La historia de la humanidad ha estado marcada por muchos cambios en la forma de producir y consumir alimentos. Desde los orígenes de la agricultura hasta la era moderna de globalización y digitalización, han sucedido cambios de gran magnitud.
Entre ellos destacan una enorme explosión demográfica y el declive de la salud y diversidad de los ecosistemas naturales. De allí la importancia de conocer los proyectos que han realizado los expertos para la alimentación del futuro.
De este tema, de mucha polémica durante las últimas décadas, les voy a hablar a solicitud de Erica. Ella es una seguidora de Arkansas, madre de familia y propietaria de una microempresa. Erica me comentó, que gracias a su trabajo ha conocido diversas personas interesantes.
Por lo general, muchas de ellas están muy bien informadas. Y precisamente una de ellas le recalcó a Erica, que en un futuro muy cercano se iba a comer carne elaborada en laboratorio, insectos y algas.
Ella me comentó, que la persona que se lo dijo trabajaba con tecnología de alimentos. Sin embargo, ella pensó que esta afirmación era muy exagerada. Y precisamente por ello, decidió contactarme para corroborar conmigo acerca de estas afirmaciones hechas por esta persona que conocía.
Lo primero que le destaqué, es que desde haces siglos, en algunas culturas la ingesta de insectos y de algas, era algo muy usual. De hecho, muchos estudios avalan su elevado poder nutricional.
Así, a fin de brindarle una mayor cantidad de puntos educativos le envié un dossier que recogía acerca de la alimentación del futuro y como se estaba previendo su implementación.
Este tema que posiblemente parezca algo distante, ya comienza a aparecer ante nosotros. De allí la importancia de darlo a conocer a través de este artículo.
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La alimentación del futuro: un reto inminente
La alimentación del futuro es un reto inmediato. Ello exige abordar las complejas e interrelacionadas cuestiones de la producción, distribución, consumo y desperdicio de alimentos.
De acuerdo a la FAO, se prevé que la población mundial alcance los 9.700 millones de habitantes en 2050. Ello implica un aumento del 70% en la demanda de alimentos. Sin embargo, el sistema alimentario actual es insostenible e ineficiente.
Ello ocurre debido a su contribución a la degradación medioambiental, cambio climático, inseguridad alimentaria, malnutrición y obesidad. En la actualidad el sistema alimentario enfrenta algunos retos importantes. Dentro de ellos destacan:
Escasez de recursos
La producción de alimentos depende de recursos finitos y agotables como la tierra, agua, energía y biodiversidad. La agricultura representa el 70% del uso de agua dulce y 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
Por otra parte, la sobrepesca, erosión del suelo y agotamiento de los acuíferos amenazan la productividad y resistencia de los sistemas alimentarios. El cambio climático agrava estos problemas al aumentar la frecuencia e intensidad de sequías, inundaciones, tormentas y plagas.
Desperdicio de alimentos
Alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o se desperdicia. Ello ocurre a lo largo de la cadena de suministro, desde la granja hasta la mesa. Esto representa un enorme despilfarro de recursos, dinero y emisiones.
El desperdicio de alimentos también contribuye a la inseguridad alimentaria. Sobre todo, porque reduce la disponibilidad y asequibilidad de los alimentos para los más pobres y vulnerables.
Calidad de los alimentos
La calidad y seguridad de los alimentos se ven comprometidas por diversos factores. Entre ellos sobresalen la contaminación, adulteración, deterioro y fraude. Las enfermedades transmitidas por los alimentos afectan a millones de personas cada año, ocasionando diversas patologías, discapacidad y muerte.
Asimismo, la calidad nutricional de los alimentos está disminuyendo debido a una serie de elementos. A saber, la transformación industrial, agricultura de monocultivo y cambios en la dieta. Un elevado número de personas sufre carencias de micronutrientes o un consumo excesivo de calorías, grasas, azúcares y sal.
Acceso a los alimentos
A pesar del incremento mundial de la producción de alimentos, unos 690 millones de personas siguen padeciendo hambre crónica.
Asimismo se ha establecido, que unos 2.000 millones de personas padecen hambre oculta (déficit de micronutrientes). El acceso a los alimentos viene determinado por múltiples factores.
Dentro de los más relevantes podemos citar, los ingresos, precios, mercados, infraestructuras, políticas y preferencias.
La inseguridad alimentaria no es sólo un problema de los países en desarrollo, sino también de los desarrollados. Donde muchas personas se enfrentan a la pobreza alimentaria o dependen de los bancos de alimentos.
Soberanía alimentaria
El sistema alimentario mundial está dominado por unos pocos actores poderosos, como las empresas transnacionales, gobiernos y organizaciones internacionales.
Estos actores determinan las reglas y normas que rigen la producción, comercio y consumo de alimentos. Sin embargo, sus intereses pueden no coincidir con los de los pequeños agricultores, pueblos indígenas, consumidores y grupos de la sociedad civil.
La soberanía alimentaria es el derecho de las personas a definir sus propios sistemas alimentarios. Es importante, que ello considere las necesidades, valores y culturas.
¿Cómo abordar los retos y oportunidades de la alimentación del futuro?
Para abordar los retos y oportunidades para el futuro de la alimentación es necesario un enfoque holístico y sistémico.
El mismo debe tener en cuenta los aspectos sociales, económicos y medioambientales de la alimentación. Algunas de las posibles soluciones planteadas por los expertos son:
Intensificación sostenible
Ello consiste en incrementar la producción de alimentos minimizando los impactos negativos sobre los recursos naturales y los ecosistemas. La intensificación sostenible puede lograrse adoptando ciertas prácticas como:
- Agroecología (integrando cultivos con ganado o árboles).
- Agricultura de precisión (empleo de sensores o drones para optimizar los insumos).
- Agricultura ecológica (evitando emplear fertilizantes o pesticidas sintéticos).
- Agricultura urbana (cultivando alimentos en las ciudades).
- Acuicultura (cultivando peces o algas).
- Agricultura vertical (cultivando plantas en capas superpuestas).
Economía circular
Esto hace referencia a la reducción del desperdicio de alimentos. Ello puede alcanzarse mediante el diseño de cadenas de suministro más eficientes y resistentes. También, al reutilizar o reciclar subproductos o residuos alimentarios; o recuperando energía o nutrientes de los flujos de residuos.
La economía circular puede llevarse a cabo aplicando estrategias como la gestión de la cadena de frío. Ello supone el mantenimiento de la temperatura, y humedad óptima de los alimentos perecederos. Además, debe incluir:
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- Envasado inteligente (uso de sensores o indicadores para controlar la calidad o la caducidad).
- Envasado biodegradable (uso de materiales que se descomponen de forma natural).
- Compostaje (conversión de residuos orgánicos en abono).
- La digestión anaeróbica (conversión de residuos orgánicos en biogás).
- La cría de insectos (uso de insectos para alimentarse de residuos o producir proteínas).
Innovación alimentaria
De acuerdo a los expertos, esto debe contemplar el desarrollo de nuevos productos o procesos. Ellos permitirán mejorar la calidad o seguridad de los alimentos, además de incrementar su valor nutricional o funcionalidad.
Incluso se espera, que logren crear nuevas experiencias sensoriales o sabores, o respondan a necesidades dietéticas específicas.
La innovación alimentaria puede estar impulsada por diversas tecnologías. Entre ellas podemos señalar:
- Biotecnología (modificación de genes o células).
- Nanotecnología (manipulación de la materia a nivel molecular).
- Tecnología digital (uso de datos o inteligencia artificial).
- Proteínas alternativas (producción de carne a partir de plantas o células).
Democracia alimentaria
Esto implica, capacitar a las personas para participar en procesos de toma de decisiones que afectan a sus sistemas alimentarios.
A su vez, es necesario garantizar una distribución justa y equitativa de los beneficios y riesgos entre las diferentes partes interesadas. Además, es importante promover la transparencia y la rendición de cuentas en la gobernanza alimentaria.
Asimismo, se deben respetar los derechos humanos y el bienestar de los animales. Es necesario proteger la diversidad cultural, conocimientos tradicionales y fomentar la justicia social y solidaridad entre productores y consumidores de alimentos.
La democracia alimentaria puede apoyarse en mecanismos como los presupuestos participativos. Este mecanismo, podría permitir a los ciudadanos asignar fondos públicos a proyectos alimentarios.
Ello podría canalizarse mediante diversas figuras. Entre ellas, los consejos de política alimentaria, cooperativas alimentarias, movimientos de soberanía alimentaria, o el comercio justo.
Estas posibles formas de abordar el reto de la alimentación del futuro, no son exhaustivas ni se excluyen mutuamente. Debemos señalar que, el futuro de la alimentación depende de las decisiones y acciones de múltiples actores a distintos niveles. Ello incluye a las personas, comunidades, gobiernos y empresas.
Debemos señalar, que el futuro de la alimentación es incierto e impredecible. Ello se debe a que en él influyen factores como el crecimiento demográfico, urbanización, globalización, innovación, cambio climático y pandemias.
Por ello, el futuro de la alimentación requiere un seguimiento, evaluación y adaptación constantes a contextos y necesidades cambiantes.
Algunos ejemplos de los alimentos del futuro
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La alimentación del futuro pretende abordar los retos de alimentar a toda la población mundial. Los planificadores y especialistas han previsto que esto se debe implementar de forma sostenible, nutritiva y culturalmente apropiada.
Sobre todo, adaptándose al cambio climático y reduciendo la pérdida de biodiversidad.
La alimentación del futuro implica diversificar las fuentes de alimentos, métodos de producción y patrones de consumo del sistema actual. Según los expertos, ello depende en gran medida de unos pocos cultivos comercializados a nivel mundial. Lamentablemente, ellos son vulnerables a las crisis y perturbaciones.
El futuro de la alimentación es un tema fascinante que ha inspirado muchas visiones creativas en la ciencia ficción. Sin embargo, predecir lo que comeremos dentro de 25, 50 o 100 años no es fácil. Sobre todo, porque ello depende de muchos factores como la tecnología, medio ambiente, cultura y preferencias.
Aunque cuando los planificadores, investigadores y expertos consideran las tendencias actuales, han detectado hallazgos interesantes. Dentro de ellos podemos mencionar, que la comida del futuro será más personalizada, sana, cómoda, sostenible, agradable y asequible. Algunos ejemplos de estas tendencias son:
Hamburguesas sin carne
A medida que crece la demanda de alternativas vegetales a los productos de origen animal, surgen muchas innovaciones empresariales. Por medio de ellas, se desarrollan hamburguesas sin carne que tienen el aspecto, sabor y tacto de la carne verdadera.
Estas hamburguesas se elaboran con ingredientes como remolacha, champiñones, legumbres, soja o guisantes. Estas iniciativas pretenden reducir el impacto medioambiental y ético de la cría de animales.
Queso no lácteo
Otro producto que se está replicando con ingredientes de origen vegetal es el queso. Algunas empresas están utilizando aceite de coco o frutos secos para crear productos similares al queso. Se ha logrado imitar la textura, sabor y algunas propiedades de fusión similares a las del queso lácteo.
Una forma de ir ensayando los cambios a futuro, es empleando MCT OIL, procedente del aceite de coco. Esto te permitirá sustituir grasas menos saludables por esta alternativa que te permitirá mantener tu cuerpo y mente en óptimas condiciones. Lo puedes adquirir en VitaTienda.com.
Helado sin proteína láctea
Para quienes adoran los helados, pero quieren evitar los lácteos, también hay opciones elaboradas con proteína de judía o guisante. Estos helados poseen una consistencia cremosa y una gran variedad de sabores. Pero con la ventaja de no poseer lactosa, ni el colesterol presente en los helados lácteos.
Un ejemplo actual de un alimento sin proteínas lácteas y con proteína de judías, es mi fórmula especial VITA PROTEIN ENERGÍA.
Mayonesa sin huevos
La inteligencia artificial es otra herramienta que puede ayudar a crear alimentos sanos y personalizados. Al emplear la inteligencia artificial, se logra minimizar el requerimiento de pruebas y análisis de laboratorio, agilizando así el proceso de encontrar la fórmula óptima para un producto alimenticio.
La intervención de la inteligencia artificial en este proceso permite analizar una amplia gama de variables, y combinar ingredientes de manera precisa, garantizando un producto final que satisfaga los estándares de salud.
De hecho, un claro ejemplo de ello, es una mayonesa elaborada con legumbres y verduras que es mucho más saludable.
Alimentos con menos azúcar, grasa y sal
Uno de los mayores retos de la industria alimentaria es crear alimentos que sean a la vez sabrosos y saludables.
Para poder lograrlo, algunos investigadores están trabajando en neuroaromas y sistemas de micro o nanoencapsulación. Este revolucionario sistema es capaz de imitar la sensación de placer provocada por el azúcar, la grasa y la sal.
Solo que en este caso, se emplean moléculas más saludables. Dichos sistemas, ayudarían a reducir el consumo de estas sustancias nocivas. Ello favorecería, sustancialmente, la prevención de la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
LIQUID STEVIA, también te permite endulzar tus alimentos naturalmente sin añadir calorías además de ser orgánica.
Estos son solo algunos de los posibles escenarios para el futuro de la alimentación. Por supuesto, hay muchas incertidumbres y retos por delante, como la seguridad alimentaria, el cambio climático, la aceptación de los consumidores y la regulación.
El futuro de la alimentación dependerá de cómo innovemos, nos adaptemos y elijamos lo que comemos.
VITAVERDE GREEN, es una opción nutricional estandarizada con vitaminas, minerales, compuestos bioactivos y probióticos.
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Concluyendo
Según lo planteado, nuestro planeta no puede sostener la población prevista de más de 9.000 millones de personas para 2050 sin sufrir graves daños en sus sistemas de soporte vital. De allí la importancia de replantearnos nuestros sistemas alimentarios y nuestras dietas.
Principalmente, a la luz de las presiones y retos ecológicos a los que nos enfrentamos. De allí la importancia de comer alimentos que sean menos perjudiciales para el medio ambiente. Además, deben ser más nutritivos para nuestra salud y más propicios para nuestro bienestar social.
Ello supone: propiciar una intensificación sostenible, la economía circular, la innovación alimentaria y la democracia alimentaria. Ello permitirá que la comida del futuro sea más personalizada, sana, cómoda y sostenible, pero también agradable y asequible.
Algunos ejemplos de este tipo de alimento son: las hamburguesas sin carne, queso sin leche y helado sin proteínas lácteas. Se incluyen igualmente, alimentos con menos azúcar, grasas y sal.
A Erica le fascinó la información recibida, la cual comparto en el post. De hecho, me comentó que se ha motivado mucho con ello. Sobre todo, porque ella cree que los ejemplos positivos de la sociedad empiezan en casa.
Esto lo experimentaron en casa, cuando su esposo compró una bolsa de chapulines sazonados provenientes de México. Allá este alimento es ancestral, pero esta tendencia llegará tarde o temprano a todos los rincones del mundo.
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