Existe una pandemia que, ha sido menos temida que otras pero que ha ido progresando durante los últimos cincuenta años. En este caso, son las enfermedades no transmisibles. Dentro de ellas se incluyen: patologías cardiacas y neurodegenerativas, accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2, hipertensión, hígado graso y cáncer.
Una gran mayoría de ellas se asocian con el consumo de alimentos altamente procesados, agentes comprobados del envejecimiento prematuro.
Abby, una seguidora de Texas, es una mujer joven, quien de acuerdo a lo conversado, mostraba predilección por ciertos alimentos. Cuando hizo contacto conmigo, , me comentaba que siempre fue amiga de comprar alimentos de fácil preparación, mayormente precocidos tales como pizza y pasta.
Esto ha hecho, que ella exhiba más peso del que en realidad quisiera. Abby adquirió esta costumbre cuando se independizó y comenzó a vivir sola. Ella achacaba esta actitud a la falta de tiempo para preparar la comida, dada sus ocupaciones de estudio y trabajo. Comenzó a tener problemas para dormir, estreñimiento.
Se dio cuenta que sus ganas de comer eran cada vez más intensas, quería comer pasteles fritos y comenzó a tener una especie de adicción a las “patatas fritas” o “french fries” y los comía con mucha intensidad al punto que solo pensaba en comerlas.
Estilo de vida saludable vs. comida ultraprocesada
Un estilo de vida saludable está basada en un régimen alimenticio con el consumo de nutrientes que el cuerpo requiere para mantenerse sano. Estar saludable no es solamente que no padezca enfermedades, sino que tenga un estado de bienestar físico, mental y emocional.
Además de ello, tener actividades físicas para que el cuerpo conserve su elasticidad y movilidad. El organismo requiere grasas, proteínas, carbohidratos, vitaminas, minerales para mantenerse en buen estado.
En relación a la comida ultraprocesada, la ciencia apunta que los alimentos ricos en grasas y en carbohidratos son capaces de activar los centros del cerebro, que son los responsables de la emoción, motivación y la recompensa.
Según expertos las comidas ultraprocesadas son muy agradables al paladar, por lo que “un efecto secundario de ese tipo de comida deliciosa es que es muy difícil dejar de comerla”. Pero pueden consecuencias desagradables al manifestarse procesos inflamatorios y ser precursores de condiciones crónicas.
Abby aumentó 12 libras de peso, lo que comenzó a causarle mucha preocupación, además de los malestares consecutivos que tenia en el cuerpo.
Ella buscó mi asesoría principalmente para que le mostrara cuan dañinos pueden ser realmente estos alimentos. De hecho, necesitaba conocer algunos elementos de peso que le motivaran a renunciar al consumo de comida procesada.
Desde hace muchos años he venido indagando y documentándome acerca del daño que causan los alimentos procesados y ultraprocesados. Así, a los fines de ayudar a Abby a tomar una decisión a favor de su salud, le hice llegar información acerca de los efectos de los alimentos ultraprocesados. Incluso le incluí algunos comentarios acerca de investigaciones recientes muy interesantes.
Conocer acerca de los efectos de estos alimentos, puede salvar muchas vidas y evitar envejecimientos prematuros. Por ello, lo comparto en mi página.
Algunas pinceladas acerca de los alimentos ultraprocesados
Generalmente el procesamiento de alimentos incluye diversas metodologías, que buscan mejorar sus características de almacenamiento, cocción y consumo. Según los expertos, esto ha desencadenado una producción de alimentos elevada en calorías, grasas saturadas, azúcares y sales.
Se sabe además, que estos alimentos tienden a proporcionar muy bajas cantidades de fibra dietética o bien carecen de ella. Por lo general, esto es muy frecuente de observar en las dietas occidentalizadas.
De acuerdo a diversos estudios realizados se ha logrado demostrar, que los alimentos procesados son adictivos. Por lo general, los mismos contienen una combinación de compuestos, que hace difícil contrarrestarlos. De esta forma podemos conseguir en los alimentos procesados grasas trans, edulcorantes, harina, sal, gluten, cafeína y productos lácteos.
Según los expertos, los alimentos procesados podrían comportarse de forma más adictiva que muchas drogas. De hecho, se ha logrado verificar que el azúcar se desplaza hacia el cerebro de forma muy veloz.
De acuerdo a un estudio publicado en American Journal of Medicine el 2013, se obtuvieron resultados interesantes acerca del envejecimiento. Este estudio fue único porque se basó en medidas e historias clínicas validadas a lo largo de 16 años.
Cuando los investigadores analizaron los resultados del envejecimiento ideal y del envejecimiento no saludable, comprobaron que este depende de la dieta.
De esta forma se corroboró, que al seguir dietas de tipo occidental se incrementa el riesgo de envejecimiento poco saludable. En cambio, una sana alimentación rica en verduras, grasas saludables, pescado y frutas, podría incrementar la posibilidad de alcanzar una avanzada edad sin enfermedades crónicas y continuar manteniendo la funcionalidad.
Los alimentos ultraprocesados y sus efectos negativos
Hasta ahora se ha logrado determinar, que el envejecimiento es el resultado de una interacción multifactorial. Es decir, está conformada por una serie de factores ambientales locales y sistémicos, además de ciertos procesos ocasionados por la muerte de las células. Con el tiempo dichos factores ambientales, aunados a los cambios en las células, reducen la resistencia de los tejidos.
Esto desencadena finalmente ciertas condiciones patológicas o enfermedades. Así, podemos mencionar los siguientes efectos de los alimentos procesados sobre la salud:
1. Incremento del peso corporal
Por lo general, los alimentos procesados se relacionan con la ingesta excesiva de alimentos y el incremento de peso. Un estudio publicado en Cell Metabolism el 2019, demostró ciertos hallazgos interesantes. Entre ellos, que quienes mantenían una dieta con alimentos altamente procesados, elevaban su ingesta en 500 calorías respecto de quienes empleaban en su dieta alimentos mínimamente procesados.
De hecho, las personas que mantienen en su dieta alimentos altamente procesados tienden a ganar más peso y comer más rápido. Según Harvard Health Publishing la ingesta acelerada de alimentos podría impedir la identificación de los efectos de la saciedad. Este efecto, en algunos casos puede acarrear la ingesta excesiva de alimentos.
2. Desequilibrios sobre el sistema cardiovascular
Un estudio publicado el 2019 en BMJ, mostró un amplio análisis realizado sobre más de 100.000 personas. En el mismo se determinó, que la ingesta de alimentos ultraprocesados está vinculada con un riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares. Dentro de estos alimentos destacan las carnes y bebidas procesadas, salsas, productos azucarados, grasas y bocadillos salados.
Otra investigación presentada el 2019 por los CDC mostró la disminución general en la salud cardíaca por consumir alimentos ultraprocesados. Este estudio se realizó con los datos de unas 13.000 personas. Los efectos negativos aumentaban con cada incremento del 5% de las calorías provenientes de dichos alimentos.
Cabe destacar, que existe una relación entre los elevados niveles de sodio y la tensión arterial. La misma es considerada un factor de alto riesgo para el padecimiento de patologías cardíacas y accidentes cerebrovasculares. De acuerdo a los expertos, la mayor cantidad de sodio presente en la dieta estadounidense proviene de los alimentos ultraprocesados.
Existe una iniciativa implementada en los Estados Unidos, que busca ayudar a los consumidores. Se trata de la marca Heart-Check de la American Heart Association (AHA) presente en los alimentos envasados. Mediante este interesante programa se informa acerca de los alimentos procesados más bajos en grasas saturadas, colesterol y sodio.
Además de ello, estos alimentos poseen la garantía de aportar un 10% de la Ingesta Diaria Recomendada (IDR) de ciertos compuestos importantes. Entre ellos destacan: fibra, proteína, hierro, calcio y vitaminas A y C.
3. Cambios desfavorables sobre la microbiota intestinal
Cuando el organismo se encuentra sano, la composición de la microbiota intestinal es muy diversa. Esto implica, que las cepas de las bacterias benéficas superan las de las bacterias potencialmente perjudiciales o patógenas.
Esto permite mantener una actividad equilibrada a nivel intestinal, sin embargo, algunos factores inciden sobre este equilibrio. Entre ellos destacan el empleo de antibióticos o ciertos alimentos como los ultraprocesados.
Los cambios producidos por efecto de la disminución de la diversidad de la microbiota benéfica, se conoce como disbiosis. Y este proceso, puede ser el causante de una serie de patologías como el síndrome de intestino irritable, enfermedades inflamatorias y diverso tipos de cáncer.
Se incluyen además, enfermedades del sistema hepático y sistema nervioso, obesidad, diabetes tipo 2, procesos alérgicos y celiaquía.
La disbiosis por lo general afecta la síntesis de ácidos grasos de cadena corta, la producción de ciertas vitaminas y los ácidos biliares. De esta forma al producirse un desequilibrio en la microbiota intestinal se produce el deterioro de procesos reguladores. A su vez, ello incide sobre los procesos del sistema inmunológico, adecuado desempeño mental y capacidad de lucha contra los patógenos.
Diversos estudios han logrado establecer, que los alimentos ultraprocesados provocan un ambiente intestinal proinflamatorio y la perdida de bacterias benéficas. Esto puede desencadenar la presencia de procesos oxidativos e inflamatorios responsables de diversas enfermedades crónicas.
Según una revisión publicada el 2019 en Microorganisms las dietas ricas en fibra favorecen el crecimiento de bacterias intestinales benéficas. Esto induce la reducción de la inflamación a nivel del sistema digestivo.
Además de ello, en otra investigación del mismo año publicada en la revista Nutrients, se demostró el efecto negativo de los edulcorantes artificiales sobre las bacterias benéficas. Ellos están presentes en muchos alimentos procesados y son capaces de alterar la microbiota intestinal en poco tiempo.
4. Disminución de la longevidad
Un estudio publicado el 2018 en Natural Medicine Journal encontró diversos hallazgos interesantes vinculados al consumo de alimentos ultraprocesados. Este estudio contó con una población de 104 mil adultos con una mediana de edad de 42,8 años.
Mediante mecanismos establecidos se recopiló la información dietética a lo largo de 24 horas, capaz de registrar el consumo de 3.300 alimentos diferentes. Los mismos fueron clasificados de acuerdo a su nivel de procesamiento. A su vez, en el estudio identificaron los casos de cáncer, empleando registros nacionales de salud y mortalidad francés.
Los resultados obtenidos por los investigadores, los alimentos ultraprocesados propician mayores riesgos de cáncer general. Igualmente se corroboró, que un incremento del 10% en la proporción de alimentos procesados en la dieta produce incrementos del 12% sobre el riesgo de cáncer. A su vez, produce un 11% de incremento sobre el riesgo de padecer cáncer de mama.
Según el Instituto Americano para la investigación del Cáncer, alrededor de un tercio de los tipos de cáncer más comunes, podrían evitarse cambiando el estilo de vida y hábitos dietéticos.
De acuerdo a algunos naturópatas, un 95% de los casos de cáncer podrían prevenirse cambiando estilo de vida. Asimismo, de acuerdo a un estudio publicado en BMJ en mayo de 2019, se corroboraron estos planteamientos.
Así partiendo del análisis de regímenes alimenticios de 20.000 hombres y mujeres durante cinco años, se obtuvieron resultados relevantes. Entre ellos, que la principal causa de muerte fue el cáncer. Además de ello se determinó, que el riesgo de muerte por todas las causas era un 62% mayor, para quienes consumían más de cuatro porciones diarias de alimentos ultraprocesados.
Incluso, el riesgo de muerte por todas las causas se incrementa en 18%, tan solo aumentando una porción adicional diaria.
Los alimentos ultraprocesados y el envejecimiento
Para comprender en profundidad el daño que producen los alimentos ultraprocesados se introducen algunos términos técnicos. En este caso una mención acerca de los telómeros, que son estructuras ubicadas en los extremos de cada uno de los cromosomas. Según los investigadores de la Universidad de Navarra, existe un efecto importante de los alimentos ultraprocesados sobre estas estructuras.
Entre ellas destacan el acortamiento de las mismas, lo cual se emplea como un marcador del envejecimiento celular. Vale destacar, que aunque los telómeros no contienen información genética poseen la función de preservar la integridad de los cromosomas.
Los científicos observaron, que los alimentos ultraprocesados producen que los telómeros se acorten. Esto trae como consecuencia, que su efecto protector sobre los cromosomas disminuya y se produzca un envejecimiento acelerado.
Estos resultados fueron presentados en el Congreso Europeo e Internacional sobre Obesidad (ECOICO), realizado en septiembre de 2020. Además de ello, también fueron publicados en la revista The American Journal of Clinical Nutrition.
Es importante destacar, que tal como plantean los investigadores, todas las personas envejecen. Sin embargo, muchas acciones que están en manos de cada uno, pueden agregar años de vida o retardar el envejecimiento. De allí la importancia de eliminar hábitos poco saludables que favorecen el envejecimiento acelerado. Entre ellos, el consumo regular de alimentos ultraprocesados.
De acuerdo a la Dra. Joan Ifland, experta en adicción a la comida procesada, los alimentos procesados ocasionan muchas angustias físicas, mentales, emocionales y de comportamiento. Incluso ella resalta, que estos alimentos modifican el funcionamiento de las células, ocasionando procesos de envejecimiento asociados a una serie de síntomas y signos.
Entre ellos destacan la hipertensión, dolor articular, niebla mental, fatiga, inflamación y depresión. El consumo regular de alimentos ultraprocesados, induce irregularidades del funcionamiento hormonal, disfunción cerebral, problemas circulatorios y diversos tipos de cáncer.
Concluyendo
Es importante destacar la importancia de cambiar los alimentos ultraprocesados por alimentos sanos y nutritivos. La entereza y la fuerza de voluntad para lograrlo, estamos apostando a vivir una vida más saludable e incrementando años de vida útil.
Diversos estudios realizados a lo largo de la última década, muestran que el consumo de alimentos ultraprocesados favorecen el desarrollo de la obesidad y diversas enfermedades no transmisibles. Entre ellas destacan depresión, obesidad, hipertensión, síndrome metabólico y diversos tipos de cáncer.
Además de ello, estos alimentos producen una serie de enfermedades, entre las cuales destacan, las cerebrovasculares y cardíacas.
Cabe destacar, que los alimentos ultraprocesados conducen a un acelerado deterioro celular y envejecimiento biológico. Una investigación reciente realizada por científicos españoles, pudo establecer que este efecto se debe principalmente al deterioro de los telómeros. Que tal como se mencionó, es una estructura que protege nuestros cromosomas y evita el deterioro de los mismos.
Cuando Abby recibió esta información, la cual comparto en el post, comenzó a tomar conciencia. Ella, me manifestó que al analizarlo, cayó en cuenta que un gran porcentaje de la responsabilidad del padecimiento de ciertas enfermedades recae sobre cada persona. Ella pudo comprobar, que al igual que somos libres de elegir los alimentos, también podemos elegir mantenernos sanos.
Y definitivamente, Abby optó por alejarse de los alimentos ultraprocesados, inclinándose así por la opción más inteligente. Ella comprendió, que comer sanamente y no ingerir excesos de alimentos favorecerían enormemente su salud. Además de ello, le permitirían vivir más años y no agotar su vida útil.
“Tener alimentos procesados en casa es un gran desencadenante. Los medios de comunicación están repletos de desencadenantes. Las personas tóxicas también son grandes desencadenantes. Tómate tu tiempo sólo para observar y luego busca ayuda para elaborar estrategias sobre cómo eliminar lentamente los desencadenantes de tu entorno”
Dra. Joan Ifland, PhD
Doctora en Nutrición Adictiva y Experta en Adicción a los Alimentos
Si te ha gustado este artículo y tienes un interés sincero en aprender cómo puedes vivir más sano, me gustaría regalarte una copia de mi último libro #Yo Puedo con la Dra. Cocó.
Sí la página te da un mensaje de error es porque no has entrado la dirección bien. Vuélvelo a intentar, asegurando no haber dejado ningún espacio antes, después o entre las letras de tu dirección.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8532572/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7694501/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23582933/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7551378/
https://www.bbc.co.uk/food/articles/van_tulleken
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32549225/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7019245/
https://nutritionj.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12937-020-00604-1
https://academic.oup.com/ajcn/article/111/6/1259/5824715?login=true
https://www.naturalmedicinejournal.com/journal/2018-12/processed-foods-increase-risk-cancer