Desde hace mucho tiempo, las personas que sufren de enfermedades incapacitantes luchan por lograr mantener su calidad de vida. Muchas de ellas acuden a infinidad de fármacos, que producen un alivio temporal de las molestias asociadas dejando tras de sí diversos efectos adversos.
Recientemente investigadores de la Universidad de Iowa lograron establecer, que mediante una alimentación adecuada, es posible combatir la esclerosis múltiple.
De esto hablo a solicitud de Martha, una seguidora de Utah. Ella me comentaba, que desde hace unos diez años fue diagnosticada con esclerosis múltiple (EM). Esto hace que ella en ocasiones sufra de ciertos problemas de fatiga y ocasionalmente problemas a nivel intestinal.
Ella sea muy comedida a la hora de comer y no posee una dieta muy variada, porque prefiere mantenerse en su zona de confort. Ella acude a mí, a fin de que le recomiende algunas vías naturales para manejar las molestias asociadas a la EM.
Yo le comenté que, en la actualidad no existe ningún tratamiento dirigido a esta enfermedad. Sin embargo, le envié información de algunos hallazgos recientes acerca de ciertas posibilidades del manejo de esta enfermedad, la forma en que ella es clasificada y sus efectos sobre el organismo.
Esta enfermedad puede mejorar al considerar la dieta y la presencia de bacterias intestinales benéficas en una microbiota intestinal equilibrada. Por ello consideré interesante compartir esta información, que podría cambiar ciertos paradigmas actuales.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
Según lo estudiado hasta la fecha se puede afirmar que, la esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad discapacitante que afecta el Sistema Nervioso Central (SNC). Esta enfermedad, suele presentarse en personas adultas jóvenes y de mediana edad.
A pesar de que esta enfermedad ya había sido reconocida desde mediados del siglo XIX, no se habían encontrado opciones para su tratamiento. Sin embargo, desde 1990 se han realizado diversas investigaciones, que han permitido avanzar en la búsqueda de ciertas alternativas terapéuticas.
Esta patología puede considerarse como una enfermedad autoinmune crónica. Dentro de sus características se observa, que el sistema inmunológico daña la vaina protectora (mielina) que recubre las fibras nerviosas. Este deterioro de la mielina, puede presentarse en diversos sitios del SNC, los cuales se denominan áreas de desmielinización.
Por lo general, estas áreas pueden estar presentes a nivel de la médula espinal, nervio óptico y cerebro. Además de los daños causados en estas áreas, cuando la EM está avanzada produce graves efectos sobre los axones de las neuronas, o sobre diversas ramificaciones nerviosas. Este proceso afecta de forma directa el SNC, pudiendo llegar a dañar los nervios de forma permanente.
Según investigaciones realizadas en las zonas de desmielinización se presentan ciertas células inflamatorias, entre ellas macrófagos y linfocitos. Se ha observado que los infiltrados de estas células, producen la degradación de las vainas de mielina.
Esto ha permitido corroborar que esta enfermedad, se trata por tanto de una patología autoinmune crónica del SNC. Y sus principales características, son la presencia de procesos inflamatorios, gliosis (cicatrizaciones a nivel cerebral), desmielinización y pérdida de neuronas.
Síntomas más comunes que presenta la EM
Dentro de los síntomas neurológicos más frecuentes de esta enfermedad, se mencionan:
- Fatiga (sensación agobiante de agotamiento que dificulta la realización de actividades cotidianas)
- Problemas de visión (pérdida temporal de la visión en el ojo afectado, que suele durar de días a semanas, ceguera a los colores, dolor ocular y presencia de destellos de luz)
- Sensaciones anormales (hormigueo o entumecimiento en diversos sitios del cuerpo, incluyendo el tronco y las extremidades)
- Problemas a nivel muscular (espasmos, rigidez, dificultad de movimiento y debilidad)
- Dificultad para desplazarse (movimientos torpes, pérdida del equilibrio y coordinación, temblores, mareos y vértigos)
- Dolores (pueden presentarse dolores causados por la misma enfermedad: sensaciones punzantes en la cara, pinchazos y ardor. También puede incluir dolor musculoesquelético: a nivel de las articulaciones, cuello y espalda)
- Problemas para pensar, aprender y planificar (Esto puede incluir: problemas para aprender y recordar cosas nuevas, reducción de las capacidades de atención, o imposibilidad para procesar mucha información o realizar tareas de forma simultánea)
- Alteración del funcionamiento mental (procesos depresivos, ansiedad, cambios repentinos de humor)
- Afección de la función sexual (disfunción eréctil y retardo en la eyaculación en hombres. Disminución de sensibilidad a nivel vaginal y lubricación y dificultad para alcanzar el orgasmo en mujeres. Pérdida de interés por el sexo: observable en hombres y mujeres)
- Disfunción de la vejiga urinaria (orinar frecuentemente, micción involuntaria, dificultad para vaciar completamente la vejiga, infecciones frecuentes del sistema urinario)
- Disfunción intestinal (estreñimiento y problemas diarreicos)
- Trastornos del habla (habla confusa o difícil de entender: disartria)
- Trastornos para alimentarse (Dificultad para masticar o tragar: disfagia).
¿La EM posee alguna clasificación?
De acuerdo a los expertos, los síntomas los pueden variar en función de la localización de la lesión. Incluso, los síntomas clínicos con presencia de recaídas agudas suelen presentarse por primera vez en adultos jóvenes. Luego de este proceso, se produce un deterioro gradual y progresivo. El mismo suele generar una discapacidad permanente en un plazo aproximado de diez a quince años.
Según los expertos, existen siete categorías de EM, en función del avance de la enfermedad. Ellas son:
Recaída-remisión (RR)
Se ha observado que, un aproximado del 70 al 80% de quienes padecen EM presentan inicialmente esta categoría de la enfermedad. Por lo general, se producen ciertos síntomas recurrentes como algunos de los mencionados, que pueden tener una duración entre 24 a 48 horas, tardando días o semanas en desarrollarse.
Primaria progresiva (PP)
Según los expertos, entre el 15 al 20% de los pacientes presentan procesos graduales de deterioro desde el inicio de esta patología. Por lo general, no se observan procesos de recaída. Un deterioro gradual desde el inicio, con ausencia de recaídas.
Secundaria progresiva (SP)
Esta categoría se caracteriza por la presencia de un deterioro neurológico gradual, luego de haber presentado inicialmente la categoría de RR. Es considerada, por lo tanto, una evolución de la misma.
Se ha observado que entre el 30 y 50% de los afectados de RR, desarrollan SP al cabo de unos 10 años del diagnóstico inicial. Una característica de la SP es que los síntomas de la enfermedad empeoran en los períodos en los que no hay síntomas. Pueden ocurrir además, ciertas recaídas superpuestas.
Progresiva recurrente (PR)
Es denominada también como recidivante. Se considera que es la forma menos común de todas. De hecho, se estima que alrededor de un 5% de las personas diagnosticadas se enmarcan dentro de esta categoría.
En cierta forma es comparada con la RR, pero a diferencia de esta se presentan síntomas agudos claramente identificables. Incluso podría producirse alguna recuperación luego de los brotes o síntomas, pero entre ellos la patología sigue avanzando.
Existen otras categorías, que también podrían incluirse en la EM, dentro de ellas podemos destacar:
Síndrome clínico aislado (SCA)
Por lo general se manifiesta en un primer episodio de síntomas neurológicos desmielinizantes. Este proceso puede producirse en uno o más sitios del SNC y prolongarse al menos unas 24 horas. Quienes presentan SCA no se les puede diagnosticar inmediatamente con una EM, ya que no poseen los criterios diagnósticos suficientes.
Sin embargo, se han presentado casos en los cuales tiempo después, la persona desarrolla EM. De hecho, algunas personas que padecen el SCA, deciden realizar terapia inmediatamente, según a lo establecido y acordado con sus neurólogos. No podría decirse que existen respuestas correctas o equivocadas, pues todos los casos difieren entre sí.
Su diagnóstico precoz es relevante debido a su rápida evolución, que conduce a la discapacidad e incluso a la muerte, en un tiempo inferior a un año. Sin embargo, debido a su escasa diferenciación con la esclerosis múltiple, éste se hace muy complicado.
Esclerosis de Marburg
Se denomina también como esclerosis múltiple fulminante. Se caracteriza por la presencia de múltiples recaídas y una progresión hacia la discapacidad de forma acelerada. Es considerada aguda y maligna y puede presentarse como una patología desmielinizante fulminante y monofásica.
De acuerdo a la Sociedad norteamericana de EM, su prevalencia oscila entre 2 a 150 casos por cada 100.000 habitantes. Por lo general, su presencia no obedece a una patología neurológica previa. No obstante, se han detectado casos de esclerosis múltiple previa.
Esclerosis Múltiple Benigna (EMB)
Estudios recientes han logrado establecer, que la progresión de la esclerosis múltiple puede variar ampliamente entre una persona u otra. Existe una forma benigna en la cual la enfermedad puede, que no cause síntomas o que los mismos sean leves. Entre ellos podrían mencionarse un control involuntario de los músculos o alteraciones motoras.
A nivel profesional, como medida de discapacidad se emplean puntuaciones de la Escala ampliada del estado de discapacidad (EDSS) de los pacientes. Se incluye además la duración de la EM. Estos parámetros hasta ahora parecen ser los predictores más sólidos de EMB.
De acuerdo a las revisiones sistemáticas, de ciertos estudios sobre EM benigna, se han encontrado ciertos hallazgos interesantes. Por ello, los investigadores recomiendan definir la EM benigna como aquella que presenta una EDSS de uno o menos. Además, no deben existir discapacidades y la persona debe ser capaz de trabajar luego de 15 años con EM.
Estudios recientes descubren que la dieta influye positivamente sobre la EM
El empleo de métodos modernos para la caracterización genética de la microbiota intestinal, ha permitido comprobar muchos procesos anteriormente desconocidos. De allí, que la profundización de su interrelación con el ambiente intestinal ha logrado establecer sus efectos positivos contra enfermedades e infecciones. Además de ello, ciertos patrones dietéticos influyen sobre la variedad y abundancia de las bacterias benéficas.
Dentro de algunos compuestos naturales presentes en ciertos alimentos, que han sido ampliamente estudiados, se encuentran las isoflavonas. Estas sustancias son producidas en algunas plantas leguminosas o legumbres, tales como soya, alubias o garbanzos. Las caracterizaciones realizadas hasta ahora, sugieren que estos compuestos poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
De acuerdo a investigaciones recientes se ha observado que existen países donde la prevalencia de SM es significativamente menor. Dentro de dichos países destacan China y Japón. Vale destacar que en ellos, la mayoría de las personas consumen alimentos que les proveen de cantidades elevadas de isoflavonas. Ello en comparación con los países occidentales, donde el consumo de isoflavonas es menor.
Es importante resaltar, que de acuerdo a estudios anteriormente realizados, se logró demostrar que las personas que padecen, poseen perfiles bacterianos intestinales diferentes a los de las personas sanas. Es decir, quienes presentan EM, poseen en su microflora intestinal, ciertas bacterias que no son capaces de digerir las isoflavonas.
Una investigación, efectuada hace poco por investigadores de la Universidad de Iowa, descubrió cómo reducir los efectos de la EM. Esto se realizó empleando modelos animales de laboratorio que trabajan en la prevención de la inflamación cerebral y médula espinal.
Desde hace un tiempo, estos efectos en modelos animales, son equiparados sobre los efectos de la EM en humanos. Esto se conoce como encefalomielitis autoinmune experimental (EAE) y se induce sobre los animales de laboratorio.
¿Cómo se detectó este hallazgo?
De acuerdo a un estudio realizado con animales experimentales, a los que se les indujo EAE, se pudieron descifrar ciertas incógnitas. Los animales fueron separados en dos grupos muy bien definidos. Uno de los grupos, recibió una alimentación rica en isoflavonas y el otro grupo con una dieta tradicional sin isoflavonas.
Luego de seis semanas, los animales experimentales alimentados sin isoflavonas presentaban EM de mayor gravedad, que los alimentados con isoflavonas.
Estos resultados obtenidos fueron confirmados empleando diversos mamíferos de laboratorio. Esto permitió a los investigadores concluir que, este efecto estaba influenciado por las isoflavonas.
Estudios de la microbiota intestinal de estos animales, confirmó el hallazgo. De esta forma se determinó que, los animales alimentados con la dieta sin isoflavonas poseían menos tipos y cantidades de bacterias, que los alimentados con la dieta rica en isoflavonas.
De hecho, las bacterias capaces de digerir las isoflavonas (Adlercreutzia y Parabacteroides distasonis), se encontraron de forma abundante en los animales alimentados con dietas ricas en isoflavonas.
Y en los que no recibieron isoflavonas, las cantidades de estas bacterias eran muy bajas. Dichos resultados, son coincidentes con los estudios de la microflora intestinal realizada hasta ahora en humanos con presencia de EM.
Se encontró también, que la bacteria Akkermansia muciniphila, una especie bacteriana frecuente en personas con EM, era más abundante en los animales experimentales que no fueron alimentados con isoflavonas. Además de ello, las bacterias que pueden digerir isoflavonas produjeron un metabolito denominado S-equol, que protegió a los animales experimentales alimentados padecer EAE.
Como sabemos, la dieta posee una enorme influencia sobre las poblaciones de la microbiota intestinal. Por ello, a raíz de este importante descubrimiento plantean considerar las estrategias dietéticas con presencia de alimentos con alto contenido de isoflavonas.
Concluyendo
Nuevamente, se puede apreciar, que la ciencia cada día logra encontrar vías más naturales para el tratamiento de enfermedades problemáticas. Y refiriéndonos a la esclerosis múltiple (EM), a pesar de que ciertas investigaciones habían detectado el efecto beneficioso de las isoflavonas, nunca se había realizado de esta forma.
Es decir, los hallazgos anteriores habían empleado la suplencia de isoflavonas a nivel subcutáneo o intraperitoneal y nunca mediante la dieta.
La esclerosis múltiple presenta diversas variantes y esto es muy importante tenerlo en cuenta, pues de acuerdo a los resultados del estudio, es posible lograr elevar las poblaciones de las bacterias capaces de desdoblar las isoflavonas y producir un metabolito denominado S-equol.
El S-equol es capaz de proteger de los efectos deteriorantes de la EM. Muchos alimentos pertenecientes a la familia leguminosa o legumbres, pueden ayudar a proporcionar las isoflavonas en nuestra dieta.
Para Martha, la información recibida fue de mucha ayuda, pues ella había sido diagnosticada hace unos diez años y en realidad su caso era considerado benigno. Sin embargo, ella decidió (muy a su pesar) incluir dentro de su dieta algunos alimentos pertenecientes a las legumbres. Incluso, se ha logrado adaptar al sabor de la soya texturizada y a las alubias.
Cuando ella se comunicó conmigo la última vez, habían trascurrido unos dos meses del cambio de su dieta. Su ánimo era completamente diferente y este gran paso en el cambio de una dieta antiinflamatoria le ha ayudado a experimentar grandes avances, incluyendo su capacidad de realizar ejercicios ligeros sin fatigarse.
“Nuestro modelo dietético tiene en cuenta las interacciones entre la dieta, la microbiota intestinal y el sistema inmunológico, reflejando así la ruta fisiológicamente relevante a través de la cual las isoflavonas pueden proteger o mejorar la enfermedad en pacientes con EM”
Dr. Ashutosh K. Mangalam
Universidad de Iowa, Iowa City
Si te ha gustado este artículo y tienes un interés sincero en aprender cómo puedes vivir más sano, me gustaría regalarte una copia de mi último libro #Yo Puedo con la Dra. Cocó.
Sí la página te da un mensaje de error es porque no has entrado la dirección bien. Vuélvelo a intentar, asegurando no haber dejado ningún espacio antes, después o entre las letras de tu dirección.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8270496/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK499849/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7348625/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6770660/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12468591/
https://academic.oup.com/jn/article/132/12/3577/4712130
https://www.nhs.uk/conditions/multiple-sclerosis/symptoms/