Es difícil comprender el alcance de los desequilibrios metabólicos que a veces ocurren en el cuerpo humano. Sobre todo, porque no resulta sencillo hacer propias algunas terminologías que describen un conjunto de efectos nocivos sobre la salud. En este caso me refiero a la enfermedad de hígado graso no alcohólico, una afección creciente a nivel mundial. Esta enfermedad, según la Clínica Mayo, podría estar afectando a la cuarta parte de la población estadounidense.
Y precisamente, hablo de esta enfermedad, debido a que una seguidora de Georgia ha estado muy preocupada porque suele presentar valores elevados de triglicéridos y colesterol en la sangre. Esto ha venido ocurriendo con mucha frecuencia y en la última visita a su médico, a finales de verano, le diagnosticaron hígado graso. Ella ha estado realizando algunos tratamientos médicos convencionales, pero los mismos no han sido efectivos. Su nombre es Jane y labora administrativamente. Al escribirme, me comentó que ella atribuye este diagnóstico a su tendencia a engordar fácilmente y a su vida sedentaria. Y me solicitó, que le instruyera en alguna alternativa natural que le permitiera superar este problema.
El estilo de vida que lleve cada persona es una responsabilidad individual. Quiere decir esto que para promover la salud es esencial tener un régimen alimenticio con los nutrietnes que el organismo requiere, realizar actividades físicas para mantener el cuerpo en movimiento y los músculos fortalecidos. Un punto bien importante en ese estilo de vida es la actitud que se mantenga para estar sano y tranquilo. Todos estos comportamientos son necesrios ya que los mismos se manifiestan a lo largo de la vida.
Como un paso inicial para quienes quieren iniciar un estilo de vida, invito a leer mi libro Yo Puedo, el cual indica la forma como cambiar hábitos alimenticios y transformarlos en hábitos de vida. Es así como se pueden efectuar esos cambios permanentes en la vida de cada persona.
Afortunadamente, Jane es una mujer que creyó en la posibilidad de realizar ciertos cambios favorables. Al observar su buena disposición, le hablé de la importancia de desintoxicar el organismo para sentirse bien. A la vez realicé unas sugerencias sobre dos vegetales que han sido estudiados recientemente y existen pruebas científicas que corroboran su efectividad, la alcachofa y la bergamota, que son interesantes propuestas para sobrellevar el hígado graso. De estos dos vegetales hablaré en este articulo.
La bergamota es conocida botánicamente como Citrus bergamia. Esta singular planta, pertenece a la familia Rutácea, al igual que todas plantas del género Citrus conocidas. Destacando entre ellas, la toronja, limón, lima, naranja y mandarina.
La bergamota, crece de forma casi exclusiva en la zona sur de Italia (Calabria). Desde hace mucho tiempo se conoce como “príncipe de los cítricos”. Esta distinción, se debe a su importancia en el desarrollo de la industria de los perfumes. Esto tiene su fundamento en la presencia de su poco común aceite esencial, con tonos agradables y refrescantes.
Se ha logrado definir que, el aceite esencial de bergamota contiene linalol, al igual que la lavanda. Sin embargo, su presencia solo representa el 10% del total de los compuestos presentes en este aceite esencial. Destaca también el acetato de linalilo, que representa del 30 al 60% del aceite esencial, conteniendo igualmente otras 300 sustancias volátiles.
Últimamente se han logrado caracterizar ciertos efectos neuroprotectores, analgésicos y ansiolíticos del aceite de bergamota, cuando es empleado en aromaterapia. Se han podido observar, asimismo, excelentes beneficios en el tratamiento de la depresión y ansiedad, incluyendo patologías que causan dolor. Incluso, dado su alto contenido de sustancias nutracéuticas, se ha visualizado como un producto potencial en la industria alimenticia. Además de ello, cada día posee mayor relevancia como componente en la industria farmacológica.
Las caracterizaciones más exhaustivas de esta planta, han incluido la profundización de los componentes de su singular fruto.
El nombre botánico de esta planta es Cynara scolymus. La misma pertenece a la familia Asterácea, al igual que la lechuga, girasol y manzanilla. Su uso se remonta a las antiguas civilizaciones griegas y romanas, pudiendo encontrarse aún hoy en día algunas especies salvajes con mucha importancia medicinal. Es un cultivo originario de la cuenca mediterránea, empleado principalmente por sus botones florales inmaduros. Esta parte comestible de la planta posee importantes valores nutricionales, debido a sus elevados niveles de inulina (fibra soluble con alto poder prebiótico) y diversos minerales.
De acuerdo a los investigadores, la inulina sintetizada por la alcachofa, es la más larga que se conoce dentro de los vegetales comestibles. Se ha observado que, la longitud de la cadena o de polímeros puede estar constituida hasta por 200 unidades. Posee de igual forma, una gran cantidad de compuestos polifenólicos bioactivos, calcio y fósforo. También aporta cantidades apreciables de hierro, magnesio, potasio, zinc y de vitaminas B1, B3, B5, B6 y C.
Los análisis realizados hasta ahora, han permitido determinar la presencia de ciertos componentes bioactivos muy relevantes.
Como se ha mencionado en otras ocasiones, el hígado es el órgano de mayor tamaño que se encuentra en el interior de la zona abdominal. Sus funciones básicas son la digestión de los alimentos, la desintoxicación y el almacenamiento de energía. Algunos problemas que ocurren a nivel de este órgano pueden ser de origen genético. Sin embargo, otros factores como el consumo de alcohol, obesidad y virus, pueden alterar su adecuado funcionamiento.
Todos estos elementos adversos provocan una serie de enfermedades, que pueden desembocar en la aparición de cirrosis. Este deterioro es potencialmente mortal, pues ocasiona la destrucción de las células del hígado. Sin embargo, un tratamiento realizado a tiempo puede favorecer la restauración de este importante órgano. Dentro de las enfermedades más frecuentes, se encuentran la hepatitis A, B y C e hígado graso.
Muchos de los síntomas que suelen presentarse, tienen ciertas variaciones. Sin embargo, incluyen de forma general, inflamación del abdomen y piernas, así como coloraciones anormales en heces y orina. Se incluyen también, la predisposición para la formación de hematomas e ictericia (coloración amarillenta), tanto en ojos como piel.
Es importante recalcar que la comida chatarra no nutre tu cuerpo y lo deteriora progresivamente. Este tipo de alimentación inadecuada, es uno de los elementos desencadenantes más fuertes de la presencia de hígado graso. Y lamentablemente, se ha observado el repunte del mismo, a nivel de niños y adultos jóvenes.
De acuerdo a experimentos con animales de laboratorio:
Se ha logrado determinar, que muchas veces la hiperlipidemia y la resistencia a la insulina se asocian con la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Desde el punto de vista de la salud integral, esto representa un alto riesgo poblacional, en el desarrollo de trastornos cardiovasculares. Dado el uso de la alcachofa en la medicina tradicional, recientemente se han realizado estudios para valorar sus extractos.
Dentro de estos estudios, figuran algunos que han venido empleando ciertos extractos de alcachofa salvaje. Esto ha permitido determinar la reducción de hiperlipidemia, resistencia a la insulina y enfermedad de hígado graso no alcohólico.
De acuerdo a un estudio recientemente, empleando animales de laboratorio, se obtuvieron resultados interesantes:
El año 2016, un interesante estudio realizado por investigadores iraníes, fue publicado el en International Journal of Hepatology. En dicho estudio participaron 60 personas con hígado graso no alcohólico. Se establecieron dos grupos, uno de ellos recibió un placebo y el otro 2.700 mg diarios (seis tabletas al día) de extractos de alcachofa. Se logró observar, que los niveles de triglicéridos y colesterol se redujeron significativamente en el grupo tratado con alcachofa en comparación con el grupo placebo.
Un novedoso estudio realizado por científicos italianos el 2019, evaluó el efecto de un suplemento conteniendo bergamota y alcachofa salvaje.
De acuerdo a lo presentado se pudo apreciar, que afortunadamente los saberes ancestrales no son dejados a un lado por parte de la ciencia. Esta vez, se comprobó con dos especies muy conocidas en Europa, que han formado parte de las tradiciones medicinales y culinarias. De esta forma, tanto la bergamota como la alcachofa, han venido siendo probadas en el tratamiento de diversos trastornos metabólicos. En la generalidad de los casos, van solapados con la enfermedad de hígado graso no alcohólica y la diabetes tipo 2.
Desde hace un tiempo se han adelantado diversos estudios individuales, de los efectos de la alcachofa y la bergamota. Por medio de esos interesantes estudios realizados, se corroboró que los efectos individuales hepatoprotectores, antidislipidémicos y antioxidantes de ambos componentes, se acrecientan. De esta forma se pueden llegar a revertir los efectos causados por los agentes que dañan el funcionamiento del hígado. Incluye la restauración de la función hepática, disminución de los lípidos en sangre, protección de las células del hígado y disminución de peso.
Para Jane, mi seguidora, fue aleccionador el material recibido, el cual comparto aquí. Una de las enseñanzas, se relaciona con el cuidado de la alimentación. Me comentó que comenzó a realizar el reto Yo Puedo, tomando un periodo de 21 días para efectuar la desintoxicación. Desde ese momento, inició un cambio en sus hábitos alimenticios, transformándolos en hábitos permanentes. Me confesó que otro de los causales del problema que padecía, los ocasionaba su pasión por la comida chatarra. Al Jane incorporar una sana alimentación y una rutina diaria de ejercicios, rompió las cadenas del sedentarismo. Ello, aunado al empleo de los suplementos de bergamota y alcachofa, permitieron no solo desvanecer la grasa de su hígado, sino también de su cintura.
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