Algunas personas, posiblemente recuerden que cuando niños, alguna vez padecieron de sinusitis. Esto, por lo general ocurre, por una infección en las cavidades presentes en el cráneo, denominadas senos paranasales. Esta es una afección frecuente en la práctica clínica. Se calcula que, entre un cinco a diez por ciento, de las infecciones en las vías aéreas superiores, podrían propiciar la aparición de sinusitis aguda.
Hace aproximadamente un mes, Nélida, una seguidora de Canadá, se comunicó conmigo a través de las redes sociales. Ella realmente estaba muy preocupada. Y, al igual que a la mayoría de las madres, le gustaría ver permanentemente sanos a sus hijos. Sin embargo, es sabido que, a pesar de los cuidados, siempre aparecen diversos inconvenientes. En este caso, me comentó, que su hijo menor, quien ya tiene siete años, había estado padeciendo de sinusitis, desde inicios del verano. Ella y su esposo, han hecho todo lo posible por buscar mejoría, sin embargo, sus tratamientos suelen incluir generalmente antibióticos. Pensando, que yo podría ayudarle a encontrar una solución natural para la sinusitis de su hijo, acudió a mí.
Dado que, esta patología es cada vez más frecuente, decidí compartir con vosotros, en mi página, esta interesante información.
Entendiendo acerca de cómo se produce la sinusitis
Se ha llegado a establecer, que la gran mayoría de las sinusitis, poseen origen viral, sin embargo, algunas pueden ser originadas por ciertas bacterias. De hecho, por lo general, son bacterias que poseen la particularidad de causar resistencia a los antibióticos.
El término empleado en la actualidad, es el de rinosinusitis, ya que casi siempre está acompañado o precedido por síntomas de rinitis. Se observa una inflamación e infección, asociadas a la presencia de exudado, originado en la membrana mucosa que recubre los senos. Dichos senos, son cuatro cavidades óseas, presumiblemente estériles localizadas en el cráneo, en los huesos que rodean la nariz. Están ubicados dentro de los pómulos, la frente, entre ambos ojos, detrás de los mismos y en los conductos nasales.
Ellos, se comunican con las fosas nasales por una estrecha abertura denominada ostium. Se sabe, que están revestidos, por la misma membrana mucosa que recubre la nariz, produciendo una secreción viscosa. Este moco secretado, está constituido en un 95% por agua, 4% de mucinas (glicoproteínas), que aportan elasticidad y viscosidad y algunas sustancias de protección como inmunoglobulinas. Ella se encarga de mantener los conductos nasales húmedos, además de atrapar las partículas bacteriales y desperdicios.
Se sabe, que los resfriados o catarros, al igual que ciertos tipos de alergias respiratorias, producen procesos inflamatorios. Esta inflamación, incluye los senos nasales y paranasales, causando su obstrucción. Esto hace que las células ciliadas responsables del desplazamiento del moco, no puedan realizar su trabajo, lo cual provoca la acumulación del mismo. Esta condición, permite que las bacterias proliferen, generando la rinosinusitis, la cual puede clasificarse, en función de su duración. Clasificándose de esta forma en: aguda (un mes), subaguda (uno a tres meses) o crónica (más de tres meses).
¿Cuáles son los factores de riesgo del padecimiento de rinosinusitis?
- Haber padecido un resfriado con anterioridad
- Abscesos dentales
- Sufrir de rinitis alérgica o alergias estacionales
- Existencia de una Infección viral de las vías respiratorias superiores. Por lo general, con virus de la influenza, virus sincitial respiratorio, rinovirus, coronavirus y virus de la parainfluenza
- Padecimiento de infección secundaria, de orígen bacteriano. En especial, con Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae
- Exposición frecuente al humo de segunda mano (fumador pasivo)
- Presencia de pólipos nasales (anomalías estructurales a nivel de la mucosa de los senos paranasales o las fosas nasales)
- Ingesta de medicamentos que debilitan el sistema inmunitario o poseer las defensas bajas.
Síntomas más frecuentes de la rinosinusitis en niños
- Goteo (rinorrea) y congestión nasal
- Goteo postnasal (acumulación de moco en la garganta)
- Sensación de dolorosa en la cara causada por la presión dentro de los senos paranasales
- Tos
- Mal aliento
- Dolor a nivel de la garganta
- Anosmia (pérdida total del olfato) / Hiposmia (pérdida parcial del olfato)
- Drenaje purulento (con pus)
- Fiebre
- Dolor de dientes y de oidos.
Tratamientos frecuentes empleados para tratar la rinosinusitis
- Antibióticos orales
- Anticongestivos y antihistamínicos
- Gotas de solución salina en aerosol o descongestionante nasal
- Aplicación de compresas tibias sobre la frente y nariz, para ayudar a fluidificar el moco atrapado en senos paranasales
- Inhalación de vapor, bien de la ducha o de un recipiente
- Empleo de aspirador nasal
- Uso de medicamentos de venta libre: acetaminofén (solo menores de seis meses); acetaminofén o ibuprofeno (mayores de seis meses)
- Fármacos para la tos (solo deben emplearse en niños a partir de los cuatro años, previo chequeo médico)
- No es conveniente administrar aspirina o ácido acetilsalicílico a los niños que sufren afecciones virales, tales como varicela o resfriados. Esto podría acarrear la aparición del Síndrome de Reye. Caracterizado por daños hepáticos graves, ritmo cardíaco acelerado y daños repentinos o agudos a nivel cerebral.
En algunos tipos de sinusitis, el médico tratante recomienda en ocasiones, mantener una conducta expectante. Es decir, esperar unos tres días, para observar si verdaderamente el niño necesita emplear antibióticos. Esto permitiría, dar un tiempo prudencial al sistema inmunológico para reaccionar.
¿Cómo ayudar al niño a prevenir la rinosinusitis?
Uno de los mayores aportes que podemos realizar por nuestra familia, es manteniéndonos sanos en el hogar. De esta forma, se crearán ciertas condiciones de salud, más estables para nuestros niños. Con esto en mente, tener presente lo siguiente:
- Procurar un adecuado descanso y un sueño agradable y reparador en el niño, ello permitirá una mayor velocidad de recuperación
- Conservar los humidificadores del hogar en perfecto estado de limpieza
- Proporcionarles suficiente cantidad de líquidos a lo largo del día. Acostumbra a que se familiaricen con la ingesta de caldos, zumos de frutas naturales e infusiones
- Es importante enseñar al niño a sonarse la nariz y mantenerla despejada. Esto evita que el moco permanezca dentro de los senos paranasales, protegiendo además de la obstrucción de la trompa de Eustaquio, lo cual puede desencadenar una otitis
- Las visitas al dentista deben formar parte de una adecuada higiene bucal. Los abscesos dentales, representan alrededor del 10 al 12% de las causas del padecimiento de sinusitis
- Implementar una adecuada disciplina, respecto a la colocación de las vacunas correspondientes, en especial la antineumocócica y la de influenza
- Observar, que los niños al zambullirse en el agua (lago, río, piscina o mar), tapen su nariz, utilicen tapones de oídos y no buceen sin gafas. Ser cuidadosos al utilizar piscinas, pues el cloro irrita las mucosas de las vías respiratorias, incluyendo los senos paranasales
- Mantener a los niños alejados de los lugares donde haya humo, olores fuertes o irritantes (pinturas, solventes, barnices, desinfectantes, tintes y detergentes)
- No exponer el niño al frío. Mantenerlo siempre bien abrigado
- Acostumbrar al niño a realizar una adecuada higiene de las manos, sobre todo antes de comer o después de jugar con las mascotas
- Evitar el contacto cercano con personas resfriadas o que presenten algún tipo de infección de las vías respiratorias.
Estrategias naturales para el alivio de la sinusitis
Las propuestas que se mostrarán aquí, deben ser tomadas en cuenta, como un complemento, que les permitirá reducir los efectos de la sinusitis en los niños. Pero es importante, que esto no impida, conocer de primera mano, el diagnóstico del pediatra o del médico tratante.
1. Vaporización con eucalipto
El eucalipto, es un árbol originario de Australia y Tasmania, pero aclimatado en diversos lugares del mundo. Su nombre botánico es Eucalyptus globulus y pertenece a la familia mirtácea, al igual que el arrayán y la guayaba. El aceite, obtenido de sus hojas, posee como principal componente, el eucaliptol (1,8-cineol). De acuerdo a los estudios, posee efectos antimicrobianos. Algunos estudios de laboratorio, han determinado que combate algunas bacterias, como Staphylococcus aureus y Mycobacterium tuberculosis, las cuales son resistentes a los antibióticos. Además de ello, posee efectos sobre ciertos virus respiratorios, como el virus de la influenza tipo A y el virus de las paperas. Se ha observado además, su adecuado efecto sobre algunos hongos, entre ellos la Candida.
Posee propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, inmunoestimulantes, analgésicas y espasmolíticas. La aplicación por vía de inhalación, genera efectos positivos sobre los problemas respiratorios no purulentos y purulentos. Entre ellos destacan bronquitis, rinosinusitis, enfermedad obstructiva crónica y asma. De acuerdo a un estudio publicado en 2015, la inhalación de los compuestos activos, actúan desinflamando y descongestionando las vías respiratorias. Se le atribuyen, además, muchos usos en diversas medicinas tradicionales, con resultados promisorios.
Ingredientes
- Hojas frescas de eucalipto (seis) o cinco gotas de aceite esencial de eucalipto
- Un litro de agua filtrada.
¿Cómo realizarlo?
- Verter el agua en un recipiente de unos 30 centímetros de diámetro
- Llevarlo al fuego hasta que hierva
- Retirarlo del fuego y añadir el eucalipto (aceite u hojas frescas)
- Sentar al niño en en un lugar estable al frente en una habitación sin ventilación externa (ventanas que traigan corrientes de aire frías)
- Colocar una toalla o una manta sobre la cabeza del niño, así puede inhalar el vapor de una forma más concentrada.
- Permanecer con él y supervisar sus reacciones, (el vapor caliente muy cerca del rostro puede quemarle)
- Si en un momento pide alejarse del vapor permitir hacerlo
- Realizar este procedimiento preferiblemente en la noche antes de que vaya a dormir.
Nota
Si la congestión, es abundante, se puede realizar este procedimiento dos veces al día. Procurar no exponerlos a temperaturas frías después de inhalar el vapor.
2. Lavado nasal con bicarbonato y cloruro de sodio (solución al 0,9%)
Hay padres, que consideran este procedimiento como un poco “torturador”, sin embargo, es ideal para niños mayores de seis años. Este procedimiento permite acceder a la zona posterior de la nariz donde generalmente se acumulan la mayoría de las secreciones. Posee la ventaja de que al realizarse sin ladear la cabeza, no llegamos a obstruir las trompas de Eustaquio. Este tipo de lavado, es muy eficaz para retirar los cuerpos extraños de los conductos nasales, tales como microbios, polvo, polen y cualquier otro residuo no deseable.
Además de ello, permite eliminar el exceso de moco que pueda estar causando congestión. Diversos estudios han determinado la capacidad antibacteriana del bicarbonato de sodio. Además, el cloruro de sodio, logra humidificar la mucosa nasal y es antiséptico, favoreciendo la descongestión. Esta solución posee la misma proporción salina de los fluidos del cuerpo humano. Por ello no es irritante, siendo ideal para niños.
Ingredientes
- 400 ml de agua filtrada
- ½ cucharadita de sal sin yodo
- Una pizca de bicarbonato de sodio.
Procedimiento para realizar la solución salina isotónica
- Agregar el agua en un recipiente mediano y llévalo a ebullición
- Separar del fuego y agregar la sal y la pizca de bicarbonato
- Disolver muy bien y dejar que se enfríe.
Procedimiento para el lavado
- Colocar al niño acostado boca arriba o sentado con la cabeza ligeramente hacia atrás
- Añadir una parte de la solución salina en un irrigador o pera de goma
- Irrigar despacio, sin presionar por una de las fosas y luego por la otra. La solución caerá lentamente hacia el interior de la nariz y caerá posteriormente a la garganta arrastrando el moco. Esto permitirá además, hidratar las secreciones que estén adheridas
- Solicitar con mucha paciencia al niño que inspire, es decir sorba para que el moco que está obstruyendo la parte posterior caiga a la garganta o bien se pueda escupir. Pedir al niño no tener miedo de tragar el moco, pues lo va a expulsar por las heces
- Se puede realizar este procedimiento dos veces al día para obtener buenos resultados, pero siempre antes de las comidas
Nota
No es conveniente efectuarlo en niños con problemas neurológicos. Este procedimiento puede realizarse con el niño con la cara hacia abajo, frente al lavabo. Sin embargo, el arrastre de partículas y de moco es menos eficiente.
3. Compresas calientes
Esta terapia mediante el apoyo del vapor de agua, es muy eficiente para descongestionar los senos paranasales del niño y ayudarlo a fluidificar y a respirar más tranquilo.
¿Cómo realizarlo?
- Tomar un paño de lino y doblarlo varias veces (tal como se dobla un pañuelo)
- Sumergirlo en agua filtrada hirviendo y dejarlo en ella unos cinco minutos a fuego lento
- Extraerlo con unas pinzas perfectamente limpias
- Colocarlo en el interior de una toalla y exprimirlo hasta secarlo
- Colocar el paño caliente dentro de un trozo de tela de algodón bien limpia
- Colocarlo suavemente sobre las zonas donde el niño siente la molestia y mantenerlo en el sitio hasta que se enfríe
- Realizar este procedimiento unas tres veces al día para obtener resultados favorables empleando siempre telas y toallas limpias
Nota
Es conveniente que al acostar a dormir el niño, colocar previamente unas dos gotas de aceite esencial de limón sobre la almohada. Esto ayudará a evitar un poco las molestias de la sinusitis durante la noche.
Concluyendo
Aunque posiblemente, no se esté familiarizado con la terminología, es importante reconocer la importancia de los senos paranasales. Quizás mientras las personas están sanas, no se percatan de su existencia. Ellos son responsables de filtrar una serie de microorganismos, pólen, polvo y una serie de compuestos con efectos dañinos. Sin embargo, en ocasiones se suceden procesos de obstrucción temporal. Estos son desencadenados por la inflamación originada por la infección del tracto superior respiratorio. Inicialmente puede ser de origen viral, convirtiéndose posteriormente en bacteriana. Esta infección e inflamación, conduce a una patología denominada rinosinusitis. La misma, produce efectos dolorosos que se perciben con mayor intensidad en la zona donde se localizan los senos paranasales.
Existen una serie de medicamentos, entre los que destacan los antibióticos, anticongestivos y antihistamínicos, de uso frecuente en esta patología. Pero bien se sabe, que siempre es preferible, preservar el organismo, mediante el empleo de alternativas no farmacéuticas. Por ello, mostré unas técnicas muy sencillas, empleadas por muchas personas alrededor del mundo desde hace mucho tiempo. Estas sencillas técnicas, de lavado nasal, vaporización y compresas calientes, son tan sencillas como efectivas. Y su empleo, ha permitido disminuir el empleo de antibióticos y de antihistamínicos en una alta proporción.
Nélida, así lo comprobó, el material que le envié, incluyó algunas propuestas naturales. Al tomarlas, en cuenta le permitieron restablecer el funcionamiento respiratorio y combatir la sinusitis del niño, mostrándose muy agradecida por las notas que le envié, las cuales comparto en el post. Ella me confiesa que había leído acerca de algunos de estos procedimientos, sin embargo, le pareció muy bien la explicación detallada. Ello la impulsó a realizar sin problemas los procedimientos, acatando incluso la limpieza permanente de los humidificadores de su casa.
“El primer problema de la sinusitis es sospechar su presencia”
Dr. Marcello Bernardi (1922-2001)
Pediatra, académico y pedagogo italiano
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https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4443571/
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https://www.cdc.gov/antibiotic-use/community/for-patients/common-illnesses/sinus-infection.html
https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000801.htm