El gusto es uno de los cinco sentidos especiales que nos ayudan a interactuar con el mundo. Gracias a este sentido, podemos detectar y disfrutar los distintos sabores de alimentos y bebidas.
No obstante, existen ciertos desequilibrios que ocasionan la distorsión de los sabores, desmejorando la importante cualidad de ese sentido.
De allí la importancia de conocer más a fondo acerca de este trastorno, y algunas medidas naturales para combatirlo.
De este tema, que afecta un 17% de la población estadounidense en algún momento de su vida, les voy a hablar a solicitud de Amber, una seguidora de Arizona. Ella es una madre de familia a tiempo completo, con dos hijos adolescentes.
Su esposo trabaja desde muy joven en una carpintería que era de su padre y él continuó con sus hermanos. Amber me comentó, que este trabajo para su esposo constituye un homenaje al esfuerzo de su padre.
Amber está feliz de que su esposo se sienta a gusto en su oficio. Sin embargo, desde hace unos meses, él comenzó a experimentar algunos inconvenientes de salud. Este efecto, a nivel respiratorio, comenzó a raíz del empleo de unos químicos nuevos, que tuvieron que emplear en la carpintería.
Ella me comentó, que incluso en ocasiones experimentaba sabores extraños en su boca y los alimentos le sabían mal.
Al acudir al médico especialista le diagnosticaron disgeusia ocasionada por productos químicos. Él dejó de exponerse a ellos y mejoró mucho, aunque ocasionalmente siente sabores extraños en su boca, y precisamente por ello, Amber me contactó.
Ella quería básicamente algunas recomendaciones naturales para combatir este desequilibrio. Para responder su solicitud, le envié información sobre las causas y tratamientos naturales para este trastorno.
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A fin de dar a conocer acerca de esta anomalía, consideré conveniente compartir esta información en mi página.
Generalidades acerca del sentido del gusto
El sentido del gusto es uno de los cinco sentidos principales que el ser humano utiliza para percibir el mundo y la calidad de los alimentos y las bebidas. El gusto está mediado por células sensoriales especializadas, denominadas papilas gustativas. Ellas están situadas en la lengua y otras partes de la cavidad oral.
Las papilas gustativas pueden detectar cinco sabores básicos: ácido, dulce, salado, amargo y umami (sabroso). Estos sabores son provocados por diferentes moléculas o iones que se unen a receptores específicos de las papilas gustativas.
Por ejemplo, lo ácido lo provocan los iones de hidrógeno, lo dulce los carbohidratos y lo umami el glutamato. Algunos científicos también sugieren que puede haber otros sabores, como la grasa y la carbonatación, que tienen sus propios receptores o mecanismos.
En el sabor no solo influye la composición química de los alimentos y las bebidas, sino también otros factores. Entre ellos destacan, el olor, textura, temperatura y las expectativas.
De acuerdo a la ciencia, nuestro cerebro integra información procedente de distintas modalidades sensoriales, creando una compleja percepción del sabor.
El gusto también desempeña un papel importante en la elección de alimentos, preferencias y comportamiento hedónico. Ello nos ayuda a identificar alimentos nutritivos y seguros, así como a disfrutar comiendo.
El gusto es un fenómeno fascinante y complejo. Hasta ahora se ha podido determinar, que en él intervienen múltiples disciplinas científicas. A saber, la fisiología, neurociencia, psicología, nutrición, ciencia de los alimentos y la gastronomía.
Estudiar el gusto desde diferentes perspectivas, nos permite comprender mejor cómo percibimos, procesamos y apreciamos los alimentos y bebidas.
La percepción del gusto puede variar de una persona a otra. Ello obedece a factores genéticos, fisiológicos, psicológicos y culturales. El gusto también puede cambiar con el tiempo debido al envejecimiento, enfermedades, medicación o influencias ambientales.
¿Qué es la disgeusia?
La disgeusia es un trastorno que afecta al sentido del gusto. Ello ocasiona una distorsión de los sabores, haciendo que los alimentos sepan agrios, dulces, amargos o metálicos.
La ciencia ha descubierto, últimamente, que los trastornos del gusto pueden ser el resultado de variaciones en los genes y receptores que codifican para diferentes sensaciones gustativas. Incluso, el envejecimiento también puede reducir la sensibilidad de las papilas gustativas y afectar al sentido del gusto.
Vale destacar, que durante la pandemia la perdida del olfato afectó el sentido del gusto.
Estas variaciones pueden afectar al modo en que las personas perciben los sabores de los alimentos y las bebidas.
Dentro de los síntomas más comunes de la disgeusia destacan:
- Los alimentos que antes sabían bien ahora saben mal, incluso en ocasiones tienen sabor a podrido.
- Los alimentos que son característicamente dulces o salados ya no saben dulces o salados.
- Todos los alimentos saben metálicos o amargos.
- Se siente un sabor en la boca, aunque no se haya comido nada.
Causas más frecuentes de la disgeusia
Empleo de ciertos fármacos
Muchos fármacos pueden alterar la percepción del gusto al afectar a las papilas gustativas, nervios gustativos o centros cerebrales que procesan las señales gustativas.
Es decir, ocasionan trastornos del gusto, al interferir en el funcionamiento normal de los receptores gustativos o de los nervios que llevan las señales gustativas al cerebro. Algunos de los medicamentos que pueden causar disgeusia son:
- Antibióticos (amoxicilina, azitromicina y ciprofloxacina).
- Antihipertensivos (amlodipino, enalapril y furosemida).
- Estatinas (fármacos para reducir el colesterol: atorvastatina y la simvastatina).
- Hipoglucemiantes (los fármacos para la diabetes: metformina y la insulina).
- Antihistamínicos (cetirizina y loratadina).
- Antidepresivos (amitriptilina y bupropión).
- Antifúngicos (fluconazol y voriconazol).
- Antiinflamatorios (aspirina e ibuprofeno).
- Medicamentos contra el cáncer (docetaxel y oxaliplatino).
El mecanismo por el que estos fármacos causan disgeusia no se conoce del todo. Sin embargo, puede implicar un daño directo a las células gustativas e interferencia con los receptores gustativos o las enzimas.
También pueden ocasionar alteraciones en la composición o el pH de la saliva, inhibición de la transmisión o regeneración del nervio gustativo, o modulación de las vías gustativas centrales. El tipo y la gravedad de la disgeusia pueden variar en función del fármaco, dosis, duración de la toma y tipo de tratamiento.
Infecciones
Una de las causas más comunes de disgeusia es la pérdida del sentido del olfato debida a infecciones.
Algunas de las infecciones que pueden causar disgeusia son:
- Infecciones bacterianas, víricas o fúngicas de las encías, boca o garganta. Estas infecciones pueden causar inflamación, reducir el flujo sanguíneo a las papilas gustativas y/o producir sustancias químicas que alteran el gusto. Algunos ejemplos son la amigdalitis, la sinusitis y la candidiasis oral. Mi opción natural CANDIDA, puede ayudar a equilibrar los niveles de diversos hongos y levaduras a nivel de la piel, boca e intestinos
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- COVID-19. Esta infección vírica puede provocar la pérdida o alteración del sentido del gusto como uno de sus síntomas. El mecanismo exacto no se conoce del todo, pero puede implicar daños en las células nerviosas que detectan el gusto o inflamación de las fosas nasales que afectan al olfato.
Deficiencias de micronutrientes
Una de las posibles causas de la disgeusia es la carencia de vitaminas o minerales, especialmente zinc o vitamina B.
El zinc es un oligoelemento esencial que interviene en muchos procesos biológicos, incluida la percepción del gusto. La carencia de zinc puede alterar la función de los receptores gustativos y reducir la sensibilidad a los distintos sabores. Mi fórmula ZINC PICOLINATE puede coadyuvar a reponer tu déficit de zinc.
La vitamina B, es un grupo de vitaminas hidrosolubles que intervienen en diversas funciones metabólicas, incluida la salud nerviosa.
La carencia de vitamina B puede afectar a los nervios que inervan la lengua y transmiten las señales gustativas al cerebro. COMPLEJO VITAMINAS B ACTIVAS (METILADAS), es una opción para evitar estas carencias. Lo puedes adquirir en VitaTienda.com.
Algunos de los síntomas de la carencia de zinc son mala cicatrización de las heridas, caída del cabello, problemas cutáneos, diarrea y pérdida de apetito. Algunos de los síntomas de la carencia de vitamina B son fatiga, debilidad, anemia, hormigueo o entumecimiento de manos y pies, y cambios de humor. La carencia de zinc o vitamina B, puede realizarse mediante un análisis de sangre. Ello permite obtener los niveles de estos nutrientes en el organismo.
Alergias
Algunas alergias también pueden causar disgeusia como síntoma. Las alergias son reacciones de hipersensibilidad del sistema inmunitario a determinadas sustancias.
Ello incluye químicos como el polen, polvo, alimentos o medicamentos. Las alergias pueden afectar distintas partes del cuerpo, como la nariz, ojos, piel, pulmones y boca. Cuando la boca se ve afectada, las alergias pueden causar inflamación, sequedad, sensación de ardor y cambios en el gusto.
De acuerdo a un estudio publicado en 2019, algunas alergias comunes que pueden causar disgeusia son:
- Rinitis alérgica: Es una inflamación de las fosas nasales, ocasionada por la exposición a alérgenos. Entre ellos figuran, el polen, ácaros del polvo, caspa de animales o el moho. La rinitis alérgica puede causar congestión nasal, estornudos, secreción nasal y goteo postnasal. Estos síntomas pueden interferir con el sentido del olfato y el gusto. VITAMIN C POWDER, puede favorecer el desempeño de tu sistema inmunitario, disminuyendo el riesgo de disgeusia.
- Síndrome de alergia oral: Es un tipo de alergia alimentaria, ocasionada cuando el sistema inmunitario reacciona a las proteínas de determinadas frutas, verduras, frutos secos o especias que son similares al polen. El síndrome de alergia oral puede causar picor, hinchazón y hormigueo en la boca y garganta. Estos síntomas pueden afectar las papilas gustativas y alterar la percepción de los sabores.
- Alergia a medicamentos: Se trata de una reacción adversa a un medicamento en la que interviene el sistema inmunitario. La alergia a fármacos, puede causar síntomas como erupción cutánea, urticaria, picor, hinchazón, fiebre y anafilaxia. Algunos fármacos también pueden afectar directamente los nervios que transmiten las señales gustativas al cerebro.
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El diagnóstico de la disgeusia causada por alergias, se basa en la historia clínica, exploración física y pruebas de alergia. Las alergias también pueden causar sequedad de boca, ocasionando una reducción de la producción de saliva.
Embarazo
La disgeusia es frecuente durante el embarazo y puede afectar hasta al 93% de las mujeres embarazadas. Una de las posibles causas de la disgeusia durante el embarazo es el cambio en los niveles hormonales. En especial los de estrógenos y progesterona.
Otra posible causa es la alteración del sentido del olfato, que está estrechamente relacionado con el sentido del gusto. Las mujeres embarazadas pueden volverse más sensibles a ciertos olores. Este efecto, podría afectar su percepción del sabor de los alimentos.
Algunos investigadores también sugieren, que la disgeusia puede tener una función evolutiva. Dicho proceso, busca garantizar que las mujeres embarazadas consuman las cantidades necesarias de sodio y hierro, o para evitar alimentos que puedan ser perjudiciales para el bebé en gestación.
Aunque se necesitan más estudios para confirmar esta hipótesis.
Otros factores que también pueden ocasionar disgeusia
- Enfermedades: Algunas enfermedades pueden provocar disgeusia. Entre ellas destacan, las hepáticas y de vías respiratorias superiores, hipotiroidismo, diabetes, insuficiencia renal, síndrome de Sjögren y hepatitis vírica.
- Consumo de tabaco: Fumar o mascar tabaco puede dañar las papilas gustativas y alterar la producción de saliva.
- Envejecimiento: A medida que envejecemos, ocurre la pérdida de algunas papilas gustativas, además de una disminución del flujo de saliva. Esto puede afectar la capacidad para detectar diferentes sabores.
¿Es posible tratar la disgeusia?
Para diagnosticar la disgeusia, su médico puede preguntarle sobre su historial médico, realizar un examen físico y solicitar algunas pruebas.
Ello permitirá comprobar el estado de sus papilas gustativas y nervios. Las opciones de tratamiento para la disgeusia dependen de la causa subyacente. Algunos tratamientos posibles son:
- Suspender o cambiar la medicación que está causando el problema (con la aprobación de su médico).
- Tomar suplementos de vitamina B12, complejo B o zinc si tiene una deficiencia.
- Tratar cualquier infección o enfermedad que afecte al gusto.
- Mantener una buena higiene bucal y visitar al dentista con regularidad.
Tratamientos naturales para la disgeusia
Estas alternativas naturales os podrían ayudar a mejorar el funcionamiento de las papilas gustativas:
- Hojas de limón y gramo negro: Este remedio tradicional, consiste en masticar hojas de limón frescas o consumirlas con gramo negro, un tipo de lenteja. Las hojas de limón contienen ácido cítrico, que puede neutralizar el sabor metálico de la boca. El gramo negro tiene propiedades antioxidantes y antimicrobianas, que pueden activar las papilas gustativas y prevenir las infecciones.
- Hojas de Spondias pinnata: También conocidas como hojas de mango silvestre, son ricas en compuestos fenólicos y flavonoides, que tienen efectos antioxidantes, antibacterianos y antiinflamatorios. Contienen además, ácido gálico, que puede ayudar a restaurar la sensación normal del gusto.
- Bicarbonato de sodio: El bicarbonato de sodio es un agente alcalino natural. Ello puede coadyuvar en el equilibrio del pH de la boca y reducir la acidez. Enjuagarse la boca con una solución de bicarbonato de sodio y agua puede ayudar a eliminar el mal sabor y refrescar el aliento.
- Hidratación: Según los expertos, la sequedad podría empeorar la disgeusia. Por ello, es importante beber mucha agua y otros líquidos, a fin de mantener la boca húmeda, previniendo la sequedad. El agua también puede eliminar cualquier toxina o bacteria que pueda estar afectando a sus papilas gustativas.
- Chicle sin azúcar: Masticar chicle sin azúcar puede estimular la producción de saliva. Este efecto podría ayudar a limpiar la boca y mejorar el gusto. Se pueden emplear sabores como la menta o el de frutas, a fin de enmascarar el sabor metálico.
Algunas sugerencias prácticas para manejar la disgeusia en el día a día
Desafortunadamente, la disgeusia puede afectar la calidad de vida y la alimentación. En muchas ocasiones, puede ocasionar la pérdida del apetito, evitar ciertos alimentos o comer más alimentos azucarados o salados para enmascarar el mal sabor.
Esto podría ocasionar pérdida o aumento de peso, desnutrición o problemas dentales. Para hacer frente a la disgeusia, puedes probar algunos de estos consejos:
- Enjuágate la boca con agua o colutorio antes y después de comer.
- Cepíllate los dientes y la lengua con regularidad. Puedes utilizar mi pasta dental 100 % natural, libre de fluoruro, sin gluten, libre de BPA, libre de SLS, sin lácteos, fórmula vegana FLUORIDE FREE NATURAL TOOTHPASTE MINT.
- Evita los alimentos que desencadenan o empeoran la disgeusia, como los picantes, amargos o ácidos.
- Consume alimentos suaves, fríos o congelados, como yogur, helado o batidos.
- Añade sabor a tus comidas con hierbas, especias, zumo de limón o vinagre de sidra de manzana.
Si padeces disgeusia que dura algunas semanas o interfiere en tu vida diaria, debes acudir al médico. Lo importante es que recibas una evaluación, y te prescriban el tratamiento conveniente considerando la causa de la disgeusia.
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Concluyendo
De acuerdo a lo mostrado, la disgeusia es una afección del sentido del gusto que provoca una percepción distorsionada o desagradable de los sabores. Puede estar causada por diversos factores. A saber, el empleo de ciertos fármacos, infecciones, deficiencias de micronutrientes, alergias, embarazo y consumo de tabaco.
Incluso, diversos estudios han logrado corroborar que los trastornos del gusto pueden ser el resultado de variaciones en los genes. Ello también incluye, los receptores que codifican las diferentes sensaciones gustativas, como salado, dulce, amargo, ácido y umami.
Es importante buscar tratamiento para las causas subyacentes, especialmente las infecciones o enfermedades crónicas. De esta forma, podremos mejorar nuestras actividades cotidianas y la calidad de vida.
Se deben implementar ciertas medidas, que permitan darle mayor palatabilidad a los alimentos. Incluso, se deben evitar los alimentos que puedan desencadenar este desequilibrio. Entre ellos los picantes, amargos o ácidos.
Es posible, emplear ciertas estrategias naturales que pueden coadyuvar a sobrellevar este trastorno. Entre ellos, hojas de limón, gramo negro, hojas de mango silvestre, una adecuada hidratación y goma de mascar sin azúcar.
Es importante enjuagar la boca con agua o colutorio, antes y después de comer, y cepillar regularmente dientes y lengua.
Para Amber la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. Ella se sintió realmente agradecida porque después de mucho tiempo, su esposo logró superar su trastorno del gusto.
Y ello lo logró, implementando muchas de las estrategias aquí mostradas. Especialmente manteniendo su boca sana, cuidándose para no experimentar.
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