Cómo Mejorar Tu Circulación Sanguínea


Hace días estuve conversando con la tía Ana.  Ella es una amiga muy querida de la familia a la que todos le decimos tía de cariño.  Aunque nos vemos poco cuando lo hacemos no dejamos de hablar de temas relacionados con la salud. En esta ocasión la tía comentaba que ha mejorado su alimentación ya que ha sentido algunas molestias en su cuerpo.

Cosquilleos, calambres en las piernas y adormecimiento del  brazo son algunos de esos malestares que dice le interrumpen el descanso.  Se siente en la necesidad de levantarse y caminar hasta que pase.

Ana consultó a su médico. Lo primero que le indicó fue un chequeo de laboratorio para determinar algunos niveles importantes en la sangre y descartar algunas opciones. A la semana siguiente la tía Ana acudió nuevamente a su consulta para la revisión de las  pruebas de laboratorio.  Efectivamente, algo no andaba bien.

Sus niveles de colesterol y triglicéridos duplicaban los valores referentes de su edad. Algunas de las posibles razones, la ingesta excesiva de alimentos altos en grasas y la falta de actividad física. Esto es lo que está afectando la fluidez con la que circula la sangre por sus venas, causándole los síntomas descritos. Su médico le prescribió un tratamiento con fármacos para estabilizar de nuevo sus niveles.  Pero es importante asumir algunos cambios de por vida.

Ella, así como muchas de vosotras, espera poder encontrar algunas alternativas naturales adicionales al tratamiento convencional, que le ayude a sentirse mejor y alejar esa sensación de hormigueo y adormecimiento que ha venido experimentando. Como os habréis imaginado, le hice algunas recomendaciones a la tía Ana para mejorar su circulación sanguínea, las cuales compartiré con vosotros a continuación.

1. Descubre los síntomas

Lo primero que debes tomar en consideración es identificar cuáles son esas sensaciones o molestias que siente nuestro cuerpo, que pudieran estar indicando problemas de circulación sanguínea, si son muy frecuentes y desde cuándo las sentimos. Los síntomas más comunes suelen ser esa sensación de hormigueo, adormecimiento, pinchazos, manos y pies fríos; y calambres.

Sin embargo hay otros síntomas que quizás también puedes sentir:

  • Edemas en las piernas
  • Dolores de cabezas y migrañas
  • Problemas para curar úlceras
  • Falta de sensibilidad en las extremidades
  • Varices
  • Dificultad y molestia  al caminar
  • Mareos y nauseas al levantarse
  • Calambres desde los glúteos hasta las piernas
  • Brazos y piernas entumecidas y sin fuerzas
  • Color azulado y uñas quebradizas en dedos de manos y pies

Si estás experimentando uno o varios de estos síntomas, quiere decir que tienes problemas con tu circulación y es posible que a las células y tejidos de tus extremidades no llegue el flujo sanguíneo necesario, ni el oxígeno o los nutrientes que aportan los alimentos.

2. Conoce las causas

Así como son varias las molestias y sensaciones que nos pueden indicar que las cosas no están bien con nuestra circulación, también diversas pueden ser las causas que la generan. Todo dependerá de los hábitos que tengamos.

Por ejemplo, las malas posturas, la exposición a bajas temperaturas, falta de nutrientes, estrés severo, consumo de licores, exceso de cafeína, ingesta de drogas o medicamentos que las contengan así como lesiones de pinzamientos nerviosos o inflamaciones están vinculados a una mala circulación.

Hay otras causas aún más complejas que guardan relación estrecha con padecimientos pulmonares, diabetes, la enfermedad de Raynaud, hipertensión, arterioesclerosis, obstrucción de las arterias y vasos sanguíneos así como la arritmia cardiaca.

Algunos estudios han determinado que la obesidad, irremediablemente, lleva a tener una mala circulación tanto en los brazos como en las piernas, debido a que ese sobrepeso adicional suele aprisionar nuestras arterias y venas.

Es importante saber que cuando se forman coágulos de sangre, en las venas se produce una especie de inflamación, que es lo que conocemos como Trombosis Venosa, y que mayormente puede propiciar ese adormecimiento en brazos al dormir.

3. Usa estos remedios naturales

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Varias son las alternativas que tenemos. La naturaleza nos provee de hierbas, plantas y aceites naturales que resultan factibles y muy beneficiosos para nuestra salud.

  • Agua

Se recomienda tomar al menos un litro de agua en ayunas, de manera pausada y distribuido en varias tomas a lo largo del día. De igual manera durante el día se sugiere tratar de ingerir abundante líquido.

  • Aceite de Lavanda, Almendra o Coco

Cualquiera de estos tres puede ser untado y masajeado en las piernas, brazos, pies o manos.

  • Baños de Cebolla

Hierve 2 libras de cebolla en 352 onzas de agua. Ese caldo debe añadirse en una bañera de agua tibia y permanecer en ella durante alrededor de 10 minutos.

  • Tizanas de hierbas

Cola de Caballo, Muérdago, Pasiflora, Ginko Biloba, Tomillo, Salvia y Romero, todas estas hierbas las puedes beber en forma de infusión. Hierve en agua por 15 minutos a fuego lento, deja reposar y tómala antes de cada comida.

  • Jugo de Aloe Vera o Sábila

Lo puedes aplicar en las zonas afectadas, o si prefieres toma tres cucharadas de jugos en horas diferentes a las comidas.

  • Ajo

Es importante tenerlo siempre en cuenta en nuestra dieta diaria. Comer uno o dos dientes de ajo en ayunas evita la formación de placas y nos ayuda a prevenir la arterioesclerosis.

  • Baños con raíz de Jengibre

Mezcla un cuarto de esta raíz molida en dos litros de agua caliente, coloca esta mezcla en un recipiente donde puedas sumergir tus extremidades.

  • Arcilla

Te recomiendo aplicarla en forma de cataplasmas en los lugares afectados. La arcilla no sólo te será útil para tener una mejor circulación sanguínea sino que reducirá las várices y edemas producto de un mal flujo sanguíneo en las venas.

  • Menta fresca

Debes  colocar una taza en un galón de agua recién hervida. Mete tus pies en ella durante 15 minutos.

  • Baños con agua caliente y pimienta

Es uno de los remedios más antiguos y se puede realizar cada noche. Sumerge tus pies en agua caliente con pimienta antes de ir a dormir.

4. Cambia tus hábitos alimenticios y ejercítate

 

Los remedios naturales que te he recomendado son de gran utilidad pero para lograr los resultados deseados es necesaria una dieta sana y libre de gasas. Alimentos con vitamina C, en su mayoría cítricos, son  los principales aliados para mantener una buena circulación.

Frutas como la naranja, limón, lima, pomelo, kiwi, guayaba, toronja, fresas, sandía, melón, bayas o frutas del bosque rojas además de algunos vegetales como el tomate, espinaca, pimientos verdes y rojos, coles de Bruselas y perejil, te ayudarán a fortalecer tu organismo y disminuir los altos niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.

Incluye en tu dieta, alimentos ricos en vitamina E, como las espinacas o brócoli.  También están algunos aceites como el de nueces, palma, almendra y oliva, cuyos frutos se pueden consumir de igual manera. Puedes complementar con comprimidos de alga espirulina, yemas de huevos y pescado azul.

Recomendación final

Al final de mi conversación con la tía Ana, le recordé que debe evitar fumar o tomar alcohol con frecuencia, caminar, hacer bicicleta o gimnasia, tal vez practicar natación, utilizar ropa holgada y evitar exponerse a bajas temperaturas. Esta mañana recibí un e-mail de la tía Ana diciéndome que ha tomado en cuenta mis consejos y que, aunque ha pasado poco tiempo ya siente ciertas mejorías en todos los aspectos de tus salud, muy en especialmente por el cambio a un estilo de vida más saludable.

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