Existe una historia muy reciente de un joven atleta, que sufrió los embates de cáncer cerebral. Su ejemplo a seguir fue la “dieta estadounidense estándar”, llena de carne, lácteos y alimentos procesados. Menciona que siendo atleta, siempre estaba en forma. Y en ese momento, no tenía conciencia del daño que estaba infligiendo a su cuerpo con el tipo de alimentación que realizaba. Al crecer, las elecciones de comida que hizo se basaron en la creencia de que necesitaba consumir mucha proteína. Siempre lo animaron a comer mucha proteína animal, ya que “era un niño en crecimiento”. Todo cambió unos meses antes de su cumpleaños número 21.
De las muchas enfermedades que afectan a las personas en estos días, el cáncer se encuentra entre las más temidas. Pero a pesar de una gran cantidad de datos científicos, la mayoría de las personas desconocen cómo pueden reducir su riesgo de desarrollar cáncer.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, hasta el 80 por ciento de todos los cánceres se deben a factores identificados y, por lo tanto, se pueden prevenir. El treinta por ciento se debe al consumo de tabaco y del 35 al 50 por ciento se debe a los alimentos. Es fácil controlar estos y otros factores de riesgo.
Estas células anormales, forman tumores e invaden tejidos sanos y a menudo se diseminan a otras partes del cuerpo. Se requieren años para que se desarrolle un tumor notable. Durante este tiempo, los compuestos conocidos como inhibidores pueden impedir que las células crezcan. Algunas compuestos en los alimentos vegetales son conocidos por ser inhibidores.
Hay cosas que debes saber sobre el cáncer que hacen que una dieta cetogénica vegana sea relevante para fines terapéuticos:
Todos los carbohidratos para proporcionar energía, son transformados por nuestro cuerpo en glucosa. Como ya te mencioné, una mayor ingesta de carbohidratos podría proporcionar la glucosa necesaria para apoyar el metabolismo único de las células cancerosas.
Una mayor ingesta de carbohidratos también puede estimular la secreción de insulina, que no solo acelera la captación de glucosa por las células cancerosas, sino que también estimula la rápida reproducción de dichas células.
Dentro de las grasas, las más dañinas son los aceites hidrogenados, pues contienen grasas trans. Los productos industriales como galletas, tartas, cotufas y margarinas son el bombardeo permanente de grasas trans.
Las grasas trans se consideran el peor tipo de grasa que existe. No hay una cantidad segura de grasas trans que puedas incorporar a tu dieta. Por lo tanto, es mejor simplemente no consumirlas.
En el caso de las proteínas, un estudio observó un aumento del 200 por ciento en el cáncer de mama entre los que consumen carne de res o de cerdo cinco a seis veces por semana. En el 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, organismo intergubernamental que depende de la OMS emitió un comunicado. El mismo, clasifica las carnes rojas como probablemente cancerígenas y las procesadas como cancerígenas.
La Dra. Sheila Bingham, una destacada investigadora de cáncer de la Universidad de Cambridge, señala que las carnes están más estrechamente asociadas con el cáncer de colon que cualquier otro factor. Ellas comprenden las carnes de: buey, ternera, cerdo, cordero, cabrito, caballo y cabra.
Las carnes rojas que se cocinan a altas temperaturas, promueven también la producción de compuestos potencialmente cancerígenos. La carne y la leche también están relacionadas con los cánceres de próstata y ovario.
A las carnes procesadas se les añade nitratos para preservarlas. Esto provoca la formación de compuestos carcinógenos. Por ejemplo, desayunar tocino a diario, puede causar tumores en muchos órganos. Principalmente en el hígado, estómago, vejiga, esófago, intestinos, cerebro, pulmones y riñones.
Hasta ahora os he mostrado, las formas más frecuentes de como el cáncer afecta nuestro cuerpo. Esta enfermedad como vimos, depende en gran medida de nuestro estilo de vida.
Me gustaría mencionaros algunos de los compuestos beneficiosos que se encuentran en algunos Alimentos ceto veganos. Ellos ayudan a prevenir el cáncer y sus compuestos beneficiosos, han sido ampliamente estudiados y clasificados como alimentos funcionales.
Te ayuda privando al cáncer de su fuente de azúcar. Además su implementación aporta fitoquímicos y nutrientes que pueden actuar sobre los mecanismos que ayudan a combatir el cáncer.
Algunos de los alimentos mencionados anteriormente, forman parte de un grupo más amplio. La ingesta de alimentos adecuados, incluyendo los alimentos funcionales, se consideran factores muy importantes para la prevención no solo del cáncer, sino de muchas enfermedades. Por ello, los científicos han informado que la dieta y los nutrientes podrían desempeñar un rol vital en la salud integral.
Todo lo que se ha mencionado, proviene de fuentes que han investigado a fondo la importancia de la alimentación para prevenir el cáncer.
A fin de optimizar tu dieta, utiliza las siguientes pautas:
En la prestigiosa Revista del Instituto Nacional del Cáncer, los investigadores rastrearon las tasas de cáncer de casi 500.000 participantes. Se establecieron comparaciones entre personas nacidas en la década de 1950 y personas nacidas en la década de 1990. Los nacidos en la década del 90 tienen el doble y cuádruple de los riesgos de cáncer de colon y recto. Esto debido al bajo consumo de alimentos vegetales, alto consumo de carnes procesadas y baja actividad física.
El joven del cual les hablé al inicio, es Bobby Nagelberg. A él le diagnosticaron cáncer cerebral cuando tenía 20 años. Los tratamientos no daban resultado y un buen día recorriendo Instagram, vio un post sobre un documental llamado Forks Over Knives. El documental le aclaró muchas dudas. Comprendió que la mayoría de las enfermedades eran prevenibles e incluso reversibles, con una dieta basada en alimentos integrales provenientes de las plantas. Esto cambió su vida y logró superar el cáncer.
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