Algo que ocurre con mucha frecuencia en los cambios de estación, son las infecciones virales. Muchas veces estas infecciones se agudizan a consecuencia de algunos procesos alérgicos recurrentes que se producen en las vías respiratorias. En forma general, muchas personas tienden a emplear de forma indiscriminada medicamentos de venta libre como antihistamínicos y antialérgicos.
Dentro de las afecciones alérgicas más comunes que ocurren en la primavera, se encuentra la rinitis alérgica. Esta dolencia suele estar acompañada de picor y goteo en la nariz, estornudos y congestión.
De ello hablo, porque una seguidora de Georgia comenzó a presentar un cuadro de alergia al acudir a un parque a inicios de la primavera. Su nombre es Janell y al comenzar a experimentar los síntomas de alergia, decidió automedicarse.
Ella realizó contacto conmigo dos días después de haber comenzado con el tratamiento y aún no expresaba ninguna mejoría. Me solicitó una orientación acerca de una alternativa natural para mejorar su sistema respiratorio. A fin de ayudarle a mejorar su sistema inmunológico, compartí con ella acerca de ciertos compuestos naturales denominados betaglucanos.
Estos compuestos, al ser estudiados con mi equipo científico permitieron desarrollar en mi laboratorio, una propuesta natural denominada IMMUNE 360.
El tema de los betaglucanos para la salud en la actualidad ha tomado mucho auge científico. Su empleo a nivel mundial ha sido incorporado como una estrategia interesante para el combate de ciertas enfermedades infecciosas. Por ello, consideré apropiado compartir la información en mi página.
Recordando algunos elementos acerca de los betaglucanos
Los Betaglucanos son un tipo de polisacárido que abunda en diversos cereales como la avena y la cebada. Además de ello, se consigue en diversos tipos de hongos, incluyendo las levaduras. La ciencia ha establecido que los efectos de los betaglucanos sobre la salud, dependen de su origen.
De esta forma, aquellos betaglucanos producidos en los cereales, muestran propiedades beneficiosas sobre diversos procesos metabólicos. Muchas de estas propiedades funcionales se relacionan con su capacidad de formar soluciones viscosas a nivel gastrointestinal. Esto permite disminuir la velocidad del vaciamiento gástrico, frenando los procesos de digestión y absorción de nutrientes.
A manera de ejemplo, destacan los efectos reductores de los niveles de colesterol malo o LDL y de glucosa sanguínea. Algunos estudios han recabado evidencia acerca del empleo de los betaglucanos como potenciales prebióticos. Ello permite, que sean capaces de promover el crecimiento de microrganismos benéficos del microbiota intestinal. Entre ellos destacan, importantes bacterias como los Lactobacillus y Bifidobacterium.
A su vez, los betaglucanos producidos por los hongos, denominados Betaglucanos 1,3 / 1,6 exhiben mayoritariamente propiedades inmunoestimulantes. Este importante efecto, se relaciona con la capacidad de los mismos, para unirse con diferentes receptores presentes en diversas células. Principalmente, células inmunitarias innatas, tales como macrófagos, neutrófilos, monocitos y células asesinas naturales (NK).
Los betaglucanos como estrategia natural para el combate de infecciones
Cabe destacar, que los betaglucanos producidos por los hongos, han recibido mucha atención durante la última década. Esto ha permitido profundizar sobre sus beneficios dirigidos al tratamiento de enfermedades infecciosas y el cáncer.
Estos compuestos poseen una posición prominente entre las diferentes opciones inmunomoduladoras que existen actualmente. Los estudios exhaustivos realizados hasta la fecha, han permitido establecer sus efectos en función de su origen y estructura. Cabe destacar, que su obtención es relativamente barata y presentan riesgos muy bajos de efectos secundarios sobre la salud.
Las investigaciones más recientes adelantadas por algunos laboratorios de renombre mundial, han logrado determinar los mecanismos básicos de sus efectos. Incluso se han adelantado múltiples estudios acerca de sus beneficios sobre la artritis, cáncer, diabetes, inmunodeficiencia e infecciones.
La ciencia ha logrado observar que, las propiedades inmunomoduladoras de los betaglucanos aislados de diferentes fuentes, dependen del tamaño de los mismos y de su composición química. Así, de acuerdo a ciertas investigaciones, la suplencia de este compuesto administrado durante dos semanas permitió disminuir la inmunosupresión causada por la gripe (influenza).
De acuerdo a los datos recabados, los investigadores concluyeron que los betaglucanos logran estimular la reacción inmune, disminuyendo así la carga viral.
Las diversas investigaciones, que en la actualidad se realizan, buscan responder la importancia de los suplementos dietéticos. En este caso en particular, el aprovechamiento de los betaglucanos, disminuye los procesos de desnutrición. A su vez, cuando se mantienen niveles adecuados de nutrición, se disminuye la presencia de enfermedades infecciosas. Las mismas, pueden ser causadas por virus, bacterias y algunos parásitos.
Esto se asocia con la optimización del desempeño inmunitario, favorecido por la metabolización adecuada de proteínas, vitaminas y oligoelementos.
El hongo más popular
De acuerdo a diversos registros y estudios arqueológicos se ha logrado establecer, que muchas civilizaciones prehistóricas conocían las propiedades medicinales de los hongos o setas. Registros muy antiguos encontrados en la India con una fecha de alrededor de unos 5.000 años, mencionan acerca de las propiedades medicinales de los hongos.
De hecho, existe una leyenda muy antigua en Japón, que hace referencia a la inmejorable salud de ciertos monos que se alimentaban de grandes cantidades del hongo Shiitake. Esto permitía que los mismos permanecieran sin cáncer y otras enfermedades. Posteriormente, el interés científico se avivó tomando algunos elementos de esta leyenda. Esto, ha permitido aprovechar las inigualables propiedades de los hongos.
Los betaglucanos, han sido catalogados comúnmente como, modificadores de la respuesta biológica. Ahora, actualmente son reconocidos como fármacos antitumorales y antiinfecciosos. El betaglucano más popular es el lentinan, extraído del hongo conocido como Shiitake, cuyo nombre científico es Lentinus edodes. El mismo ha demostrado su efecto sobre procesos tumorales e infecciosos.
Diversos estudios han logrado establecer que, este compuesto es capaz de proteger nuestro organismo de procesos tumorales e infecciosos. Se ha determinado, que posee efectos muy fuertes sobre el control de microorganismos patógenos, baterías y virus. Además de ello, logra promover la citotoxicidad celular asociado a una serie de anticuerpos relacionados con la carcinogénesis.
La ciencia plantea que hasta ahora el mecanismo que realiza el lentinan, no es de afectación directa sobre los patógenos o las células cancerosas. Mas bien, su efecto bioactivo está correlacionado con el reforzamiento de nuestro sistema inmunitario.
Los Betaglucanos y las células inmunitarias especializadas
Los betaglucanos que se encuentran en levaduras y hongos, poseen estructuras más complejas que las presentes en cereales y algas. Nuestro sistema inmunitario presente en las mucosas, es denominado de forma genérica tejido linfoide asociado a mucosas (MALT, por sus siglas en inglés), por encontrarse unido a ellas.
Dicho sistema inmunitario, presente también a nivel intestinal, es estimulado por la presencia de los betaglucanos. Dicho estímulo, recae sobre ciertas células especializadas ubicadas en la mucosa intestinal, entre ellas células M y células dendríticas. Además de ello, los betaglucanos logran mejorar la actividad de los macrófagos (células que ingieren patógenos).
Incluso se ha observado que optimizan el desempeño antimicrobiano de otras células especializadas, tales como células mononucleares y neutrófilos. De igual forma, se ha observado que los betaglucanos pueden prevenir la formación y progresión de algunos tipos de cáncer.
Este efecto se debe a que son capaces de interactuar en asociación con tratamientos comunes para el cáncer, tales como la quimioterapia y los anticuerpos monoclonales. Según estudios recientes, este efecto es posible debido a que los betaglucanos interactúan con un receptor denominado Dectina-1.
Gracias a ello pueden influir de forma positiva en la autofagia, un proceso muy importante para el equilibrio celular, además del mantenimiento del sistema inmune en situación de tolerancia. Según los expertos, la autofagia puede favorecer el suministro de energía y bloques de construcción química. Ello permite la recuperación cuando se presentan situaciones de inanición y otros tipos de estrés, entre ellas las infecciones virales.
Diversos estudios corroboran el efecto de los betaglucanos sobre procesos infecciosos
Muchos investigadores han logrado establecer, que los betaglucanos son considerados inmunoestimulantes bioactivos en diversas especies animales del espectro evolutivo. Según la ciencia, sus objetivos biológicos más inmediatos son los macrófagos o células especializadas en ingerir o fagocitar patógenos.
Estudios efectuados con modelos experimentales han permitido corroborar los efectos protectores de los betaglucanos, en diversas enfermedades infecciosas. A manera de ejemplo: leishmaniasis, candidiasis, toxoplasmosis, meningoencefalitis porcina, mal de Chagas, carbunco (ántrax), coccidiosis, e infecciones urinarias y entéricas.
Otros estudios han permitido medir la seguridad y eficacia del betaglucano en pacientes quirúrgicos con alto riesgo de infección postoperatoria. Entre ellos, ensayos de fase I (dosis mayor recomendable) y fase II (eficacia del tratamiento), controlado con placebo. Este estudio involucró a 34 pacientes de alto riesgo, que fueron intervenidos mediante cirugía mayor.
Se logró detectar, que los pacientes que recibieron betaglucanos, presentaron un número significativamente menor de procesos infecciosos respecto a quienes no los recibieron. A la vez que hubo una gran diferencia en cuanto al número de días en necesitar antibióticos intravenosos (0,4 días respecto a 10,3 días en quienes no recibieron betaglucanos).
A su vez, cuando se administran betaglucanos a nivel perioperatorio (durante la intervención), se logran reducir las infecciones postoperatorias. Es más, ciertos estudios han observado reducciones sobre procesos infectivos graves en un 39% en intervenciones gastrointestinales.
Otras pruebas clínicas e investigaciones confirman efectividad de los betaglucanos
Durante algunos años, el betaglucano ha sido estudiado como una alternativa para los procesos infecciosos. De esta forma, empleando diversos modelos experimentales, se ha descubierto su actividad contra infecciones ocasionadas por bacterias y protozoarios. Además de ello, se ha logrado optimizar la efectividad de los antibióticos al emplearlo junto con betaglucano. Ello incluye el control de bacterias resistentes.
Un estudio realizado con animales experimentales, permitió detectar efectos interesantes. Así, aquellos que recibieron betaglucanos durante dos semanas, disminuyeron los niveles de mortalidad ocasionados por la influenza.
Otros estudios experimentales mostraron el efecto protector del betaglucano administrado por inyección subcutánea, dos días antes de la inoculación con ántrax. Incluso, se alcanzaron efectos protectores mediante su ingesta en agua durante diez días consecutivos, posterior a dosis letal de ántrax.
Un estudio realizado en deportistas, mostró la efectividad de ingerir betaglucanos luego del ejercicio fuerte. Así, quienes ingirieron 250 mg de betaglucanos durante 28 días, mostraron 37% menor probabilidad de enfermarse de gripe. Así mismo, se determinó que la ingesta de 250 mg de betaglucanos a lo largo de noventa días, protegió durante más tiempo (43 días más) sin infecciones respiratorias. Esto en comparación, con los que no lo tomaron.
Según la ciencia, esto ocurre porque los betaglucanos, al hacer contacto por primera vez con las células humanas, generan ciertas señales. Las mismas quedan grabadas en el ADN presente en el núcleo celular.
Se ha observado también, que el tratamiento con betaglucanos en animales experimentales permite recuperaciones celulares muy elevadas del tejido herido. Esto disminuye en gran medida el riesgo de infecciones bacterianas.
Concluyendo
Como se pudo observar, los betaglucanos constituyen un grupo muy importante de polisacáridos con una alta actividad biológica. Su empleo, cada día gana más terreno en el campo alimentario.
Además de ser compuestos relativamente baratos de obtener, no crean resistencia y su uso implica riesgos muy bajos. Por ello, destacan como una de las mejores opciones que existen actualmente dentro de los inmunomoduladores.
Años de investigación y estudio, han logrado establecer los mecanismos que poseen los betaglucanos sobre el sistema inmunológico. Dentro de los hallazgos encontrados, se encontró una enorme asociación entre una adecuada nutrición y la disminución de enfermedades infecciosas. Se ha logrado establecer que estos compuestos, favorecen un adecuado funcionamiento del sistema digestivo.
Y no solamente eso, sino que además, los betaglucanos poseen un efecto determinante sobre el estímulo del sistema inmunitario. Sobre todo, el que se encuentra presente a nivel intestinal. Se ha establecido que los betaglucanos, ejercen una acción directa sobre un grupo de células especializadas pertenecientes al sistema inmune.
Janell, mi seguidora, se sintió muy agradecida por la información recibida, la cual es la que comparto en el post. Ella se animó a emplear los suplementos contentivos de betaglucanos elaborados en mi laboratorio, y en dos semanas logró equilibrar sus afecciones respiratorias.
“Los betaglucanos son un grupo de polisacáridos biológicamente activos de origen natural con un probado efecto inmunomodulador. Su eficacia se ha confirmado en el tratamiento terapéutico y la prevención de diversas enfermedades infecciosas, defectos inmunitarios y también de trastornos oncológicos”
Dr. Milos Jesenak
Universidad Comenius de Bratislava, Eslovaquia
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