Las ondas electromagnéticas son un aspecto fundamental de nuestra vida cotidiana, impregnando nuestros hogares y el entorno que nos rodea. En nuestro hogar se encuentra presente en una gran variedad de dispositivos de empleo cotidiano. A saber, los radios, teléfonos móviles, routers Wi-Fi, microondas e incluso en forma de luz visible.
Por ello, es importante conocer con exactitud cuales pueden ser los posibles efectos de dichas ondas en nuestra familia.
De este tema, que aún está en investigación, les voy a hablar a solicitud de Rose, una seguidora de Michigan. Ella es una madre de familia de mediana edad, madre de dos adolescentes.
Rose me comentaba que, a veces se sentía un poco impotente porque sus hijos empleaban durante muchas horas diversos equipos electrónicos, e incluso visores de realidad virtual.
Ella me dijo, que todo esto ocurre a pesar de que ella sabe los riesgos de estas tecnologías. Sin embargo, sus hijos cuentan con aliados muy poderosos, su padre y sus abuelos. Para Rose, esto representaba una fuente de molestia y estrés. Incluso, a veces su familia llegó a pensar que ella era retrógrada.
Por ello, fue que decidió contactarme, para que le instruya sobre los efectos que pueden ocasionar muchos de los equipos que se emplean diariamente en el hogar.
A fin de apoyar a Rose, lo primero que le resalté fue que sus preocupaciones no eran infundadas. Sobre todo, porque la ciencia ha establecido que, existen indicios de ciertas afecciones que pueden producir ciertos artefactos domésticos.
Así, a fin de honrar su solicitud le envié información sobre las generalidades de las ondas electromagnéticas. Le incluí también, sus posibles efectos y algunas recomendaciones para evitar sobreexposición y cuidar la salud.
Dada la omnipresencia de la radiación electromagnética en nuestra vida cotidiana, consideré importante compartir esta información en mi página.
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Generalidades acerca de las ondas electromagnéticas
Según los expertos, este tipo de ondas son un concepto fundamental de la física. Ello se debe a que representan oscilaciones de campos eléctricos y magnéticos que se propagan por el espacio.
Se ha observado, que estas ondas pueden viajar tanto por el vacío como por medios materiales. El espectro de las ondas electromagnéticas incluye una amplia gama de longitudes de onda y frecuencias. A saber, desde las ondas de radio con longitudes de onda largas, hasta los rayos gamma con longitudes muy cortas.
Las propiedades de las ondas electromagnéticas, como la amplitud, longitud de onda y frecuencia, determinan sus interacciones con la materia y sus aplicaciones en diversas tecnologías.
Vale destacar, que la velocidad de las ondas electromagnéticas en el vacío es una constante fundamental de la naturaleza. Su valor aproximado es de 299.792 kilómetros por segundo, correspondiente a la velocidad de la luz.
En el contexto de la electrónica doméstica, las ondas de baja frecuencia se utilizan para señales de comunicación en aparatos como radios y televisores. Las microondas, que tienen una frecuencia más alta, se utilizan en hornos microondas para calentar alimentos haciendo que las moléculas de agua vibren y generen calor.
Las ondas infrarrojas son emitidas por fuentes de calor (como calefactores y nuestro propio cuerpo), mientras que la luz visible es percibida con los ojos y nos permite ver.
¿Representa algún peligro las ondas electromagnéticas en el hogar?
Los campos electromagnéticos (CEM) están presentes en todo nuestro entorno, pero son invisibles para el ojo humano. Los CEM son generados por dispositivos eléctricos, líneas de alta tensión y diversas formas de tecnología, incluidos los aparatos que utilizamos habitualmente en nuestros hogares, como microondas, routers Wi-Fi y teléfonos móviles.
Estos posibles riesgos para la salud de los CEM han sido objeto de investigación científica y preocupación pública.
En general, la mayoría de los organismos de control consideran seguros los CEM de baja frecuencia presentes en el hogar. Sin embargo, sigue habiendo debates y estudios sobre los efectos a largo plazo de la exposición a CEM.
Se sabe, que las radiaciones de alta energía como los rayos X y los rayos gamma, son ionizantes y pueden dañar el ADN y las células, pudiendo provocar cáncer.
Por otro lado, la radiación no ionizante que incluye los CEM de baja frecuencia producidos por los electrodomésticos, no es lo suficientemente fuerte como para dañar el ADN o las células.
Algunos estudios han sugerido una posible relación entre la exposición a CEM y ciertas enfermedades, como la leucemia infantil, pero las pruebas no son concluyentes y el balance general de la investigación sugiere que no hay ningún efecto o que la relación es muy débil.
Hasta ahora, el consenso científico indica que los CEM de baja frecuencia en el hogar no constituyen un peligro significativo. Sin embargo, la investigación en curso sigue vigilando e investigando cualquier riesgo potencial asociado a la exposición a CEM.
Cuando alguien descansa en una zona con contaminación electromagnética, puede producir ciertos trastornos de sueño y procesos de estrés. Ello ocasiona una modificación de la microbiota benéfica y el sobrecrecimiento de patógenos (hongos, parásitos y bacterias).
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¿Cómo se puede reducir la exposición a las ondas electromagnéticas?
De acuerdo a las observaciones, cada vez son más los estadounidenses preocupados por los CEM. Sin embargo, no saben con exactitud, qué hacer para evitar este problema y reducir la exposición a los CEM.
Vale destacar, que en muchos países de Europa y Asia se han elaborado diversas normativas sobre CEM, más estrictas que las de Estados Unidos. Así podríamos decir, que por ejemplo, muchos teléfonos móviles estadounidenses superan las emisiones permitidas en Suecia, Israel y China.
La preocupación por los teléfonos móviles y los contadores inteligentes aparece con frecuencia en los titulares, pero muchos propietarios desean una mayor protección reglamentaria y no saben cómo protegerse.
Aquí os presento algunas formas de minimizar la exposición a los CEM:
Utilice despertadores a pilas
Los despertadores a pilas se consideran mejores para la salud por varias razones. En primer lugar, se sabe que emiten niveles más bajos de campos electromagnéticos (CEM) que sus homólogos enchufados.
Si no puedes cambiar a un sistema de pilas, mantén el reloj al menos a un metro de la almohada.
Para las personas sensibles a los CEM o que dan prioridad a un entorno de sueño sin tecnología, un despertador a pilas podría ser una opción más saludable.
De hecho, algunos despertadores a pilas incorporan funciones como la simulación del amanecer, aumentando gradualmente la luz. Se ha demostrado que este suave método de despertar mejora la función cardiaca, reduce el riesgo de infarto y proporciona un estímulo cognitivo inmediatamente después de despertarse.
Mantener las camas a una distancia prudente del cuadro eléctrico principal
Se recomienda colocar las camas a cierta distancia del cuadro eléctrico principal debido a la preocupación que suscitan las radiaciones de los CEM.
Los cuadros eléctricos emiten niveles bajos de radiación CEM no ionizante, que aunque no son lo bastante potentes como para causar daños inmediatos, pueden tener efectos adversos a largo plazo.
El Código Eléctrico Nacional, sugiere que los cuadros eléctricos pueden colocarse en los dormitorios. Sin embargo, deben estar al menos a un metro (3,3 pies) de distancia de la cabecera de la cama.
Ello permitiría minimizar la exposición, porque se ha determinado que los niveles de radiación CEM pueden extenderse hasta 36 pulgadas desde el panel eléctrico.
La exposición prolongada a la radiación CEM se ha asociado a diversos problemas de salud como fatiga, dolores de cabeza, cambios de humor y trastornos del sueño.
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Un estudio realizado por el Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de Melbourne indicó que la radiación CEM podría obstaculizar la capacidad del cuerpo para producir melatonina.
Esto se debe a que la glándula pineal que produce la melatonina, puede confundir la radiación CEM con la luz. Ello podría conducir a una menor producción de melatonina, y en consecuencia, afectar la calidad del sueño.
Aunque la comunidad científica no ha llegado a un consenso sobre el impacto exacto de la radiación CEM en la salud humana, a menudo se aplica el principio de precaución. Este principio sugiere que es mejor actuar con cautela cuando se trata de riesgos potenciales no conocidos del todo.
Por ello, colocar las camas más allá de la distancia mínima recomendada podría proporcionar una mayor tranquilidad, y reducir potencialmente el riesgo de efectos sobre la salud a largo plazo. Bien podrían colocarse a unos tres metros del cuadro eléctrico principal o de los subcuadros.
Retire cables eléctricos y protectores de sobretensión ubicados debajo de la cama
Se recomienda retirar cables eléctricos y protectores contra sobretensiones de debajo de la cama por razones de seguridad y salud.
En primer lugar, los cables eléctricos pueden suponer un riesgo de incendio, sobre todo si están dañados o sobrecargados. En segundo lugar, los campos eléctricos de los cables de alimentación suelen asociarse a trastornos del sueño.
Asimismo, pueden pasarse por alto fácilmente y no inspeccionarse regularmente en busca de daños o desgaste. De hecho, el calor generado por las regletas de enchufes y protectores contra sobretensiones puede acumularse en el reducido espacio bajo la cama.
Esto, podría provocar un sobrecalentamiento e iniciar un incendio. Los protectores contra sobretensiones también necesitan una circulación de aire adecuada para funcionar con eficacia, y esto puede verse obstaculizado cuando se colocan debajo de una cama.
Desde el punto de vista de la salud, preocupa la posible exposición a campos electromagnéticos (CEM). Aún no hay un consenso científico sobre las repercusiones para la salud de la exposición a CEM de bajo nivel.
Aunque algunos estudios sugieren, que la exposición a largo plazo puede tener implicaciones para la salud. Por lo tanto, es prudente reducir al mínimo la exposición innecesaria, especialmente en una zona en la que se pasa mucho tiempo, como el dormitorio.
Asimismo, en caso de sobrecarga eléctrica, es más fácil acceder y comprobar los protectores contra sobretensiones que no están ocultos. Ello garantiza que se puedan inspeccionar y sustituir rápidamente si es necesario.
De esta forma, se logra mantener la protección de los dispositivos electrónicos y la seguridad del entorno doméstico. Además, se logra minimizar riesgos de incendio, garantizar su eficaz funcionamiento y reducir la posible exposición a CEM.
Por estas razones, es aconsejable colocar los protectores contra sobretensiones en zonas abiertas y bien ventiladas, donde puedan supervisarse y mantenerse fácilmente.
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Emplee un router con cable en lugar de Wi-Fi
El debate entre las repercusiones para la salud de las conexiones por cable frente a las Wi-Fi ha sido constante, con diversos estudios que examinan los posibles riesgos y beneficios.
Una de las principales preocupaciones del Wi-Fi es la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF), que algunas personas creen que podrían tener efectos adversos para la salud.
No obstante, según la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, no hay pruebas consistentes de ello. Las señales de Wi-Fi son de muy baja potencia, normalmente alrededor de 0,1 vatios. Incluso, se ubican dentro de las directrices aceptadas de la Comisión Internacional sobre Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP).
Es probable que la exposición a RF de la Wi-Fi sea menor que la de los teléfonos móviles. De hecho, las frecuencias utilizadas en la Wi-Fi son prácticamente las mismas que las de otras aplicaciones de RF. A saber, la radio FM, televisión y teléfonos móviles.
El consenso entre agencias sanitarias y estudios científicos, parece ser que el Wi-Fi es seguro para la población en general. De acuerdo a ellos, las ventajas de su comodidad y conectividad superan cualquier riesgo potencial.
No obstante, cuando se emplea una conexión por cable desde el router, se elimina por completo la exposición a CEM. Ello podría ser preferido por las personas preocupadas por cualquier posible efecto a largo plazo sobre la salud.
Incluso, a pesar de la falta de pruebas concluyentes que respalden estas preocupaciones. Además, las conexiones por cable suelen ser más estables y rápidas.
Por ello, es recomendable emplear un router con cable en lugar de Wi-Fi. Si tiene que utilizar Wi-Fi, aléjese del router todo lo posible y considere la posibilidad de apagarlo por la noche cuando no lo utilice.
Utilice teléfonos fijos
El uso de teléfonos fijos puede considerarse beneficioso para la salud en comparación con los teléfonos móviles por varias razones. En primer lugar, los teléfonos fijos no emiten el mismo nivel de campos electromagnéticos (CEM) que los móviles.
La OMS ha clasificado los CEM producidos por los teléfonos móviles como posiblemente cancerígenos para los seres humanos. Actualmente, aún se continúan estudiando sus efectos a largo plazo sobre la salud. Al emplear un teléfono fijo, se pueden minimizar los riesgos potenciales y reducir la exposición.
En segundo lugar, el diseño ergonómico de los teléfonos fijos puede mejorar la postura durante las llamadas, frente a la tendencia a encorvarse o mantener posturas incómodas cuando se utiliza un teléfono móvil. Esto puede ayudar a prevenir los problemas de cuello y espalda asociados a una mala postura.
Asimismo, los teléfonos fijos suelen utilizarse en una posición fija, a menudo en un escritorio o en una zona cómoda para sentarse, lo que puede favorecer conversaciones más largas y significativas con menos distracciones.
Esto puede tener efectos positivos en la salud mental al fomentar conexiones sociales más fuertes, y reducir los sentimientos de soledad o ansiedad. Además, la estabilidad de la conexión y la claridad del sonido de un teléfono fijo pueden reducir el estrés y la frustración experimentada frecuentemente con la mala recepción del móvil.
Incluso, el empleo de teléfonos fijos elimina la necesidad de preocuparse por la duración de la batería o exposición a radiaciones mientras se duerme. Sobre todo, porque muchas personas cargan sus teléfonos móviles cerca de la cama durante la noche.
También hay que señalar, que en situaciones de emergencia los teléfonos fijos ofrecen un medio de comunicación fiable, ya que no dependen de la señal del móvil ni de la electricidad (modelos no inalámbricos).
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Concluyendo
La preocupación por los posibles efectos de los campos electromagnéticos (CEM) sobre la salud ha dado lugar a numerosas investigaciones. Diversos estudios han explorado la relación entre la exposición a los CEM y diversos problemas de salud.
En especial el cáncer, trastornos neurológicos y efectos reproductivos. Sin embargo, el consenso científico hasta ahora, es que los CEM a los niveles encontrados en la vida cotidiana no causan ninguna evidencia consistente de efectos adversos para la salud.
No obstante, la ciencia sigue vigilando y evaluando los posibles efectos a largo plazo de la exposición a CEM.
En nuestro hogar estamos rodeados de una gran variedad de campos electromagnéticos. Según los expertos, el conjunto actual de investigaciones científicas ofrece garantías de que los niveles habituales no suponen un riesgo significativo para la salud.
No obstante, la prevención nunca está demás. Por ello, es importante seguir algunas pautas para minimizar la exposición a CEM en el hogar. A saber, utilizar despertadores a pilas, mantener las camas alejadas del cuadro eléctrico principal y retirar cables y protectores ubicados debajo de ellas.
Se sugiere emplear un router con cable en lugar de Wi-Fi y utilizar teléfonos fijos. Incluso, es importante mantener distancias adecuadas de los equipos en funcionamiento, y emplear dispositivos de manos libres en teléfonos móviles.
Para Rose la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran ayuda. De hecho, estaba muy emocionada porque logró que sus hijos emplearan con mayor frecuencia el teléfono fijo en casa.
Es más, les obsequió dispositivos manos libres muy llamativos y se animaron a utilizarlos. Incluso logró convencer a su esposo de eliminar algunas zonas Wi-Fi de su casa y emplear router con cable. Además, logró despejar su estrés y dormir adecuadamente empleando SLEEPING BOMB KIT.
Brisbane, Queensland, Australia
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