que desde hace décadas gravan las bebidas azucaradas. Ellos son: Virginia, Virginia Occidental y Tennessee.
Se sabe que los impuestos recibidos por este concepto, se emplean con fines diversos. Entre ellos destacan, la construcción de una escuela de medicina (Virginia Occidental) o la creación de programas de recolección de desechos sólidos y reciclaje (Virginia y Tennessee).
3. Chile
En este país, se aplicó un impuesto del 18 % a las bebidas azucaradas con un contenido de azúcar superior a 6,25 g de azúcar por 100 ml. Desde el año 2014, hasta ahora se han logrado disminuciones, hasta del 21,6% en el consumo de bebidas azucaradas. De hecho, esto está documentada a nivel de estudios realizados por la Universidad de Chile. Este estudio destaca, que esta reducción, se debe en gran parte, al impuesto especial puesto en vigencia. Se incluyó en este gravamen, a todas las bebidas azucaradas no alcohólicas con edulcorantes añadidos, tales como bebidas energéticas y aguas saborizadas. A efectos de ley, todas las bebidas azucaradas que posean menos de 6,25 g de azúcar por 100 ml serán gravadas con un 10%.
4. México
De acuerdo a las leyes actuales, se gravan en este país todas las bebidas con azúcar añadido, excluyendo la leche y el yogur. Cuando se realizó una primera evaluación de precios, se encontró que en las bebidas azucaradas, sufrió una escalada del 10%. Esto estuvo asociado a una reducción en el consumo del 6%.
Se ha determinado, que las ventas de agua embotellada subieron un 4%. Aparte de esto, se gravan también alimentos altamente calóricos como productos derivados de cacao, chocolate y confites. Aquí se incluyen aquellos, que aportan de 275 calorías en adelante por cada 100 gramos de producto.
Para diciembre de 2014, se observó una disminución de las ventas de bebidas gaseosas, cercana al 12%. Esto, comparado con las ventas realizadas en diciembre del año anterior. Se determinó, además, que la disminución de las ventas, en la población de menor poder adquisitivo, fue del 17%.
Concluyendo
Es importante tomar en cuenta, que la adicción al azúcar es más fácil de detectar que otros trastornos causados por otro tipo de sustancias. Un signo inequívoco, es el consumo compulsivo de productos con altos contenidos de azúcar. Suelen a veces mencionar, que emplean el azúcar para obtener energía o bien para desestresarse por alguna situación emocional.
Es importante visualizar si alguien cercano, esta utilizando los alimentos como una forma de suavizar ciertas condiciones emocionales o alguna depresión o sentimiento de culpa.
El azúcar, se puede decir, que es el tabaco del siglo XXI, sobre todo, porque a pesar de que sus efectos, posiblemente son más lentos que los del tabaco, pueden ser letales.
Sus efectos se asocian con ciertas hormonas, que ayudan a equilibrar la irritabilidad y los bajones emocionales. Un ejemplo palpable, se tiene en la generación de endorfinas, que dispara la glucosa, lo cual, se equipara un poco al efecto que ejerce la nicotina a nivel cerebral. Incluso, se ha observado, que el estrés vinculado al placer de comer, es un claro ejemplo de la relación que existe entre la ingesta de azúcar y la ansiedad.
Es importante destacar, que las luchas se libran con procesos inteligentes. Si hay esperanza para la lucha en contra de los estragos del azúcar en la salud. Mi colega, se sintió muy alegre, por descubrir, que muchas iniciativas para combatir la obesidad, la diabetes y la caries dental, son posibles de lograr. De hecho, ella estaría de acuerdo en que el impuesto a las bebidas azucaradas, debiera formar parte de un conjunto de políticas e intervenciones globales, donde por cierto no descartaría la consulta a los consumidores, incluyendo diversas organizaciones locales de la sociedad civil.
“El azúcar es una droga. El azúcar activa los mismos mecanismos biológicos que son activados por la cocaína y otras drogas.”
Dr. Frank Lipman
Si te ha gustado este artículo y tienes un interés sincero en aprender cómo puedes vivir más sano, me gustaría regalarte una copia de mi último libro #Yo Puedo con la Dra. Cocó.
Sí la página te da un mensaje de error es porque no has entrado la dirección bien. Vuélvelo a intentar, asegurando no haber dejado ningún espacio antes, después o entre las letras de tu dirección.
https://citywireasia.com/news/sugar-is-the-new-tobacco-says-robeco-expert/a1018648
http://productivityliving.com/sugar-new-tobacco-21st-century/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5690349/
https://www.who.int/bulletin/volumes/92/2/13-120543/en/
https://www.liverpoolecho.co.uk/news/liverpool-news/liverpool-professor-simon-capewell