☑️ ¿Beber Agua Ayuda A Prevenir Los Infartos?


Desde que éramos niños, nos inculcaron la importancia de tomar agua en cantidad y calidad. Ella es tan necesaria, que por ello existen bebederos con dispensador de agua filtrada en escuelas y parques. De hecho, sus beneficios no dejan de sorprendernos, pues investigaciones recientes mencionan su capacidad protectora frente a procesos de infarto.

De este intrigante tema les voy a hablar a raíz de una solicitud realizada por Helen, una seguidora de Idaho. Ella es una joven madre, quien al comunicarse conmigo, me afirmó que se considera una persona muy familiar. Incluso, me comentaba que sus abuelos paternos eran de orígen vasco, es decir de origen español como yo.

Helen me confió esta información, pues se sentía un poco preocupada por la salud de un tío paterno, quien hace unos meses fue diagnosticado de insuficiencia cardíaca.

Ella me comentaba que su familia, desde siempre se ha dedicado a trabajar la tierra. Esto les ha permitido mantener una sana alimentación y un estilo de vida tranquilo. De hecho, me afirmó que su familia se siente muy orgullosa por la calidad de patatas que producen. Helen realmente se preocupó, pues su tío desde siempre ha sido un hombre sano y fuerte.

Cuando acudió a mí, deseaba obtener conocimiento sobre alguna alternativa natural, favorable para la salud cardíaca de su tío. Así, conociendo acerca de ciertas investigaciones recientes sobre el efecto de la hidratación sobre el sistema cardiovascular, compilé cierta información.

En ella, incluí la importancia del agua en nuestro organismo y los efectos comprobados de la misma sobre la salud. Este tema realmente me pareció muy interesante, por ello me alegra compartirlo con vosotros en mi página.

Algunos elementos de interés acerca del agua

No cabe duda, que el agua es indispensable para todos los procesos vitales. De acuerdo a los biólogos, en la medida que algunas especies acuáticas evolucionaron y se adaptaron a vivir fuera del agua, debieron desarrollar mecanismos para evitar la deshidratación.

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Es importante resaltar, que el ser humano sin suplencia de agua durante pocos días, estaría en riesgo mortal. A lo largo del desarrollo, nuestro cuerpo presenta porcentajes variables de agua.

Así es normal que, en los bebés el contenido de agua constituya un 75% del peso corporal. Sin embargo, en personas ancianas, el contenido de agua corporal puede llegar a representar solo el 55% del mismo.

El agua participa en diversos procesos clave de nuestro organismo. Dentro de ellos podemos destacar, el metabolismo, circulación sanguínea, transporte de sustratos a través de las membranas celulares, equilibrio celular y regulación de la temperatura.

Desde hace tiempo, diversos equipos de investigación nutricional y fisiológica, así como ciertas organizaciones profesionales, han cuantificado las ingestas diarias totales de agua.

Además de ello han establecido las ingestas adecuadas en mujeres, niños y hombres. Sin embargo, no se ha logrado un consenso general referido a las necesidades hídricas de los diferentes grupos demográficos.

Vale destacar, que dada la complejidad de la regulación del agua en el cuerpo humano, estas necesidades siguen sin definirse. Sobre todo, porque involucra diversos sistemas, incluyendo el sistema nervioso, además de las particularidades de cada individuo.

Muchos de sus efectos han sido bien caracterizados, por ello se sabe que actúa como disolvente en diversas reacciones bioquímicas y en la regulación del volumen vascular. Incluso, sirve como medio para el acarreo de los diversos nutrientes corporales y como elemento para transportar fuera de nuestro cuerpo los residuos tóxicos.

Importancia de la ingesta de agua

Las deficiencias hídricas corporales pueden acarrear situaciones, que conducen a graves desequilibrios. Por ello, Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), proponen ciertos niveles de consumo de líquido.

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Básicamente esta recomendación va dirigida a adultos sanos, que viven en climas templados. Así, para mujeres adultas se ubica entre 2 a 2,7 L/día y 2,5 a 3,7 L/día para hombres adultos.

Esta recomendación incluye el consumo de agua, otras bebidas y el agua contenida en los alimentos. De acuerdo a los expertos, los alimentos suministran un 20% de la ingesta diaria.

Vale recordar, que el equilibrio hídrico corporal se origina por la diferencia neta entre ganancia y pérdida de agua. Es decir, los niveles adecuados corporales de agua, se mantienen gracias al proceso de hidratación.

Ahora bien, de acuerdo a la Clínica Mayo, existen algunas situaciones que obligan a ingerir mayor cantidad de agua. Entre ellas podemos mencionar:

  • Práctica de ejercicio: es importante considerar la ingesta de agua adicional, cada vez que realices algún ejercicio o actividad física que produzca sudoración. Es muy importante recordar, que debes tomar agua antes, durante y después de cualquier entrenamiento
  • Condiciones climáticas: por lo general cuando se presentan altas temperaturas y se incrementa la sudoración, se produce mucha sed, debido a la deshidratación
  • Problemas de salud: por lo general, se producen considerables pérdidas de agua cuando experimentamos procesos diarreicos, estados febriles o vómitos. Incluso, la presencia de infecciones urinarias y cálculos renales también obligan a un mayor consumo de líquidos
  • Embarazo y fase de lactancia: las mujeres que viven esta condición, necesitan mayor cantidad de líquidos para mantenerse hidratadas.

La ciencia detecta asociaciones entre ciertas patologías y la deshidratación

A nivel clínico y de salud pública, se considera la importancia de ingesta de agua y el estado de hidratación. De hecho, muchos investigadores han puesto su atención en ciertas enfermedades acrecentadas por procesos de deshidratación.

Entre ellas destacan, la diabetes, hiperglucemia, enfermedad renal crónica, obesidad, síndrome metabólico, cáncer de vejiga y enfermedades cardiovasculares. Incluso se ha logrado observar, que una adecuada hidratación no sólo influye en un adecuado funcionamiento corporal sino también mental.

Este efecto logró corroborarse experimentalmente, detectándose que la deshidratación causa una contracción del tejido del cerebro. Lo cual conlleva un incremento del volumen ventricular, lo cual afecta de forma negativa la función intelectual.

De acuerdo a lo observado, esto puede ocurrir cuando un organismo sufre pérdidas de agua superiores al 2%. Ello suele afectar la capacidad de atención, memoria y aprendizaje.

De hecho un estudio reciente ha establecido, que una adecuada hidratación a lo largo de la vida posee efectos positivos. Esto podría traducirse en la disminución de riesgos para el desarrollo de insuficiencia cardíaca.

Este estudio se efectuó en el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. El mismo está adscrito a los Institutos Nacionales de Salud de Bethesda, Maryland.

Mediante este estudio se logra establecer que, es importante prestar atención a la cantidad de líquido consumida durante el día. Ello permitiría el establecimiento de correctivos, en caso de que descubramos que estamos consumiendo poca cantidad de líquido.

De acuerdo a los investigadores, muchas personas ni siquiera cumplen con los niveles inferiores de ingesta de líquidos recomendada. Para los expertos, los niveles de sodio en sangre son una medida bastante precisa del nivel de deshidratación.

Así, cuando las personas consumen menor cantidad de agua, los niveles de sodio sérico se elevan. Al ocurrir esto, se activan procesos que producen insuficiencia cardíaca.

Desvelando un poco más este interesante estudio

La investigación mencionada, fue presentada recientemente en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología.

Según los autores de este estudio, lo más común sería esperar que la hidratación y los niveles de sodio en sangre varíen a diario, en función de lo que bebamos. No obstante, se observa que este valor permanece estable a lo largo de un período de tiempo. Para los investigadores, esto está asociado con el consumo habitual de líquidos.

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Una de las novedades de este estudio, fue su capacidad de predecir el desarrollo de insuficiencia cardíaca. Cabe destacar, que los investigadores lograron además, estudiar la relación entre la hidratación y el engrosamiento de las paredes de la cámara de bombeo principal del corazón.

La misma, se encuentra en el ventrículo izquierdo, por ello se denomina hipertrofia ventricular izquierda. Se ha logrado establecer, que esta patología ocurre por lo general como antesala del diagnóstico de insuficiencia cardíaca.

De esta forma, gracias a este estudio se pudo establecer que la concentración de sodio en sangre, es una medida fiable de los hábitos de hidratación. Y esto es capaz de actuar como un importante predictor para el desarrollo de insuficiencia cardiaca 25 años después.

Para este estudio, se contó con la participación de 15.792 adultos con edades entre los 44 y 66 años al inicio del estudio. A lo largo de 25 años, se realizaron 5 visitas evaluatorias a cada uno de los participantes, es decir hasta la edad de 70 a 90 años.

Los participantes fueron divididos en cuatro grupos, considerando la concentración de sodio promedio sérico (en la sangre). Para cada grupo de sodio, los investigadores analizaron la proporción de personas que desarrollaron insuficiencia cardíaca e hipertrofia ventricular izquierda en la visita cinco (25 años después).

¿Cuáles enseñanzas se obtuvieron de este estudio?

Según los resultados, una alta concentración de sodio sanguíneo (CSS) en la mediana edad, estaba relacionada con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca (IC) e hipertrofia ventricular izquierda (HVI) 25 años después.

Los científicos observaron, que el incremento de 1 micromol por litro de sangre (mmol / l) en la CSS, elevaba las probabilidades de padecer dichas patologías.

Incluso, se determinó que dicha asociación se mantenía aún ajustando otros factores relacionados con el desarrollo de insuficiencia cardíaca. Entre ellos, presión arterial, edad, colesterol y glucosa sanguíneos, función renal, presencia de tabaquismo e índice de masa corporal.

Un hallazgo también observado, correspondió al incremento de HVI y IC en edades entre 70 y 90 años, asociado a valores de sodio sérico superiores a los 142 mmol/l, en la mediana edad.

Esto se pudo obtener, debido a que los participantes, como se mencionó, fueron divididos en cuatro grupos en función de su CSS, durante las visitas uno y dos del estudio. Dichas visitas fueron realizadas en los tres primeros años del estudio.

Para cada grupo, los investigadores analizaron la proporción de personas que desarrollaron insuficiencia cardíaca e hipertrofia ventricular izquierda en la quinta visita (25 años después). Los resultados indicaron la importancia de mantener una adecuada hidratación a lo largo de la vida.

Concluyendo

Una de las enseñanzas acerca del equilibrio del agua, es que la misma varía en función de los distintos escenarios vitales. Podríamos decir, que durante algunas actividades rutinarias en un entorno con poca actividad física, las respuestas de los riñones y la sed, son los principales reguladores del equilibrio.

Sin embargo, cuando realizamos ejercicio prolongado de baja intensidad o alguna actividad o trabajo continuo-intermitente, las respuestas renales y la sed, pueden tener efectos crecientes en la regulación del agua. De hecho en estos casos, la sudoración representa el mayor desafío de la estabilidad hídrica corporal.

Afortunadamente, la ciencia nunca descansa hasta encontrar respuestas objetivas y medibles. Así, de acuerdo a un importante estudio realizado en Bethesda, Maryland; se lograron identificar ciertos predictores de insuficiencia cardíaca.

Mediante este estudio se logró demostrar que, la concentración sérica de sodio en la mediana edad funcionaba como una medida de los hábitos de hidratación. Esta correlación permitió, predecir el desarrollo de insuficiencia cardíaca 25 años después.

De hecho, por duración del estudio, se pudo establecer con precisión la relación entre la hidratación y el engrosamiento de las paredes de la cámara de bombeo principal del corazón (ventrículo izquierdo). Como sabemos, esta patología ocurre, previo a un diagnóstico de insuficiencia cardíaca.

Para Helen el material recibido, el mismo que comparto en el post, fue muy revelador. Para ella, no hubo asombros, pues todos en la familia siempre han criticado que su tío menor, es un hombre que consume pocos líquidos.

De hecho, al compartir con su tío, quien actualmente posee 50 años, el quedó muy sorprendido. Sin embargo, a pesar de que ya posee insuficiencia cardíaca, decidió hacer algo por su salud e hidratarse adecuadamente.

Helen me comenta, que todos sus tíos y su padre, decidieron “curarse en salud” y aceptar sus razonables sugerencias.

“Los resultados sugieren que una buena hidratación durante toda la vida puede disminuir el riesgo de desarrollar hipertrofia ventricular izquierda e insuficiencia cardíaca.”

Dra. Natalia Dmitrieva

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