Cómo Disminuir La Grasa Visceral De Forma Efectiva

La grasa visceral es un tipo de lípido corporal ubicada en el interior de las paredes abdominales, rodeando los órganos. Sin embargo, su exceso puede ser peligroso para la salud. De allí la importancia de conocer las técnicas para lograr su disminución.

De este tema, que ocasionalmente es considerado irrelevante, les voy a hablar a solicitud de Paulette, una seguidora de Montana. Ella se comunicó conmigo, por una preocupación que viene arrastrando desde finales del otoño del año pasado.

Paulette y su esposo son personas de mediana edad, ella es ama de casa y su esposo es transportista. Ella me comentó, que todos en su hogar mantenían una dieta saludable porque ella se encargaba personalmente de la cocina.

Aunque un nuevo contrato de su esposo, incluyó zonas muy distantes, manteniéndolo alejado de casa hasta por cuatro días. Esto hace que prácticamente casi toda la semana se alimente de comida rápida y de muchas bebidas energizantes.

Este efecto provocó, en el esposo de Paulette, un incremento de peso muy rápido. Sin embargo, lo que más le preocupaba, era la presencia frecuente de valores de triglicéridos y colesterol elevados.

Su médico le había recomendado algunos fármacos para combatir estos niveles elevados de lípidos sanguíneos, pero no lograban permanecer bajos.

Por ello, decidió contactarme para solicitar mi opinión profesional. Lo primero que le comenté, fue que muchas veces la presencia de grasa abdominal en exceso, puede tener varias implicaciones médicas.

Entre ellas, la presencia de grasa visceral. Así a fin de brindarle una mayor cantidad de puntos educativos, le envié un informe. En el mismo, le profundicé acerca de la grasa visceral y las formas de cómo evitarla.

Dado que mucha gente desconoce las consecuencias de este tipo de grasa, estimé conveniente compartir esta información en mi página.

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Generalidades acerca de la grasa visceral

La grasa visceral se denomina a veces “grasa activa”, porque es capaz de afectar el funcionamiento de las hormonas de nuestro organismo.

La grasa visceral es diferente de la grasa subcutánea, que es la que se encuentra justo debajo de la piel. Este tipo de grasa se almacena en la profundidad de la cavidad abdominal y rodea los órganos vitales. A saber, el estómago, páncreas, hígado e intestinos.

Algunos niveles de grasa visceral son saludables, aunque un exceso de grasa visceral puede tener consecuencias potencialmente peligrosas.

A saber, mayores riesgos de cardiopatías, diabetes tipo 2, lumbalgia, accidentes cerebrovasculares, cáncer mamario y colorrectal y enfermedad de Alzheimer.

Este tipo de grasa no se puede palpar con facilidad como la grasa subcutánea. Por ello, para poder visualizarla se debe recurrir a técnicas de imagen, como el TAC o la resonancia magnética.

Algunos de los síntomas del exceso de grasa visceral son los siguientes:

  • Un gran perímetro de cintura: más de 35 pulgadas (90cm) en las mujeres y más de 40 pulgadas(102cm) en los hombres).
  • Hipertensión.
  • Hiperglucemia.
  • Niveles elevados de colesterol malo (LDL) y triglicéridos.
  • Bajos niveles de colesterol HDL (bueno).

Es importante señalar, que estos son también los signos del síndrome metabólico. Dicho conjunto de afecciones, incrementan el riesgo de cardiopatías y diabetes, además de la producción de sustancias inflamatorias.

Dichas sustancias, poseen la capacidad de afectar la función de otros órganos y tejidos del cuerpo. Ello incluye además, la incontinencia urinaria, sobre todo en las mujeres con exceso de grasa visceral.

Dentro de las principales causas de la acumulación de grasa visceral destacan, factores genéticos, una dieta inadecuada y ciertos cambios hormonales, como la menopausia.

MYO HORMONAL SUPPORT, promueve el equilibrio hormonal, el apoyo metabólico y función ovárica. De esta forma, puedes combatir la propensión a la acumulación de grasa visceral.

Cómo combatir la grasa visceral

Para reducir la grasa visceral, es importante seguir algunas recomendaciones que han sido bien estudiadas. Dentro de ellas destacan:

Adoptar un estilo de vida saludable

Una de las hormonas sobre las que influye la grasa visceral es el cortisol, liberándose en respuesta al estrés. Dicho efecto, ha sido asociado a una mayor acumulación de grasa visceral.

Las mejores formas de deshacerse de la grasa visceral son seguir una dieta sana con un bajo consumo de alimentos grasos y carbohidratos, y hacer ejercicio con regularidad.

Vale destacar, que un cociente cintura-cadera superior a 0,85 en las mujeres y a 0,90 en los hombres indica obesidad abdominal y un mayor riesgo de complicaciones metabólicas.

Por ello, adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a reducir la grasa visceral.

Ello puede ocurrir, al crear un déficit calórico y mejorar la sensibilidad a la insulina. Como sabemos, las frutas y verduras poseen elevados contenidos de fibra, agua y antioxidantes. Dichos compuestos podrían ayudar a saciar el apetito, reducir la inflamación y prevenir el estrés oxidativo.

Los cereales integrales, también poseen niveles elevados de fibra. Por ello, pueden coadyuvar regulando los niveles de glucosa sanguínea y previniendo la resistencia a la insulina.

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A su vez, las proteínas magras y grasas saludables pueden generar diversos efectos positivos, impidiendo la acumulación de grasa visceral. A saber, el incremento de la saciedad, conservación de la masa muscular y estímulo del equilibrio hormonal.

Dentro de las proteínas magras, destacan el pollo, pavo, pescado, huevos y tofu. Las legumbres, como las judías, lentejas y garbanzos son una fuente vegetal de proteínas magras ampliamente reconocida. Dentro de las grasas saludables destacan los aceites de oliva y aguacate, frutos secos, semillas y pescado graso.

Practicar ejercicio con regularidad

Aparte de una dieta equilibrada, el ejercicio regular también es esencial para reducir la grasa visceral.

Un estudio publicado en Cell Metabolism, mostró que el ejercicio reduce la grasa visceral. Ello se logra, al activar una molécula de señalización denominada interleucina-6 (IL-6), que estimula la descomposición de las grasas.

La IL-6 se libera desde el sistema músculo esquelético durante el ejercicio, especialmente el aeróbico. Ello implica, el movimiento continuo de grandes grupos musculares como las piernas, brazos y pecho. El ejercicio aeróbico incluye actividades como correr, montar en bicicleta, nadar y caminar a paso ligero.

Se ha demostrado, que el ejercicio aeróbico reduce la grasa visceral más que el entrenamiento de fuerza. Sin embargo, el entrenamiento de fuerza también puede ser beneficioso para reducir la grasa visceral al mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación del organismo.

El entrenamiento de fuerza también puede ayudar a preservar la masa muscular y el metabolismo, lo que puede evitar la recuperación de peso tras perder grasa visceral.

Así, al combinar ejercicios aeróbicos y de fuerza, podría optimizarse la reducción de grasa visceral y la salud en general. La Asociación Americana del Corazón recomienda al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada semanalmente.

Ello puede ir acompañado de 75 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad vigorosa. Se sugiere igualmente, incluir dos o más días de entrenamiento de fuerza a la semana.

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Reducir el estrés

La grasa visceral es perjudicial porque produce sustancias inflamatorias que pueden aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares.

Cuando una persona está estresada, su organismo libera una hormona llamada cortisol, que puede inducir el incremento de grasa visceral. Debemos recordar, que el cortisol es una hormona liberada por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés.

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Dicha hormona posee diversas funciones en el organismo. Entre ellas, regular los niveles de glucosa sanguínea, tensión arterial, metabolismo y sistema inmunitario.

No obstante, cuando los niveles de cortisol son crónicamente altos, puede tener efectos negativos en la salud, especialmente en la distribución de la grasa corporal.

De acuerdo a los estudios, el cortisol afecta la distribución de la grasa haciendo que se almacene más grasa en la zona abdominal, principalmente alrededor de los órganos.

Este tipo de grasa es más peligrosa que la subcutánea, porque produce sustancias inflamatorias que pueden aumentar el riesgo de cardiopatías, diabetes y otras enfermedades crónicas.

Según los expertos, una de las razones por las que el cortisol incrementa la grasa visceral es debido al estímulo del apetito y aumenta los niveles de insulina, lo que favorece el almacenamiento de grasa.

Se sabe además, que el cortisol activa una proteína llamada angiotensina, que contrae los vasos sanguíneos, elevando la presión arterial. Esto puede dificultar el flujo sanguíneo a los órganos abdominales y hacer que almacenen más grasa.

Por lo ello, cuando ayudamos a reducir el estrés, disminuyen los niveles de cortisol, pudiendo prevenirse o reducirse la acumulación de grasa visceral. Una forma de lograrlo es practicando técnicas de relajación, respiración profunda, caminar en la naturaleza o tomar un baño tibio.

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Dormir bien

Dormir bien es fundamental para la salud y bienestar. Muchas personas, hasta ahora, no han caído en cuenta de los beneficios que aporta el sueño a la salud inmunitaria. Ello incluye la función cerebral y muchos otros procesos relevantes de nuestro metabolismo.

Según la ciencia, dormir bien es esencial para mantener un peso corporal saludable y prevenir la adiposidad visceral. La grasa visceral se asocia a un mayor riesgo de síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares, diabetes y apnea del sueño

Uno de los mecanismos por los que dormir bien previene la adiposidad visceral es la regulación del ritmo circadiano. Este importante reloj biológico controla diversos procesos fisiológicos.

El ritmo circadiano afecta a la secreción de hormonas como la melatonina, cortisol, leptina y grelina. Dichas hormonas influyen en el apetito, metabolismo, gasto energético y distribución de la grasa. 

El ritmo circadiano alterado debido a un sueño insuficiente o eficiente, o jetlag social (desajuste entre la fase natural del sueño y el horario social), ocasiona diversos desequilibrios hormonales.

Ello causa un incremento del hambre, reducción de la saciedad y alteración de la tolerancia a la glucosa. Lo que conlleva a un almacenamiento preferencial de grasa visceral.  

Por otra parte, se ha comprobado que  la apnea del sueño ocasiona episodios repetidos de interrupción de la respiración durante el sueño. Ello ocasiona hipoxia intermitente (bajos niveles de oxígeno) y estrés oxidativo.

Dichos factores están correlacionados con procesos inflamatorios y resistencia a la insulina. Ello favorece la acumulación de grasa visceral y disfunción metabólica. 

Por ello, dormir bien puede prevenir la adiposidad visceral, mejorando la alineación circadiana y reduciendo la apnea del sueño. Ello a su vez mejora la regulación hormonal y la salud metabólica.

Evite el tabaco y el alcohol

El tabaco y el alcohol son dos factores que pueden aumentar la cantidad de grasa visceral en nuestro organismo. El tabaco contiene nicotina, que estimula la liberación de cortisol, esta hormona desencadena el almacenamiento de más grasa visceral.

A su vez, el alcohol contiene calorías que se convierten fácilmente en grasa visceral, especialmente cuando se consume en exceso. El alcohol también interfiere en la capacidad del hígado para metabolizar las grasas, provocando una mayor acumulación de grasa visceral.

Por ello, evitar el tabaco y el alcohol puede ayudar a prevenir la acumulación de grasa visceral y reducir el riesgo de problemas de salud.

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Concluyendo

De acuerdo a lo mostrado, existen algunos factores que determinan la acumulación de grasa visceral. Dentro de ellos resaltan los factores genéticos y una dieta inadecuada. Además de ello, también influye la falta de actividad física, el estrés y ciertos cambios hormonales, como la menopausia.

La grasa visceral es un tipo de grasa corporal que se almacena en el interior de la cavidad abdominal, rodeando los órganos vitales como el hígado, páncreas e intestinos.

A diferencia de la grasa subcutánea, la visceral no es visible y solo puede medirse mediante pruebas de imagen como el TAC o la resonancia magnética.

Según los expertos, tener demasiada grasa visceral se asocia a un mayor riesgo de padecer diversos problemas de salud. A saber, diabetes de tipo 2, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, hipertensión, hipercolesterolemia y algunos tipos de cáncer.

La grasa visceral puede causar inflamación, resistencia a la insulina, estrés oxidativo y desequilibrios hormonales en el organismo, lo que puede dañar los órganos y los vasos sanguíneos.

Afortunadamente, existen algunas estrategias comprobadas que permiten combatir y mantener a raya la grasa visceral. Entre ellas podemos señalar, adoptar un estilo de vida saludable, practicar ejercicio regularmente, reducir el estrés, dormir bien y evitar el tabaco y alcohol.

Para Paulette la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. De hecho, al mostrársela a su esposo, comprendió los riesgos que enfrentaba por sus desequilibrios de vida. 

Por ello, lo primero que implementó fue dejar el cigarrillo, procurar descansar adecuadamente y practicar técnicas para evitar el estrés.

“La alteración del sueño, que afecta negativamente a los ritmos hormonales y al metabolismo, también se asocia a la obesidad, la insensibilidad a la insulina, la diabetes, el desequilibrio hormonal y la desregulación del apetito.”.
Tae Won Kim
Universidad Católica de Corea, Seúl

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