Estudio Revela La Verdad De La Fecha De Caducidad De Los Alimentos

Os quiero contar una conversación sostenida con mi amiga Eliza quien viajó a su pueblo natal y vio después de largos años a su amiga María.

Eliza  y Maria son dos amigas de vieja data.   Se conocieron en la infancia por pertenecer al mismo vecindario.  Iban juntas a la escuela y se visitaban siempre.  Luego de largos años sin verse, se reencontraron y decidieron reunirse para recordar los buenos tiempos de la niñez y las viejas anécdotas.

Llegó el día de la reunión y Eliza llevó para compartir un trozo de atún.  El atún las transportaba a su epoca de escuela cuando la madre de María les solía preparar una rica ensalada de atún para compartir en la comida.

Me cuenta Eliza que la receta era muy fácil y sencilla. Sólo necesitaban cebolla, blanca y roja, tomates normales y secos, aceitunas, lechuga crespa, alcachofas encurtidas, palmitos, limón, sal, pimienta.  Por supuesto, el lomo de atún que había llevado Eliza.

La diferencia que Eiza encontraría en esta ensalada era que la de su niñez era completamente natural.  Ahora se encontraba con productos procesados que serían agregados a la ensalada.

Sus paladares estaban más que listos para degustar aquella deliciosa receta que formaba parte de aquella  tradición, hasta que al probarla percibieron algo inusual.

Decía Eliza que había a algo como picoso o que generaba esa sensación en la boca. De inmediato pensaron que se trataba de los palmitos que ya sabían como si ya habían caducado.

Al verificar la etiqueta del producto, se percataron de que estaba vencido, aunque la ensalada lucía muy apetecible. Pero la duda por comerla las invadió. Mientras Eliza contaba, yo pensaba en ti, mi querida y fiel seguidora y decía para mi “Seguro a que a ti en casa te ha pasado algo similar justo a la hora de servir la comida.”

¿Será cierto que esa sensación extraña es generada por la caducidad del producto? ¿Será correcto desechar el alimento o se puede consumir después de cierto tiempo vencido?   Estas son unas interrogantes que siempre son planteadas.  Bien, las he puesto sobre la mesa.

1. Alimentos libres de fecha de caducidad

Aunque nos parezca insólito, hay países donde no existe un sistema universal para colocar fecha de caducidad a los productos alimenticios, sólo con algunas excepciones. En pocas palabras, alimentos libre de fecha de caducidad.

Estados Unidos es uno de esos países donde no existen normativas sobre etiquetas de caducidad en los alimentos.  Se trata entonces de una industria libre, y la comida es etiquetada obviando la fecha de caducidad.  Esta hace referencia a un código de uso establecido por el fabricante.

Es muy común ver este código o fecha en los productos enlatados, conservados en cajas u otro tipo de empaques.  A diferencia de los alimentos que conocemos como perecederos,entre ellos la carne, los huevos y productos lácteos, con probabilidad de descomponerse en un período determinado.

Según investigaciones en los Estados Unidos, una familia promedio anualmente desecha más de 2 millones de calorías.  Mientras que en el Reino Unido se estima que sus habitantes botan cada año más de 473 mil toneladas de pan,  93 millones de litros de leche y 733 mil toneladas de papas.

La mayoría de los desperdicios de alimentos la conforman vegetales y frutas que suelen marchitarse en la nevera.  Son los alimentos más saludables. Para el Consejo de Defensa de Recursos Naturales, organización internacional, pudiera haber una mala interpretación en la fecha de caducidad y muchos alimentos sean desechados antes de tiempo.

2. Cómo debemos interpretar las etiquetas en los alimentos

 

chos de los alimentos desechados son tirados a la basura antes de tiempo.  Pero es importante aprender  a diferenciar los contenidos en las etiquetas para saber realmente cuándo tirarlos, de ser necesario por haber pasado su fecha de caducidad.

  • Etiqueta Consumir Antes de o Best by: es colocada por el fabricante y sugiere que el producto sea consumido estando en mejor calidad. Si consumes el producto pasada la fecha sugerida, es probable que se perciban cambios mínimos en la textura o sabor del producto.
  • Códigos de tres dígitos en los casillero de huevo: son el sello de calidad y muestran la fecha en que los huevos fueron lavados, clasificados y colocados. La fecha es un código que describe el día consecutivo del año. Se sugiere que los huevos se consuman entre la tercera y la quinta semana luego de adquirirlos. Para saber si los huevos están buenos o no colócalos en una taza con agua, si se hunden siguen frescos, de lo contrario hay que desecharlos.
  • Fechas de Caducidad: también la determina el fabricante y guarda relación con el consumo del producto en su mayor calidad. Puede variar y tampoco se considera una norma de seguridad alimentaria. En los estados Unidos sólo la leche de fórmula infantil debe, obligatoriamente, presentar una etiqueta regulada, ya que los nutrientes de la misma pueden disminuir o el producto puede desintegrarse.
  • Etiqueta de Consumo Preferente o Sell by: es más de ayuda a los distribuidores que a los consumidores, pero aun así se piensa que forma parte de las medidas de seguridad alimentaria.

3. ¿Y qué decir del moho que aparece en los alimentos?

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El moho se presenta como una mancha grisácea y peluda, con puntos verdes. Aunque a simple vista no se aprecia, debajo de él hay raíces que contaminan el resto de los alimentos.

Si hay otros productos consumibles cercanos al contaminado con moho, revisa bien, es probable que también debas colocarlo en una bolsa para aislarlos y desecharlos ya que el moho se propaga con facilidad.

Un alimento que presente moho puede representar un riesgo para la salud, pues aunque hay moho que está compuesto por hongos  seguros para el consumo, otros son dañinos.

Pero además no es bueno oler un alimento mohoso ya que podrías aspirar algunas de sus esporas y llevarlas al sistema respiratorio. Si vas a eliminar el moho del alimento, evita que el cuchillo toque la zona afectada.

4. Congelar y descongelar

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Con frecuencia cuando nos toca cocinar algún alimento que sacamos del refrigerador para descongelar, es probable que una vez que esto pasa, por las razones que sea,  no lo preparemos. Por lo generar el alimento aunque ya descongelado, lo volvemos a meter en el refrigerador.

¿Estamos haciendo lo correcto? Al descongelar una carne y devolverla al congelador, el alimento sufrirá cambios en su textura y hasta en su sabor.  No habrá riesgos siempre y cuando lo coloques en un lugar seguro para descongelar.

Pero una cosa que si resulta ser riesgosa es descongelar el alimento con agua caliente, ya que lo recomendable es hacerlo con agua fría, si está sumergida en algún recipiente, cambiarla cada 30 minutos. Al lograr descongelarlo, prepáralo inmediatamente.

5. Lo mejor es comprar alimentos frescos

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La frescura de los alimentos es muy importante a la hora de comprarlos.  Nos permite ganar tiempo y garantizar su perdurabilidad antes de comenzar a descomponerse. Algunas investigaciones apuntan que el tema de la caducidad de los alimentos surgió  por un asunto relacionado a los comportamientos sociales del siglo XX.

La adquisición de productos procesados llevó a la mayoría de los consumidores a despreocuparse por comprar alimentos frescos. Hubo la necesidad de que los fabricantes garantizaran la frescura de los productos. Lo ideal es que la mayor parte de los alimentos que consumimos sean frescos, evitando los productos procesados.

Finalmente tanto Eliza como María, su amiga decidieron seguir con el plan y disfrutar de esa ensalada de atún.  Claro, no sin antes revisar los productos y su fecha de caducidad.  Siempre es más importante tanet comer lo natural y orgánico.

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