Sarcoidosis: Qué Es, Tipos Y Tratamiento Natural

La sarcoidosis es una enfermedad que ocasiona la presencia de granulomas en diferentes órganos de nuestro cuerpo. Su causa exacta aún se desconoce, empleándose muchos medicamentos para su control.

Dado que ellos tienden a ocasionar efectos secundarios, es importante conocer los tratamientos naturales, para evitar consecuencias adversas.

De esta enfermedad que muchas veces pasa desapercibida, les voy a hablar a solicitud de Emma, una seguidora de Arkansas.

Ella me comentaba, que a pesar de no haber estudiado enfermería, siempre desde joven le gustó atender a las personas. De hecho, desde hace años realizó cursos de primeros auxilios, además de diversos cursos de cocina saludable.

Para Emma, toda esta preparación le ha servido para atender adecuadamente a sus hijos, nietos y esposo. Y afortunadamente ha gozado de una buena salud, contando actualmente con 70 años. En realidad, se ha cuidado mucho para poder atender adecuadamente a su familia.

No obstante, me dijo que por casualidad le descubrieron una enfermedad a su esposo, y esto le tenía bastante preocupada.

Se trataba de la sarcoidosis, la cual estaba comenzando a afectar a nivel pulmonar. Ella me comentó, que su esposo durante unos cuatro años de su estancia universitaria fue fumador empedernido, afortunadamente al casarse dejó el cigarrillo.

Y precisamente por una tos inexplicable, pensando que se trataba de alguna afección causada por el cigarrillo, le recomendaron practicarse una placa toráxica. Este estudio arrojó la presencia de sarcoidosis.

Emma me contactó para que le recomendara algunas alternativas naturales, porque conoce las consecuencias negativas de muchos fármacos. Así, honrando su solicitud, le envié un informe donde le mostré ciertas alternativas naturales que han sido estudiadas.

Esta enfermedad no es muy frecuente, pero es importante conocer estrategias que permitan evitar el empleo excesivo de fármacos. Por ello, comparto este artículo en mi página.

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Generalidades acerca de la sarcoidosis

La sarcoidosis es una enfermedad rara, que afecta al sistema inmunitario del organismo. Provoca inflamación en distintos órganos, especialmente los pulmones y los ganglios linfáticos.

La inflamación se produce cuando el sistema inmunitario reacciona ante algo que no reconoce, como una bacteria, un virus, una sustancia química o incluso una parte del propio organismo.

Cuando esto ocurre, el sistema inmunitario produce grupos de células denominados granulomas, cuya función es aislar y destruir la sustancia extraña. Sin embargo, a veces los granulomas no desaparecen y pueden interferir en el funcionamiento normal del órgano.

La sarcoidosis puede afectar a cualquier parte del cuerpo, pero algunos órganos suelen estar más afectados que otros.

Por ejemplo, la sarcoidosis puede causar problemas oculares, erupciones cutáneas, problemas cardíacos y nerviosos. Los síntomas y la gravedad de la sarcoidosis varían en función de los órganos afectados y del grado de inflamación. Los pulmones son los órganos más comúnmente afectados.

No obstante, la sarcoidosis también puede afectar a otros órganos y sistemas. Entre ellos podemos señalar la piel, ojos, corazón, hígado, riñones y sistema nervioso. Incluso, pueden presentarse diversos síntomas, dependiendo de dónde se localicen los granulomas y de su gravedad.

Vale destacar, que algunas personas con sarcoidosis no presentan ningún síntoma, descubriendo que padecen la enfermedad cuando se someten a una radiografía de tórax por otros motivos.

La sarcoidosis no es considerada una enfermedad infecciosa, y es incapaz de transmitirse de una persona a otra. Tampoco es un tipo de cáncer, aunque ocasionalmente puede parecerse al cáncer en pruebas de imagen o muestras de biopsia.

La sarcoidosis puede ser aguda o crónica, la aguda inicia de repente y dura poco tiempo (semanas o meses) antes de resolverse espontáneamente o con tratamiento. Mientras la crónica puede permanecer años y ocasionar daños irreversibles en los órganos afectados.

Tipos de sarcoidosis y sus síntomas

Existen muchos tipos de sarcoidosis, dependiendo del órgano o sistema afectado. Estos son algunos de los tipos más comunes de sarcoidosis y sus síntomas:

Sarcoidosis pulmonar

Es el tipo más común de sarcoidosis y afecta a los pulmones. Puede causar dificultad para respirar, tos seca persistente, dolor torácico, sibilancias y fiebre. También puede afectar a los ganglios linfáticos del tórax, haciendo que aumenten de tamaño.

Según los expertos, la afectación pulmonar puede provocar cicatrices y reducir la función pulmonar con el tiempo.

Sarcoidosis cardíaca

Se trata de un tipo de sarcoidosis poco frecuente pero grave, que afecta al corazón, poniendo la vida en peligro. Puede ocasionar palpitaciones, dolor torácico, dificultad para respirar, desmayos, fatiga, latidos irregulares o rápidos e hinchazón por retención de líquidos.

De hecho, se ha observado que la afectación cardiaca puede generar arritmias, insuficiencia cardiaca y muerte súbita cardiaca. Ello, a consecuencia del desequilibrio que se produce en el sistema eléctrico del corazón.

Sarcoidosis ocular

Este tipo de sarcoidosis afecta a los ojos y los tejidos cercanos. Puede causar enrojecimiento, dolor, inflamación, ardor, visión borrosa, picor, sequedad ocular, enrojecimiento intenso y sensibilidad a la luz.

También puede afectar a distintas partes del ojo, como el iris, retina, nervio óptico y glándulas lagrimales. En casos graves, ocasiona inflamación del iris, glaucoma, cataratas uveítis y pérdida de visión si no se trata a tiempo.

Sarcoidosis cutánea

Este tipo de sarcoidosis afecta a la piel y provoca la aparición de granulomas o lesiones en distintas partes del cuerpo. Pueden variar en tamaño, forma, color y textura.

También pueden causar picor, dolor o cicatrices. Las zonas más comúnmente afectadas son la cara, orejas, cuero cabelludo, brazos, piernas y el tronco.

Dentro de los síntomas más frecuentes destacan, protuberancias rojas o moradas en las espinillas o tobillos.

Igualmente, pueden aparecer llagas desfigurantes en la nariz, mejillas y orejas. Incluso, pueden presentarse zonas de la piel de color más oscuro o más claro y crecimientos bajo la piel alrededor de cicatrices o tatuajes.

VITAMIN C 1000 MG es un potente antioxidante, que puede ayudar a proteger contra los átomos inestables que provienen de los contaminantes ambientales. Lo puedes adquirir en VitaTienda.com.

Los antioxidantes como estos también son esenciales para mantener un sistema inmunológico saludable, que puede darte más fortaleza para combatir la sarcoidosis.

Neurosarcoidosis

Este tipo de sarcoidosis afecta al sistema nervioso, incluidos el cerebro y la médula espinal. Por lo general, ocasiona dolores de cabeza, convulsiones, problemas de visión, pérdida de audición, parálisis facial, entumecimiento y debilidad.

También puede generar cambios de humor, pérdida de memoria y deterioro cognitivo. Incluso podría llegar a afectar la hipófisis y causar desequilibrios hormonales.

Sarcoidosis hepática

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Este tipo de sarcoidosis afecta al hígado y provoca la formación de granulomas en el tejido hepático. Se ha observado, que puede inducir el agrandamiento del hígado, náuseas, vómitos, dolor abdominal, fatiga, pérdida de peso e ictericia.

También puede afectar a los conductos biliares y causar colestasis u obstrucción.

GALL BLADDER contiene enzimas digestivas altamente concentradas, así como sales biliares de la mejor calidad. Ello puede ayudar a mejorar el funcionamiento hepatobiliar, aliviando la carga de la sarcoidosis.

LIVER CLEANSE contiene superalimentos probados en el tiempo cuya absorción está optimizada para respaldar la función hepática saludable y la desintoxicación.

Sarcoidosis renal

Este tipo de sarcoidosis afecta los riñones y provoca la formación de granulomas en el tejido renal. Puede causar disfunción renal, hipertensión arterial, proteinuria (proteínas en la orina), hematuria (sangre en la orina), cálculos renales e insuficiencia renal.

¿Cómo se diagnostica la sarcoidosis?

El diagnóstico de la sarcoidosis se basa en síntomas clínicos, exploración física, análisis de sangre, pruebas de imagen (radiografía de tórax o tomografía computarizada) y biopsia. El tratamiento de la sarcoidosis depende del tipo y la gravedad de la enfermedad.

Los especialistas por lo general fijan como principales objetivos del tratamiento, reducir la inflamación y evitar daños en los órganos. Los medicamentos más utilizados son los corticosteroides (como la prednisona) y los inmunosupresores (como el metotrexato o la azatioprina).

Algunas personas también pueden beneficiarse de otras terapias. Ello incluye, los antiinflamatorios (ibuprofeno o naproxeno), antipalúdicos (hidroxicloroquina), agentes biológicos (infliximab o adalimumab) o cirugía (como el trasplante de pulmón o la implantación de un marcapasos).

No obstante, estos fármacos generan distintos efectos secundarios y riesgos, por lo que deben utilizarse bajo estrecha supervisión médica.

Tratamientos naturales empleados para la sarcoidosis

No existe cura para la sarcoidosis, pero algunos tratamientos naturales pueden ayudar a controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Dentro de ellos podemos señalar:

Cúrcuma

La cúrcuma es una planta originaria de Asia que se usa como especia y como remedio tradicional para diversas afecciones. El rizoma de la cúrcuma posee un compuesto bioactivo denominado curcumina, un potente antioxidante y antiinflamatorio.

Por ello, podría ser útil en el tratamiento de diversos trastornos inflamatorios, incluyendo la sarcoidosis. De hecho, podría ayudar a combatir el estrés oxidativo ocasionado por dicha enfermedad.

Según estudios científicos, la curcumina puede tener efectos beneficiosos sobre la sarcoidosis al inhibir la producción de citocinas proinflamatorias.

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Entre ellos destaca el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) y la interleucina 6 (IL-6). Dichos compuestos, están implicados en la formación de granulomas y en el daño tisular.

Asimismo, la curcumina puede modular la actividad de las células T reguladoras, que son un tipo de células inmunitarias que ayudan a mantener el equilibrio entre la inflamación y tolerancia. De esta manera, la curcumina puede prevenir o reducir la inflamación crónica y las complicaciones asociadas a la sarcoidosis.

La curcumina tiene una baja biodisponibilidad oral, lo que significa que se absorbe poco en el intestino. Por eso, se recomienda tomarla junto con pimienta negra, que contiene piperina, un compuesto que mejora la absorción de la curcumina hasta en un 2000%.

También se puede tomar junto con aceites vegetales o leche, que facilitan su disolución y transporte en el organismo. Una forma de aprovechar sus beneficios es empleando mi fórmula estandarizada MOLECULAR CURCUMIN.

La curcumina es generalmente segura y bien tolerada. Sin embargo, puede tener algunas interacciones o contraindicaciones. Por esto, no se recomienda emplearla en personas que toman antidepresivos, anticoagulantes o poseen problemas hepáticos.

Harpagofito

Esta planta originaria de África es conocida científicamente como Harpagophytum procumbens. Ha sido empleada desde tiempos antiguos debido a sus propiedades antiinflamatorias, antirreumáticas, analgésicas, antipiréticas, estimulantes del apetito y tónicas amargas.

La parte de la planta que se utiliza con fines medicinales son las raíces laterales tuberizadas. Este órgano posee una serie de principios bioactivos como iridoides, flavonoides, kaempferol, ácido cafeico y ácido clorogénico. El principal iridoide es el harpagósido, con efectos antiinflamatorios y analgésicos.

Diversos estudios han señalado, que esta planta puede combatir la sarcoidosis, en especial la que afecta los pulmones. Su efecto positivo, se debe a su capacidad de reducir el dolor y combatir los procesos inflamatorios.

Ello permite mejorar la función respiratoria y la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad. De acuerdo a los expertos, sus efectos se deben principalmente a:

  • La inhibición de las citocinas proinflamatorias.
  • Modulación del sistema inmunitario, al reducir la actividad de las células T y los macrófagos.
  • Actividad antioxidante, al eliminar los radicales libres y prevenir el estrés oxidativo, que puede contribuir al daño tisular y a la inflamación.

Ulmaria

Esta planta también conocida como reina de los prados, se denomina botánicamente  Filipendula ulmaria. Es una planta perenne que crece en humedales y prados. Pertenece a la familia Rosácea, al igual que las manzanas, melocotones y frambuesas.

Sus flores poseen cantidades importantes de ácido salicílico, con propiedades analgésicas, antiinflamatorias, antipiréticas y antibacterianas. Algunos estudios han sugerido que esta planta, puede tener efectos beneficiosos para la sarcoidosis.

Ello se debe a su capacidad de ayudar a reducir la inflamación y el dolor asociados a la sarcoidosis. Debido principalmente a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas, que son mediadores inflamatorios.

Asimismo, puede coadyuvar a combatir la fiebre y eliminar toxinas estimulando la sudoración. Incluso, puede tener efectos antibacterianos que prevengan o traten las infecciones que pueden desencadenar o empeorar la sarcoidosis.

Aunque no debe considerarse como una cura para la sarcoidosis y tampoco debe sustituir al tratamiento médico prescrito por un facultativo. Es importante además, que no sea utilizada por personas alérgicas a los salicilatos o a la aspirina, o que padezcan úlceras, trastornos hemorrágicos o problemas renales.

También puede interactuar con algunos medicamentos, como los anticoagulantes, los antiagregantes plaquetarios o los diuréticos. Debido a ello, es aconsejable consultar a un médico antes de tomar ulmaria para la sarcoidosis o cualquier otra afección.

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Concluyendo

De acuerdo a lo mostrado, la sarcoidosis constituye una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a varios órganos del cuerpo. En especial, los pulmones, ganglios linfáticos, piel y ojos.

Esta enfermedad, se caracteriza por la formación de granulomas, que son agrupaciones de células inmunitarias que ocasionan cicatrices y procesos inflamatorios.

Hasta ahora no se conoce a ciencia cierta la causa exacta de la sarcoidosis. Sin embargo, se cree que puede estar desencadenada por factores ambientales, genéticos o infecciones. Esta enfermedad, podría presentar diversos síntomas, tomando en consideración los órganos afectados.

Dentro de ellos podemos señalar: tos, fatiga, erupción cutánea, fiebre, dificultad respiratoria, dolor torácico, irritación ocular y pérdida de peso.

De acuerdo a los expertos, esta enfermedad no posee una cura hasta ahora. Sin embargo, la mayoría de los afectados presenta buen pronóstico y pueden llevar una vida normal.

Pero debemos señalar, que pueden ocurrir algunas recaídas, cuando se interrumpe el tratamiento, por efectos del estrés, procesos infecciosos u otros factores.

Existen muchos fármacos empleados para combatir los efectos de esta enfermedad. Aunque la mayoría de ellos, ocasiona diversos efectos adversos.

Afortunadamente, existen ciertas alternativas naturales que permiten tratar los efectos de esta enfermedad con pocos efectos adversos. Ellas son ulmaria, cúrcuma, harpagofito y echinacea.

Para Emma la información recibida, la cual comparto en el post, fue de mucha utilidad. Ella se comunicó muy contenta hace poco. Lo primero que me informó, fue que su esposo había logrado superar algunos efectos de la enfermedad.

La gran ventaja: su cuerpo no recibió impactos negativos. De hecho, una gran parte de este cambio lo logró empleando mi fórmula especial de cúrcuma.

“La medicina natural ofrece muchos preparados de origen vegetal, con acción antiinflamatoria y antiangiogénica. La Echinacea purpurea es una de las hierbas con propiedades antiangiogénicas, antioxidantes, antiinflamatorias e inmunoestimuladoras”.
Dorota Radomska-Leśniewska
Universidad Médica de Varsovia, Polonia

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