Ayer fuí a la tienda y no sé que pasó pero para cuando llegué a la caja tenía el carro de compra lleno hasta arriba. La fila para pagar parecía una culebra estreñida que se movía a paso tortuga.
Como pasé más tiempo en el supermercado del que había planeado mientras estaba esperando a que me tocara el turno, no hacía más que pensar en el hambre que tenía.
Para postres, por si mi estómago vacío fuera poco, estaba plantada en la caja de pago que está junto a la entrada de la tienda donde tienen la repostería, la bollería y todas esas chucherías de capricho que debemos evitar… Una oración rápida para pedir auto-control y ya pensé mientra observaba a una madre hablando con su hija-
Finalmente, llegó mi turno para pagar, saqué todo lo que traía. La cajera lo escaneó con una sonrisa amigable y luego me mira y me dice cuando le debo… ¿Cómo qué cuánto me has dicho? Espera, espera, como puede ser que hay gastado tanto hoy, es como si hubiera perdido el control.
De acuerdo con la sabiduría popular, es mejor no hacer las compras con el estómago vacío. De lo contrario, es más probable que hagas compras impulsivas y termines gastando en cosas que no tenías pensado comprar.
Esto implicaría que a quienes intentan ingerir menos calorías o, por ejemplo, evitar cosas dulces, les sería difícil conseguir la fuerza de voluntad para vencer el llamado de las donas. ¿Alguna vez tu madre te dijo algo parecido?. Aunque no lo creas, los investigadores de la Universidad de Minnesota decidieron probar este mito urbano.
Resulta que las madres siempre tuvieron la razón. Verdaderamente compramos más cuando tenemos hambre.
Controla tus antojos
Pero cuando nuestro estómago ruge, no solo aumenta la probabilidad de que carguemos nuestro carro con más comida. De acuerdo con los investigadores, quienes acuden al centro comercial con el estómago vacío gastan un sorprendente 64 % más que quienes lo hacen con el estómago lleno.
Esto incluye artículos que no son comida y se pueden encontrar en cualquier centro comercial. Evidentemente, el hambre nos hace querer comprar más… de cualquier cosa, no sólo comida.
“El hambre nos hace pensar en buscar, adquirir y consumir comida”, dice Alison Jing Xu, profesora asistente de marketing en la Carlson School of Management de la Universidad de Minnesota. “Estos pensamientos pueden crecer y llevarnos a querer comprar no solo comida, aunque estos no sacie nuestra hambre”.
Así que comer antes de ir de compras puede ser una buena estrategia para ahorrar dinero. Tambièn para evitar comprar alimentos que terminen con nuestras dietas.
“Si vas de compras con el estómago vacío, podrías gastar más dinero y comprar más cosas de lo usual”, dijo Xu. “¿Por qué no comer algo antes de ir de compras? . Como alternativa, si tienes hambre y debes comprar algo, piensa dos veces antes de hacerlo”.
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- “Hunger Promotes Acquisition of Nonfood Objects,” Alison Jing Xu, Norbert Schwarz, Robert S. Wyer, Jr., Proceedings of the National Academy of Science.