☑️ ¿Pueden Los Alimentos Procesados Causar Cáncer?

Existen muchas preocupaciones, en la creciente alza de enfermedades crónicas a nivel mundial. Y, en el caso específico de los Estados Unidos, sabemos que la gran mayoría de estas enfermedades son causadas por el estilo de vida. Hasta donde se sabe, la salud en los Estados Unidos, ha empeorado en los últimos cincuenta años. De hecho, las proyecciones realizadas mencionan que para el año 2030, probablemente el 49,2% de la población sufrirá de sobrepeso. Cabe resaltar, que los estudios e investigaciones realizadas a lo largo de muchos años, han logrado esclarecer crudas realidades. Por ello, si la alimentación y el estilo de vida no son reformados, se incrementarán los ataques cardíacos, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.

Es importante, que mencione algo interesante, se trata de un término propuesto por USDA, el mismo es “Desierto alimentario”. Por lo general, se trata de comunidades con poco o ningún acceso a alimentos saludables. Menciono de todas estas cosas, porque recibí una solicitud de una joven maestra, que vive en Chicago. Me comenta, que realiza una interesante labor social, sobre todo impulsando huertos urbanos, en estas zonas denominadas “Desiertos”. A raíz de ello, le llamó la atención, el número de casos de cáncer presentes en estos lugares. Como ha sido mi seguidora por un tiempo, me solicitó información relacionada con el consumo de alimentos poco saludables y la presencia de cáncer.

Una solicitud así, realmente me conmueve y me impulsa a seguir ayudando. Y es precisamente lo que hice con esta joven. Le envié cierta información, destacando los efectos negativos de los alimentos procesados, donde se resalta la prevalencia de cáncer por efecto de su consumo. Considerando lo importante del tema, elaboré un artículo sencillo y aleccionador.

Un pequeño paréntesis acerca de los desiertos alimentarios

Como mencioné en el párrafo anterior, “Desierto alimentario” es un término muy empleado de forma generalizada, para describir comunidades con poco o ningún acceso a alimentos saludables, incluidas frutas frescas, verduras, carnes y productos lácteos. Aquí se incluyen, áreas geográficas que pueden ser rurales o urbanas. En estos lugares, los alimentos frescos no se encuentran a una distancia conveniente. Hasta donde se sabe, millones de estadounidenses, en su mayoría pobres y muchos de ellos, latinos o afroamericanos, habitan en estas áreas.

De acuerdo a las cifras de USDA, existen alrededor de 23,5 millones de estadounidenses que viven actualmente en desiertos alimentarios. Esto incluye una cifra algo alarmante de 6,5 millones de niños. Por ejemplo, en Detroit existen unas 550.000 personas, en estas condiciones. Esta ciudad, posee unos 155 supermercados de servicio completo. Sin embargo, posee un poco más de 1.000 tiendas de conveniencia y estaciones de servicio que expenden comida rápida.

Acorde a las estadísticas, la mayoría de los habitantes de esta ciudad, viven muy lejos de los supermercados. Muchos de ellos, hasta dos veces más lejos del supermercado más cercano, que de cualquier establecimiento de conveniencia. Por ello, no asombra que Detroit, ostente una de las tasas más altas de obesidad en los Estados Unidos. Así, según el Departamento de Salud Comunitaria de Michigan, el 70% de los habitantes de Detroit tiene sobrepeso.

Adentrándonos un poco en los alimentos procesados

Desde hace mucho tiempo, la investigación, reveló que los alimentos procesados ​​y preenvasados, contienen altos niveles de grasa, sal y azúcar. De acuerdo a estudios observacionales de cinco años de duración realizados en Francia, se obtuvieron ciertos datos relevantes.

Este estudio consideró un universo de 105 mil personas, que incluían hombres y mujeres de mediana edad. Así de esta forma, se encontró que cada aumento equivalente a un 10% en el consumo de alimentos ultraprocesados, generó consecuencias.

Dentro de estos alimentos se pueden mencionar: productos horneados, sopas deshidratadas, galletas, cereales azucarados, salsas y carnes procesadas. Las cifras arrojaron un 12% de incremento en cuanto al riesgo general de padecimiento de cáncer y un 11% de cáncer de seno.

Aunque suene algo alarmante, se sabe que, en los Estados Unidos, el riesgo de ser diagnosticado con algún tipo de cáncer es del 39,3 %. Esto es extraído del Instituto Nacional del Cáncer y se basa en proyecciones para hombres y mujeres. Muchas de ellas, consideran, un sinnúmero de estudios de investigación. En ellos, se palpa claramente que el estilo de vida, es determinante.

Todo esto incluye por supuesto, el tipo de alimentación que se suele realizar frecuentemente. Muchos la denominan tipo occidental, que incluye, ingentes (grandes) cantidades de alimentos procesados. De hecho, existe una correlación entre el consumo de carne roja procesada y el cáncer colorrectal. Pero existe una ventana de esperanza, pues estos factores de riesgo, pueden modificarse, para jugar a favor de la salud.

Tomar medidas para reducir el riesgo general de cáncer.

Existen una serie de recomendaciones, provenientes del Fondo Mundial de Investigación del Cáncer, realizadas el año 2018. Dentro de ellas se incluyen:

medidas-para-reducir-el-riesgo-de-cancer

  • Evitar la ingesta de comida chatarra
  • Dejar de consumir alimentos procesados con alto nivel de grasas saturadas, grasas trans, almidones y azúcares
  • Ingerir mayor cantidad de alimentos integrales y mínimamente procesados, como por ejemplo semillas de leguminosas, granos integrales de cereales y pseudocereales, frutas y hortalizas
  • Implementar una rutina alimentaria disciplinada de alimentos de origen vegetal
  • De preferencia aprovechar las bondades de las frutas de múltiples colores, para disponer en la dieta de los fitoquímicos bioactivos presentes en ellos
  • Se sugiere que, las dos terceras partes del plato, contenga diversos frutos coloreados, hortalizas de hojas, de frutos y de raíz, además de granos integrales
  • En el tercio restante del plato, emplear semillas de leguminosas como garbanzos, lentejas o frijoles. Incluir, además, tofu, hummus, frutos secos, semillas de calabaza y girasol
  • Limitar la ingesta de comidas con altos niveles calóricos, es decir ricas en grasas saturadas y azúcares
  • Dentro de estos alimentos a evitar se mencionan: papas fritas, bebidas azucaradas, gaseosas, pan blanco, pan francés, donas, pasteles, pizza, arroz blanco, pasta y cereales azucarados
  • Ingerir mayor cantidad de aguas infusionadas con té verde, negro, blanco, manzanilla, así como frutas refrescantes
  • Hidratar y nutrir el cuerpo con zumos naturales, ricos en vitaminas y minerales provenientes de frutas frescas orgánicas

¿Por qué el habito alimenticio adecuado favorece el combate del cáncer?

Continuando con las recomendaciones, es momento de citar las realizadas por World Cancer Research Foundation y el American Institute for Cancer Research. Estas instituciones reconocidas a nivel mundial, invitan a realizar una dieta rica en fibra y polifenoles. Además de ello, limitar el consumo de grasas no saludables.

Para ellos, una dieta saludable involucra aumentar el consumo de cereales no refinados, hortalizas y frutas. Incluye además, como se ha mencionado, la ingesta moderada de carnes rojas. Cabe destacar, que muchos estudios e investigaciones clínicas, han encontrado, que estos compuestos, juegan un rol muy importante en la prevención de cáncer. Ellos están presentes en las manzanas, los dátiles y los plátanos. Incluso, se encuentran en grandes cantidades en el té verde. Vale resaltar, que una dieta rica en fibras y polifenoles, ha sido asociada por mucho tiempo, a un menor riesgo de padecer enfermedades crónicas.

De acuerdo a los investigadores, pueden existir varios mecanismos que sustentan estas aseveraciones. Más la que siempre ha estado presente con mayor fuerza, es la referida a las moléculas bioactivas. Sobre todo, aquellas, que son producidas a partir de los alimentos de origen vegetal por las bacterias benéficas intestinales.

Menos consumo de alimentos chatarra equivale a más salud

Muchos avances se han realizado, cuando se ha comprendido que existe un mundo microscópico a nivel del sistema digestivo. Cada día, se tienen más datos acerca de cómo se realiza esta especie de simbiosis. la cual, juega un papel preponderante en la producción de moléculas bioactivas. Se sabe que las mismas, son producidas por las bacterias benéficas intestinales, a partir de alimentos de origen vegetal.

Existen estudios, que han permitido establecer, la importancia de los polifenoles y la fibra en la prevención de la carcinogénesis. Esto, se contrapone, cuando se insiste en ingerir rutinariamente alimentos procesados. Cada día que transcurre, se desvelan mayor cantidad de efectos negativos de estos “alimentos” sobre los diferentes sistemas corporales.

Ya muchos expertos institucionales, desaprueban el consumo de los mismos, pues los vinculan directamente con el padecimiento de muchas patologías. La mayoría de estas recomendaciones, se basan, en gran cantidad de estudios. En ellos, estos alimentos presentan una asociación con la presencia de sobrepeso, obesidad, enfermedades inflamatorias y diabetes. Aparte de ello, investigaciones recientes, han permitido detectar que dichos productos contienen ciertos compuestos añadidos muy nocivos. Dichos compuestos, añaden mayores efectos negativos sobre los alimentos procesados, tornándolos aún más letales para el funcionamiento de nuestro organismo. Muchos de ellos, son carcinógenos potenciales y poseen la característica de dañar la constitución y el funcionamiento de las células.

Productos peligrosos que se encuentran en los alimentos procesados

Una forma bastante objetiva, de abordar la problemática de los efectos negativos de los alimentos procesados, es mediante la ciencia. Así de esta forma, se puede afirmar, de acuerdo a estudios de reciente data, que existen sustancias peligrosas añadidas a los alimentos procesados. Ellas, por lo general, sirven para “resaltar” el sabor, alargar la vida útil, dar color y mejorar la textura.

Dentro de esos productos potencialmente cancerígenos, se puede mencionar:

1. Glutamato monosódico

También conocido como MSG, es el saborizante natural más extendido en los alimentos procesados. A pesar de ello, diversos estudios, han sugerido posibles efectos tóxicos, vinculados a este aditivo. Dentro de estos trastornos, se pueden incluir, los relacionados con el sistema nervioso central, el metabolismo de las grasas, la obesidad, el funcionamiento del hígado y el sistema reproductivo. No obstante, se usa de forma extensiva en infinidad de alimentos enlatados, galletas saladas, productos cárnicos, comidas congeladas, aderezos para ensaladas y un sinfín de productos procesados.

Muchos observadores, afirman, que hay que estar muy atentos con los daños a mediano y largo plazo, de este compuesto. Si bien es cierto, representa un gran potencial de beneficios para la industria, podría acarrear consecuencias negativas para la salud. Recuerden que existe un hilo muy estrecho entre la obesidad, sus daños asociados y el cáncer.

2. Aceites parcialmente hidrogenados o fraccionadas

Las grasas trans (AGT), tomaron un auge, cuando se pensó que podían compensar el daño causado por las grasas saturadas. Sin embargo, hoy en día se sabe que las mismas, son mucho más dañinas que las grasas saturadas. Desde hace un tiempo he venido hablándole algunas cosas sobre este tipo de producto. Los AGT, se forman mediante la hidrogenación parcial de aceites vegetales líquidos, formando así grasas semisólidas. Son utilizadas en margarinas, aceites para cocinar e infinidad de alimentos procesados, como bocadillos, alimentos envasados, pizzas y galletas. Su uso se hizo extensivo, debido a que poseen efectos atractivos para la industria. Ellas son: tiempo de conservación prolongado, estabilidad en el uso para alimentos fritos, mayor vida de anaquel y textura sólida. El año 2002, se presentó un estudio que asociaba el consumo de estas grasas con el aumento del riesgo de arterias obstruidas.

De hecho, existen revisiones que indican la existencia de posibles efectos nocivos, debido a su alto consumo. Se ha determinado, que se asocia a riesgos mayores de cánceres a nivel bucal, faríngeo y esofágico. Por ello, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y la Asociación Americana del Corazón sugieren que menos del uno por ciento de las calorías ingeridas procedan de grasas trans. A su vez, la FDA, considera a un alimento libre de grasas trans, si contienen menos de 0,5 gramos por porción. Así de esta forma, si un alimento contiene más de 4 g de grasa saturada y grasas trans, no puede comercializarse como saludable.

3. Sabores artificiales

En 2018, la FDA prohibió el empleo de siete aditivos alimentarios cancerígenos. La petición se había realizado el año 2015, avalada por diversos grupos vinculados a la salud, consumidores organizados y del medio ambiente. Muchos de estos aditivos aparecen en las etiquetas como “sabores artificiales” y existen algunos ejemplos muy conocidos. Tales como aquellos que emulan muy bien, el sabor de la menta y el de la canela.

Estos químicos son producidos en laboratorio y no realizan ningún aporte nutricional para el organismo. Se pueden encontrar en muchos alimentos procesados como dulces y confites, cereales, sopas, yogur y alimentos saborizados enlatados. Se ha observado que pueden causar neurotoxicidad en diversos órganos y cáncer. Dentro de estos sabores artificiales figuran: pulegona, piridina, benzofenona, acrilato de etilo, eugenil metil éter y mirceno. El séptimo compuesto, denominado estireno, fue eliminado de la lista, debido a que actualmente está en desuso. La FDA, otorgó un plazo de 24 meses para cumplir con las nuevas reglas, la medida se realizó en octubre de 2018.

4. Benzoato de sodio y potasio

De acuerdo a los estudios, este producto es un potencial agente cancerígeno. Esto se debe, a que el benzoato, se convierte en benceno en presencia de ácido ascórbico o vitamina C.  Se ha observado de acuerdo a ciertos estudios, que existe una mayor propensión a formar benceno, cuando estamos en presencia de bebidas dietéticas.  Esto se debe a que en las gaseosas o en las bebidas a base de frutas, el azúcar puede atenuar la formación de benceno. Su uso alimenticio es como conservante.

El año 2005 la FDA, encontró que diez de los doscientos refrescos y bebidas de frutas analizados, contenían más de 5 partes por billón (ppb) de benceno. Esta cifra, es la referencia considerada segura para el agua potable. El mismo fue establecido por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Dichas bebidas se han reformulado o se ha eliminado el benzoato, a fin de cumplir con los requerimientos.

Debemos estar muy atentos, pues el benzoato, no solo forma parte de los alimentos procesados, sino que además, se usa en medicamentos, cosméticos y productos industriales.

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5. Colorantes artificiales

Según el Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI), cada año se emplean, unos quince millones de libras de tintes a base de petróleo en los alimentos. Estos tintes, están contaminados con sustancias altamente cancerígenas. Podríamos decir, que el 90% de ellos está representado por los colores rojo No. 40, amarillo No. 5 y amarillo No. 6, los cuales se añaden a más alimentos de lo que podamos sospechar.

El año 2008, el CSPI, solicitó a la FDA, que prohibiera el uso de estos colorantes.  Básicamente debido, a la relación encontrada entre la hiperactividad y los problemas de comportamiento. El gobierno británico y la Unión Europea han tomado medidas al respecto. Además de ello, muchos otros países, están buscando la forma para poner fin al uso de estos colorantes para alimentos. Sin embargo, su uso aún está aprobado en los Estados Unidos. Incluso otro potencial carcinógeno, conocido como rojo No 3, identificado plenamente, aún se utiliza comercialmente.

6. BHA (hidroxianisol butilado) y BHT (hidroxitolueno butilado)

Estos famosos compuestos, son preservativos, empleados en numerosos alimentos procesados.  Es importante recordar que estos compuestos, son los antioxidantes sintéticos de uso más generalizado por parte de la industria alimentaria.  Se ha establecido que ambos compuestos, forman sustancias cancerígenas en el organismo, además de ser alergénicos. Cabe destacar, que la vitamina E, es empleado en muchos productos que se venden en las tiendas orgánicas, como un sustituto natural de estos compuestos. Son comercializados bajo los nombres de E320, el BHA y E321 el BHT. Se utilizan en muchos tipos de cereales, papas fritas empacadas, goma de mascar, además de aceites vegetales, manteca de cerdo, mantequilla, carnes procesadas, galletas y cerveza.

7. Azúcar

Muchas veces se ha hablado acerca del azúcar, esta vez, dentro de los causales de cáncer, por su participación indirecta en el organismo. Es decir, lo que puede suceder en el organismo, cuando se sobrepasan las dosis diarias que se recomiendan. Al ocurrir esto, se produce un desequilibrio que conduce al incremento del tejido adiposo y por supuesto todos los desarreglos que ello supone. El detalle, es que el azúcar es uno de los ingredientes mas universales. Esto, le convierte en un compuesto que es frecuente encontrar en miles de productos procesados y una gran cantidad de ellos, menos procesados.

Siendo sinceros, la investigación ha dicho, que ingerir azúcar no produce cáncer, sin embargo, las células cancerosas poseen predilección por ella para reproducirse. Además de ello, ingerir alimentos con alto contenido de azúcar, se ha relacionado con altos niveles calóricos y como se mencionó en párrafos anteriores, ello conduce al sobrepeso. Y claro está, el sobrepeso conduce a una vida sedentaria, que acarrea muchos daños directos e indirectos sobre el organismo y las funciones corporales. Así de esta forma, tal como  e ha lo hemos referido en otras ocasiones, el sobrepeso, es una bomba de tiempo, que detona una serie de procesos peligrosos. Entre ellos, el riesgo de cáncer y una serie de enfermedades neurodegenerativas.

Es tan común el azúcar, que se considera la principal fuente de calorías en muchos países. Ella como ya lo sabes, forma parte de las bebidas deportivas, gaseosas, jugos y todo tipo de alimentos procesados. Un dato que puede causar conmoción es el hecho, de que se ha establecido que algunas fórmulas para bebés, contienen la misma cantidad de azúcar que una lata de Coca-Cola.

Concluyendo

Conservar buenos hábitos en la comida es esencial para tener  una cultura alimenticia.   Con buenos hábitos, podremos enrumbar nuestra salud, aprovechando al máximo, todos los recursos aprendidos. Pero eso sí, de una forma inteligente, sosegada y basada en hechos comprobados. Sinceramente, soy de las que cree, que realmente no existe un enfoque único para establecer hábitos de vida saludables. Por ello, invito a establecer objetivos realistas, a fin de hacerlos palpables y de uso práctico.

Pudimos observar una pequeña lista de compuestos presentes en los alimentos procesados, que es muy importante monitorear. Sobre todo, para los padres de familia. Es bueno tener presente que todos los productos mencionados, incluyendo colorantes, saborizantes, preservativos y resaltadores de sabor, forman parte diaria de los productos cotidianos.  Pero, algo es cierto, si estoy concienciado, puedo tener la libertad de elegir la salud para mí y mi familia. Y esto, realmente es lo que me gustaría que sucediera, para luchar por todos los medios contra el cáncer.

Una cosa importante de la que hablamos, tomando la solicitud de la joven maestra fue lo vinculado a los desiertos alimentarios. Realmente esta experiencia me conmovió. De hecho, para ella ha sido muy útil el material que le envié. En él plasmé lo que ahora comparto en el post. Pienso que por el poco espacio del que dispongo, no pude ahondar más en este tema de crisis alimentaria, que tenemos frente a nuestras narices. Ella me dice que entre los que viven en barrios con el peor acceso a alimentos frescos, diez de cada 1.000 personas mueren de cáncer. Esta joven maestra, es un ejemplo de lo que deberíamos hacer muchas personas. Este podría ser, un hermoso granito de arena, en pro de quienes no tienen acceso a una sana alimentación.

“Las células de su cuerpo usan azúcar para mantener el funcionamiento de sus órganos vitales, pero demasiada azúcar diaria puede causar aumento de peso. Y, el aumento de peso, junto a la falta de ejercicio pueden aumentar el riesgo de cáncer”

Erma Levy

Dietista investigadora en Behavioral Science 

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