☑️ Ten Cuidado Con Los Alimentos “Bajos En…” o “Sin…”

Ya es algo cotidiano, escuchar comentarios negativos acerca de muchos productos que son ofrecidos como panaceas para la salud. Lamentablemente, existe un abismo, entre quienes pretenden alentar esperanzas sobre efectos saludables y el público destinatario de estos mensajes, es decir, el consumidor.

De acuerdo a mi experiencia, por lo general, las afirmaciones nutricionales, colocadas generalmente en negrita, llevan una carga de exageración y resultan poco prometedoras.

Hoy en día, es muy común, encontrar una infinidad de productos alimenticios, en cuya etiqueta por lo general se puede leer: sin, no contiene, bajo en y light. Incluso existen algunos productos cuyo etiquetado, menciona que el producto es capaz de reducir el tránsito intestinal. Sin mencionar, aquellos etiquetados que prometen mantener los niveles normales de colesterol en la sangre.

Estos comentarios, los realizo, a raíz de una preocupación que me ha sido planteada por un par de amigas de España, donde ha venido ocurriendo algo muy particular a nivel de los consumidores de una serie de productos complementarios. Incluso, por efecto de lo convincente del etiquetado, algunas personas han dejado la ingesta de vitaminas a un lado.

De hecho, esta situación preocupa directamente a mis amigas, porque en sus casos, las personas que han incurrido en ello, son familiares directos. Uno de estos familiares, es una tía materna y el otro, una prima. Tomando lo que me plantearon, realicé para ellas un sencillo material, que recoge una serie de hechos actuales. Este fenómeno producto de muchos intereses ocurre a nivel mundial y juega con las motivaciones de los consumidores.

Dado lo interesante del tema, consideré prudente realizar un sencillo artículo que pudiera servir  todos para estar atentos, analizar objetivamente y tomar decisiones concienzudamente a nivel personal y familiar.

¿Está relacionada la alimentación con la enfermedad?

En muchos estudios realizados, se ha encontrado una estrecha relación entre la imagen que proyectamos y la salud.  Por  experiencia propia o ajena muchas personas saben, que el peso posee una enorme influencia en la imagen corporal. El concepto de imagen corporal, es posiblemente, más importante de lo que creemos. Por ello, es muy utilizado en el campo de la psicología, la psiquiatría, la sociología y en el campo médico.

Debemos caer en cuenta, que la noción emocional que podamos experimentar hacia nuestros cuerpos, afectará nuestro comportamiento. De hecho, algunos estudios han demostrado que los hábitos sobre el control del peso y la imagen corporal poseen una relación significativa.

Esto es tan cierto que existen conductas que han sido muy bien estudiadas, sobre todo en mujeres, de edades comprendidas entre los 40 y 60 años. Se ha observado, que existe una marcada preponderancia de ellas, a seguir regímenes alimenticios bien sea para mantener, o para perder peso.

Ahora bien, considerando que muchas personas incurren en regímenes dietéticos sin ninguna asesoría, es fundamental recordar que los desequilibrios nutricionales son altamente peligrosos. Esto es tan cierto, que existen cifras alarmantes, que maneja el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Según ellos, una dieta desequilibrada es causante de cinco de las diez causas principales de muerte.

Aquí se incluyen las enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, diabetes tipo 2, accidente cerebrovascular y aterosclerosis. De hecho, se ha establecido, que el patrón dietético, se ha relacionado con estas causas de muerte, sobre todo en países desarrollados.

Desde hace unos años, equipos de profesionales de la salud que incluyen nutriólogos, médicos y científicos han establecido la importancia de ciertas sustancias naturales. Ellas pueden estar contenidas en las plantas, en los animales o en los microorganismos benéficos.

En la búsqueda de algo más que nutrición

Pienso que mucha gente, ya está al tanto acerca de las tendencias mundiales de la alimentación. Es ya bien sabido, que existe un enorme interés, en muchos consumidores hacia cierto de tipo de alimentos. Por lo general, se busca que, por medio de ellos, se obtenga el aporte nutritivo, acompañado además de un extra. Usualmente la gente espera que este extra, esté relacionado con la mejora de algunas funciones fisiológicas.

Tomando como base, ese deseo de los consumidores, la ciencia de los alimentos y de la nutrición, generaron una novedosa área de desarrollo alimentario. Ella corresponde a los denominados alimentos funcionales. Sin embargo, recalco que la vinculación entre la alimentación y la salud, ya había sido reconocida en China, unos mil años antes de Cristo.

De acuerdo a los registros, el término de alimento funcional, surge como una propuesta realizada en Japón en la década de los ochenta. Específicamente, el año 1984 por un grupo de científicos que estudiaban la interrelación entre nutrición, satisfacción sensorial y fortificación. Todo esto realizado con el fin de favorecer ciertos aspectos clave vinculados con la salud. Dentro de dichos aspectos destacan: un adecuado crecimiento y desarrollo, el equilibrio funcional del sistema cardiovascular, el correcto desempeño de los antioxidantes y el metabolismo de los xenobióticos. Ahora bien, los xenobióticos, son sustancias externas a nuestro organismo. Se sabe que ellos, son capaces de modificar la estructura y las capacidades funcionales de los tejidos o las células, bien para beneficiarlas, o para perjudicarlas.

Los xenobióticos más comunes, a los que nos exponemos son: cosméticos, sedantes, antimicrobianos, analgésicos, jarabes, productos de limpieza, alcoholes, vitaminas y extractos vegetales.

¿Qué son los alimentos funcionales?

Según la American Dietetic Association, los alimentos funcionales, son aquellos que poseen un potencial efecto beneficioso sobre nuestra salud. Este efecto se observa, cuando son consumidos de forma regular y en niveles efectivos, formando parte de una alimentación variada.

alimentos-funcionales-que-son

Para que un alimento sea considerado funcional, debe poseer estas características:

  • Se le ha sustraído, cualquier componente alimenticio que posea efectos negativos sobre la salud. Por lo general, dichos componentes se asocian con las causas de ciertas enfermedades. A manera de ejemplos, puedo mencionar la lactosa de la leche y el gluten.
  • Se ha incrementado la concentración de algunos de sus componentes nutritivos. Por medio de este procedimiento, se logra alcanzar las dosis diarias recomendadas por los Organismos Internacionales que legislan en materia alimenticia
  • Se le ha enriquecido con algún componente, logrando de esta forma mejorar la biodisponibilidad
  • Se ha mejorado la estabilidad de los componentes que son conocidos por sus efectos reductores de enfermedades
  • Algunos macronutrientes han sido reemplazados, como por ejemplo cierto tipo de grasas

¿Cuáles son los beneficios de los alimentos funcionales en nuestro metabolismo?

  • Favorecen los procesos gastrointestinales: participan activamente en las funciones asociadas a la microflora benéfica gastrointestinal, incluyendo procesos digestivos, absorción de nutrientes y mejora del tránsito intestinal
  • Ayudan al restablecimiento de los sistemas protectores del estrés oxidativo, en especial las células y tejidos corporales en general
  • Mejoran el metabolismo de los macronutrientes, es decir de proteínas, carbohidratos y lípidos o ácidos grasos
  • Proporcionan sustancias necesarias para ayudar al correcto desenvolvimiento de los procesos de la madre en gestación y del bebé en formación. Un ejemplo muy claro, es el suministro adecuado de ácido fólico
  • Potencian el adecuado metabolismo de los xenobióticos, bien para el beneficio de las funciones corporales o a través de los procesos de desintoxicación. Por lo general aquí participan muchos fitoquímicos conocidos, tales como carotenos, fenoles y compuestos azufrados.
  • Ayudan a modificar el humor, la capacidad mental y a proteger contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Mal de Parkinson.

Por ello, en los alimentos funcionales se van a encontrar una serie de componentes biológicamente activos. Los ejemplos más comunes contienen: fibra alimentaria, ácidos grasos insaturados, azúcares de bajas calorías, aminoácidos, vitaminas y minerales. Además, es frecuente la presencia de fitoesteroles, bacterias benéficas(probióticos), fructo-oligosacáridos (prebióticos) y compuestos con propiedades tranquilizantes.

Algunos ejemplos conocidos de alimentos funcionales:

  • Huevos enriquecidos con ácidos grasos esenciales omega-3
  • Leche y yogures fermentados con cultivos probióticos que facilitan la digestión
  • Cereales enriquecidos con ácido fólico, fibra alimentaria y minerales
  • Margarinas con fitoesteroles que reducen el colesterol y disminuyen el riesgo de padecer afecciones cardiacas
  • Jugos enriquecidos con minerales y vitaminas esenciales
  • Fórmulas lácteas infantiles

La otra cara de los alimentos funcionales

Hasta ahora, todo lo que he comentado, se basa en las propiedades que realmente poseen los componentes naturales. Sin embargo, quedan las dudas si realmente, ellos se añaden o se suprimen como en realidad se menciona en los argumentos de los fabricantes de dichos productos.

No es un secreto, que los alimentos funcionales han tomado mucho auge entre los consumidores. La mayoría de ellos, espera mediante su consumo, mitigar los efectos de un estilo de vida poco saludable. Lamentablemente, a pesar de las promesas que se hacen sobre su efectividad, ellos no poseen un estatus legal o regulatorio en la mayoría de los países. Esta grave falta de definición, coloca en desventaja a la mayoría de consumidores.

Por ejemplo, se sabe que un 69% de los hogares españoles afirman consumir alimentos funcionales. Sin embargo, para los expertos en nutrición como Victorina Aguilar, de la Universidad de Alcalá de Henares, hay que estar muy atentos. Por la sencilla razón, su ayuda debe ser solo complementaria, no debiendo en ningún momento sustituir los tratamientos. Sean estos realizados por medio de medicamentos o algún tipo de nutrición específica para determinadas dolencias.

Es realmente costoso y muy complejo, traducir los avances científicos que se tienen hasta ahora en innovaciones dirigidas al consumo nutricional. Y algo a considerar, es que muchas veces la objetividad científica está por debajo de los intereses empresariales. Por medio de la información objetiva, los consumidores podremos obtener información basada en hechos científicos. Es importante también, que las políticas regulatorias garanticen la seguridad y eficacia de los productos y la precisión de las pautas de comercialización. Las reglas claras podrían garantizar que la industria de los alimentos no etiquete alimentos a la ligera, con el término de funcional, sin la debida validación.

Posición de los paneles de expertos en tecnología de alimentos

Tal ha sido la situación, vivida hasta ahora con los famosos alimentos funcionales, que se ha realizado una convocatoria impulsada por el Institute of Food Technologists.  Esto a los fines de brindar apoyo y recomendaciones objetivas a la FDA, mediante el análisis interdisciplinario de un panel de expertos.

En dicho panel, participaron expertos de renombre internacional. En el mismo, se revisaron a fondo los elementos involucrados en la ciencia de los alimentos funcionales. Además, se propuso la revisión de la normativa existente, así como los efectos ambientales de dichos alimentos y su comercialización. Por otro lado, se enfatizó acerca de la búsqueda de biomarcadores eficientes. Que puedan medir objetivamente el efecto biológico y analizar las posibles interacciones de dichos alimentos en seres humanos. El objetivo prioritario, sin embargo, debe ser la dieta en su conjunto. Emerge así el futuro reto de una dieta funcional.

A los fines de evitar fraudes dirigidos los consumidores, se sugirió a la FDA:

  • Exigir que el etiquetado del producto y las declaraciones de propiedades saludables reflejen con precisión los datos científicos.  Esto debe realizarse sin que se enuncie el efecto vinculado a efecto medicinal o farmacológico.  Cuando se clasifican estos alimentos en la categoría de fármacos, se incurre en declaraciones engañosas sobre la ciencia subyacente.
  • Se debe evitar etiquetar en esta categoría, cualquier producto sin la previa evaluación y validación de su beneficio con respecto a la salud.  En dicha evaluación, se deberá incluir el estudio de las funciones orgánicas afectadas por el alimento y/o ingrediente funcional.
  • Esto debe también contemplar, el rol de dicho ingrediente sobre la salud o en la prevención de enfermedades.  Deberá contemplar, además, la identificación y validación de biomarcadores, que permitan estudiar objetivamente sus efectos sobre el funcionamiento corporal.  Sin dejar a un lado los estudios de causa-efecto, los cuales permitirán evaluar a su vez, la seguridad del alimento funcional y la dosis recomendada
  • Es imperativo que los organismos reguladores, permitan el uso de declaraciones sobre la salud solo se utilicen, cuando esté debidamente validado su efecto positivo.  Por ello, es muy importante que los sectores académicos y de investigación participen mancomunadamente en el proceso de evaluación y autentificación.  De esta forma, se estaría garantizando un etiquetado imparcial y fidedigno que recoja los beneficios sobre la salud del alimento funcional

Es importante además que sepan, que la Unión Europea, también posee una posición muy firme al respecto. Ella al igual la mayoría de los países, prohibe la publicidad engañosa. Sobre todo, aquella publicidad o los reclamos publicitarios que se basan en las propiedades de protección de la salud, atribuibles al producto en concreto.

Algunos ejemplos de alimentos funcionales con efecto comprobado

Como consumidores, es muy importante, estar claros que la evidencia científica, avalada por estudios rigurosos y válidos, es actualmente escasa. Hasta donde se conoce, existe un pequeño grupo de dichos alimentos, que si son fiables. Dentro de ellos destacan:

alimentos-funcionales-ejemplos

  • Los probióticos, como recordarán, de estos hemos hablado anteriormente. Ellos son lácteos fermentados con bacterias benéficas de los géneros Lactobacilos y Bifidobacterias. De hecho, mi preocupación por el tema me llevó a desarrollar VEGAN PROBIOTICS. Partiendo de 10 cepas probióticas bacterianas clínicamente validadas. Por medio de ellas, se logra mejorar la salud gastrointestinal y la función saludable del sistema inmunológico.
  • Alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados tipo omega
  • Aceite de oliva virgen extra, por su presencia de ácidos grasos monoinsaturados
  • Vino tinto y su cuantioso aporte de resveratrol

En el caso de estos alimentos funcionales si se respetan las declaraciones de propiedades saludables en sus etiquetas. Esto ha sido también, una de las líneas de acción propuesta a la FDA por el panel de expertos mencionado.

Se ha observado, que la educación del consumidor es un componente importante para el éxito de los alimentos probióticos. Donde se realicen afirmaciones precisas, que logren apoyar al consumidor en la selección del producto adecuado.

Ejemplos de etiquetados sin la claridad necesaria para el consumidor

Tomaremos como ejemplo algunos términos utilizadas en algunos alimentos funcionales. Que incluyen: leche enriquecida, productos de confitería, jugos, comidas, aperitivos salados y cereales para el desayuno.

  • Leche enriquecida con calcio y vitamina D”
  • “Leche desnatada con Ácidos Grasos Omega”
  • “Preparado de miel con propolis”
  • “Galletas con aceite de oliva y Omega 3”
  • “Galletas ricas en fibra, antioxidantes y seis vitaminas E, B1, B2, B3, B6 y B9”
  • “Bebida refrescante aromatizada enriquecida con vitaminas”
  • “Bebida de zumo de frutas con efecto antioxidante”
  • “Copos de arroz y trigo enriquecidos con vitaminas”
  • “Crema de verduras: materia grasa 0, 2% con vitaminas B6, B9 y C

 Algunos ejemplos de inconsistencias detectadas con relación a los contenidos

  • Omega 3: es muy utilizado desde aperitivos salados, pasando por mantequilla, leche y pan. Sin embargo, se ha observado que algunos productos, contienen en promedio 32mg de la grasa saludable ofrecida en el etiquetado
  • Antioxidantes: solo si cumple con el 10% de la ingesta diaria requerida, puede ser considerado una buena fuente.
  • Fibra: los fabricantes solo están obligados, a entregar un aporte de 35% de fibra por porción.

Concluyendo

Un tema tan controversial, deja muchos elementos, sin profundización. Abordé solo los elementos que consideré obligantes en este momento histórico. Cabe resaltar, que lamentablemente hay elementos que saltan a la vista. Pero, por la falta de acuerdo entre la Academia, los gremios profesionales, la Industria y el Gobierno, incita a que exista una suerte de manejo anárquico.

A veces, tal vez hayas llegado a pensar, como lo hacían los parientes de mis amigas, quienes tenían un total convencimiento de que existe un interés genuino en la salud del consumidor, por parte de las industrias de alimentos. Solo porque de unos años para acá, con el pretexto de minimizar las enfermedades cardíacas o disminuir el cáncer promocionan los famosos alimentos funcionales.

De hecho, en el año 2004, ocurrió algo interesante. La Organización Mundial de la Salud, pidió a los gobiernos, la industria y a la sociedad civil que actúen para reducir los mensajes de marketing poco saludables. Esto marcó un importante hito, en el entorno regulatorio global, de cara a la comercialización de alimentos para los jóvenes.

Sin embargo, hay que estar muy alerta como consumidores, pues muchas empresas de alimentos, únicamente tienen fijado su interés en las ventas adicionales. Esto lo comprendieron la tía y la prima de mis amigas. Y ahora prefieren encontrar los aportes vitamínicos directamente en las frutas. De hecho, han incursionado en la elaboración de yogurt casero, como fuente saludable para obtener probióticos de forma natural. Estaban muy entusiasmadas porque adicionalmente lograban proveer a su organismo calcio, potasio, fósforo, magnesio y selenio.

“Una buena alimentación prevé el 95 por ciento de las enfermedades”

Linus Pauling

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