Las duchas vaginales son un método de lavado de la vagina que se remonta a cientos de años. Este procedimiento, es realizado con diversos fines, que incluyen desde el combate de olores desagradables hasta la prevención de embarazos.
No obstante, es importante conocer los riesgos de esta práctica, que muchas veces puede ser más perjudicial que beneficiosa.
De este tema, que muchas veces no se profundiza adecuadamente, les voy a hablar a solicitud de Bernadette, una seguidora de Carolina del Sur. Ella es una joven universitaria, con mucha actividad académica y cultural, pues participa en la orquesta sinfónica.
Bernadette me comentó, que desde muy niña sus padres le motivaron al aprendizaje de algunos instrumentos, pero finalmente se decidió por el violonchelo.
Ella me dijo, que la alegría que le producía participar en una agrupación tan prestigiosa le permitía sobrellevar la carga académica de una forma menos estresante. Sin embargo, me contactó por algo que le causaba preocupación y era la alta frecuencia de candidiasis vaginal.
Sobre todo, porque ella a consecuencia de ejecutar un instrumento que va colocado entre las piernas, acostumbraba desde hace años a mantener una adecuada higiene íntima, incluyendo la vaginal.
Y precisamente me contactó, para solicitar mi apreciación acerca de lo que le estaba afectando. Lo primero que le destaqué, es que se ha comprobado que las duchas vaginales ocasionan la pérdida de ciertas bacterias que protegen dicho órgano del crecimiento de patógenos.
Para otorgarle una mayor cantidad de puntos educativos, preparé un material donde profundicé acerca del equilibrio que existe en la vagina y los efectos negativos que ocasiona el empleo de las duchas vaginales.
Dada la importancia de conocer a fondo acerca de la adecuada higiene vaginal, consideré importante compartir este artículo en mi página.
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Generalidades acerca de la microbiota vaginal
Según los expertos, la microbiota vaginal está compuesta por diferentes microorganismos que colonizan la vagina y desempeñan un papel protector frente a las infecciones. Las bacterias más comunes y dominantes son los lactobacilos, como Lactobacillus crispatus, L. jensenii, L. gasseri y L. iners.
Estas bacterias producen ácido láctico, peróxido de hidrógeno y bacteriocinas, que reducen el pH por debajo de 4,5. Ello inhibe el crecimiento de ciertos microorganismos patógenos que pueden causar infecciones vaginales. Entre ellos destacan Gardnerella vaginalis, Candida, Trichomonas vaginalis y Escherichia coli.
Las bacterias más comunes son los Lactobacilos, que producen ácido láctico y ayudan a mantener un pH bajo (menor de 4,5) impidiendo así, el crecimiento de microorganismos patógenos.
Por ejemplo, la Gardnerella vaginalis está asociada con la vaginosis bacteriana y la Candida con la vaginitis. Pero también el desequilibrio de la microbiota puede acarrear muchos otros procesos negativos como infecciones del tracto urinario y tricomoniasis.
Según la ciencia, cuando la microbiota vaginal está sana o se encuentra en equilibrio por efecto de los Lactobacilos, puede proteger la mucosa de las infecciones mediante ciertos mecanismos.
Factores que alteran el equilibrio de la microbiota vaginal
Según la ciencia, la microbiota vaginal, contribuye de forma significativa a la salud reproductiva y general de la mujer. Como se resaltó, una microbiota vaginal sana suele ser un entorno de baja diversidad en el que predominan las especies de Lactobacillus productoras de ácido láctico. Ello logra reducir el pH, logrando proporcionar una barrera protectora frente a posibles patógenos.
Sin embargo, el equilibrio de la microbiota vaginal puede verse alterado por diversos factores. Entre ellos destacan:
Cambios hormonales
Es importante resaltar que, la microbiota vaginal es una comunidad compleja y dinámica de microorganismos. De acuerdo a los estudios, ella desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud vaginal y reproductiva.
De acuerdo a los expertos, la composición y estabilidad de la microbiota vaginal están influidas por diversos factores. Dentro de ellos resaltan, el ciclo menstrual, anticonceptivos hormonales, dieta, ejercicio y embarazo.
Es importante señalar, que los cambios hormonales, especialmente los relacionados con los esteroides sexuales, pueden alterar el entorno vaginal y afectar a la abundancia y diversidad de la microbiota vaginal.
A manera de ejemplo se puede señalar, que el incremento repentino de los niveles de esteroides sexuales durante la pubertad se asocia con una menor diversidad de la microbiota vaginal.
Ello indica, que el aumento de las hormonas esteroideas en la pubertad crea un nuevo entorno, dando forma a los microbiomas intestinal y vaginal de la mujer adulta.
De esta misma forma, el empleo de anticonceptivos hormonales puede disminuir el predominio de especies de Lactobacillus. Como sabemos, dichas bacterias beneficiosas producen ácido láctico e impiden el crecimiento de microbios potencialmente patógenos.
Asimismo, el embarazo también genera ciertos cambios en la microbiota vaginal. Ello ocasiona, una menor diversidad microbiana y un predominio de especies de Lactobacillus, que son importantes para proteger al feto de infecciones e inflamaciones.
No obstante, una microbiota vaginal alterada con escasa abundancia de Lactobacillus, especialmente durante el embarazo, puede ocasionar vaginosis bacteriana. Dicha afección se caracteriza por el aumento de bacterias facultativas y anaerobias, pudiendo provocar resultados adversos como el parto prematuro.
Edad
Los mecanismos exactos por los que la edad afecta la microbiota vaginal no se conocen del todo. Sin embargo, se han dado a conocer algunas posibles explicaciones. Dentro de ellas podemos señalar:
- El envejecimiento se asocia a una disminución de los niveles de estrógenos. Dicho efecto, afecta el epitelio vaginal y la inmunidad de la mucosa, haciéndola más susceptible a infecciones y procesos inflamatorios.
- El envejecimiento está vinculado a cambios en la microbiota intestinal. Ello podría influir en la microbiota vaginal, a través de la translocación de bacterias o metabolitos.
- El envejecimiento puede alterar el estilo de vida y los hábitos alimentarios de las mujeres. Dichos cambios, pueden afectar a la microbiota vaginal al modular la disponibilidad de nutrientes y sustratos para el crecimiento bacteriano.
Actividad sexual
La actividad sexual puede alterar la microbiota vaginal de diferentes maneras. Por ejemplo, se pueden introducir nuevos microbios en la vagina mediante el semen, espermicidas, lubricantes o patógenos de transmisión sexual.
Estos factores pueden alterar el equilibrio de la microbiota vaginal y causar una afección denominada vaginosis bacteriana (VB). Ella se caracteriza por una pérdida o disminución de Lactobacilos y un aumento de bacterias anaerobias, como Gardnerella vaginalis.
La VB se asocia a diversos resultados adversos. Entre ellos podemos señalar, un mayor riesgo de las enfermedades de transmisión sexual, enfermedad inflamatoria pélvica y parto prematuro.
Una de las formas en que la actividad sexual altera la microbiota vaginal es cambiando el pH de la vagina. Como se destacó con anterioridad, una vagina sana tiene un pH de alrededor de 4,5. Dicho valor es ligeramente ácido y favorece el crecimiento de Lactobacilos.
No obstante, debemos señalar que el semen tiene un pH de alrededor de 7,5. Dicho valor más alcalino, puede neutralizar la acidez de la vagina, propiciando un entorno favorable para que las bacterias anaerobias crezcan y ocasionen VB.
Asimismo, algunos espermicidas y lubricantes también pueden alterar el pH de la vagina y afectar la microbiota vaginal.
Debemos señalar, que se pueden transmitir de forma sexual otras bacterias asociadas a la VB. Entre ellas destacan Atopobium vaginae o Prevotella bivia. Por ello es importante mantener una buena higiene sexual, y utilizar métodos de barrera como los preservativos. De esta forma, se podría reducir el riesgo de alteración de la microbiota vaginal.
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Dieta
Para los especialistas, la dieta puede afectar a la microbiota vaginal al cambiar la composición y diversidad de esta. Se sabe, que ella sirve como reservorio de bacterias beneficiosas que pueden migrar a la vagina a través de una vía mucosa.
Dentro de los alimentos que han sido detectados por sus efectos positivos sobre la salud vaginal destacan:
- Arándano rojo: El arándano rojo puede ayudar a prevenir las infecciones del tracto urinario (ITU) al impedir la adhesión de la bacteria E. coli, en la mucosa que lo recubre.
- Boniato o batata: Esta singular raíz comestible es rica en vitamina A. Ello podría ayudar a mantener sanas las paredes vaginales y uterinas así como prevenir la vaginosis bacteriana (VB).
- Probióticos: Estos microorganismos benéficos pueden conferir beneficios para la salud del huésped. Los probióticos pueden ayudar a restablecer el equilibrio de la microbiota vaginal y tratar la VB aumentando el número y la actividad de los lactobacilos. Los probióticos pueden encontrarse en ciertos alimentos fermentados, como el yogur, kéfir, chucrut, kimchi, kombucha y miso.
- Ácidos grasos omega-3: Los ácidos grasos omega-3 son esenciales para la producción de hormonas y pueden ayudar a mejorar la circulación sanguínea, la libido y el dolor menstrual. Los ácidos grasos omega-3 pueden encontrarse en pescados grasos (salmón, atún, caballa y sardinas).
Incluso, algunos alimentos de origen vegetal, también son buena fuente de este ácido graso. Dentro de ellas podemos señalar, las semillas de lino, semillas de chía, nueces y soja. También puedes probar mi fórmula MARINE OMEGA-3.
- Frutas: Las frutas son una fuente importante de antioxidantes, vitaminas y minerales. Ello podría favorecer la salud y función reproductiva.
Empleo de antibióticos
Los antibióticos pueden alterar la microbiota vaginal, al eliminar a los Lactobacilos permitiendo el crecimiento excesivo de patógenos oportunistas. A saber, la Candida albicans, Gardnerella vaginalis y Trichomonas vaginalis.
Dichos patógenos pueden ocasionar diversas infecciones vaginales. Entre ellas destacan la vaginosis bacteriana (VB), candidiasis vulvovaginal (CVV) y la tricomoniasis.
Se ha observado, que las infecciones vaginales pueden provocar inflamación, picor, flujo, mal olor y un mayor riesgo de infecciones de transmisión sexual. Ello muchas veces acarrea resultados reproductivos adversos.
Por ello, es importante restablecer el equilibrio de la microbiota vaginal tras el tratamiento antibiótico. Una de las posibles recomendaciones, es el empleo de probióticos. Se ha determinado, que los probióticos pueden ayudar a reponer la población de Lactobacilos. Ello podría inhibir el crecimiento de patógenos.
Igualmente, los probióticos también pueden modular el sistema inmunitario y mejorar la función de barrera de la mucosa. Varios estudios han demostrado, que los probióticos pueden ser eficaces en la prevención y el tratamiento de la VB y la CVV, especialmente cuando se combinan con la terapia antimicrobiana convencional.
CANDIDA
No obstante, se necesitan más investigaciones para determinar las cepas, dosis, vías y duración óptima de la administración de probióticos para los distintos tipos de infecciones vaginales.
¿Qué son las duchas vaginales?
Las duchas vaginales son dispositivos que contienen agua u otros líquidos que se utilizan para lavar o limpiar la vagina. Muchas mujeres suelen emplear una mezcla de agua y otros líquidos, como vinagre, bicarbonato o perfume.
Generalmente, se utilizan para eliminar olores desagradables, prevenir embarazos o evitar infecciones, pero no son métodos eficaces ni seguros. De hecho, las duchas vaginales pueden ser más perjudiciales que beneficiosas para la salud vaginal.
Según el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, las duchas vaginales pueden interferir en el equilibrio natural de las bacterias y el pH de la vagina.
Este desequilibrio desencadena una serie de efectos adversos. Por ello, los profesionales de la salud no recomiendan las duchas vaginales y sugieren el empleo de alternativas más seguras para mantener la vagina sana y limpia.
¿Qué opinan los especialistas e investigadores acerca de las duchas vaginales?
Las duchas vaginales son una práctica que consiste en introducir agua u otras sustancias en la vagina con el fin de limpiarla. Sin embargo, esta práctica no es recomendable, ya que puede causar diversos problemas de salud.
Al hacerse una ducha vaginal, se altera el equilibrio natural de la flora y el pH de la vagina, lo que favorece el crecimiento de bacterias nocivas, incrementando el riesgo de infecciones. Además, al forzar el líquido hacia el interior de la vagina, se puede dañar el cuello uterino y facilitar que los microorganismos patógenos lleguen al útero y las trompas de Falopio.
De acuerdo a los estudios, las duchas vaginales también pueden aumentar el riesgo de problemas más graves, como la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). La EIP, es una infección del útero, trompas de Falopio y ovarios que puede causar dolor, fiebre, infertilidad y embarazo ectópico.
Según los expertos, el embarazo ectópico es una enfermedad potencialmente mortal en la que el óvulo fecundado se implanta fuera del útero. A su vez, el cáncer de cuello uterino, se caracteriza por afectar la parte inferior del útero. De hecho, esta patología podría ser mortal si no se detecta y trata a tiempo.
Otras de las complicaciones asociadas a las duchas vaginales son la vaginosis bacteriana, embarazo ectópico, cáncer de cuello uterino, endometriosis, parto prematuro y bajo peso al nacer.
Otros riesgos asociados a las duchas vaginales
De acuerdo a la ciencia, las duchas vaginales pueden dificultar el embarazo, ya que pueden interferir en el movimiento normal de los espermatozoides y óvulos a nivel del aparato reproductor.
Incluso, diversas investigaciones han logrado constatar que cuando una mujer realiza duchas vaginales se expone a ciertos químicos nocivos. Generalmente, se encuentran en ciertos objetos plásticos de uso íntimo, porque ayudan a que estos sean más flexibles.
Dichas sustancias son conocidas como ftalatos y son capaces de alterar el sistema hormonal. Incluso, se ha comprobado que no solo afecta el desarrollo y función reproductiva en mujeres, sino también en hombres.
De acuerdo a un estudio publicado el 2015 en Science Daily, por científicos de la Universidad George Washington las duchas vaginales conllevan elevados riesgos.
De hecho se encontró, que las mujeres que empleaban duchas vaginales tenían niveles un 152% mayor probabilidad presentar un tipo de ftalato llamado DEP en la orina. Ello en comparación con las mujeres que no realizaban esta práctica.
Por ello, es importante recalcar que las duchas vaginales no son una forma segura ni eficaz de limpiar la vagina ni de prevenir infecciones o embarazos.
La vagina tiene su propio mecanismo de autolimpieza que mantiene un pH y una microbiota saludables. Si empleas PROBIOTICS 100 BILLION, podrás comprobar en poco tiempo sus efectos sobre la reconstitución de la microbiota vaginal.
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Concluyendo
De acuerdo a lo mostrado, existen una serie de factores que comprometen la integridad de la microbiota vaginal. Entre ellos destacan la edad, actividad sexual, dieta, empleo de antibióticos y cambios hormonales.
Dichos factores pueden alterar la composición y diversidad de la microbiota vaginal, dando lugar a afecciones como la vaginosis bacteriana.
De acuerdo a los especialistas, esta patología se asocia a un mayor riesgo de resultados adversos en el embarazo y en el padecimiento de enfermedades de transmisión sexual.
Destaca además, una práctica muy arraigada en muchas mujeres, como el empleo de la ducha vaginal. Por lo general, suele emplearse para eliminar olores desagradables, prevenir embarazos o evitar infecciones.
Sin embargo, diversas investigaciones han logrado corroborar que no constituyen un método eficaz ni seguro. De hecho, las duchas vaginales pueden ser más perjudiciales que beneficiosas para la salud vaginal.
Dentro de las complicaciones asociadas a las duchas vaginales, destacan la vaginosis bacteriana, embarazo ectópico, cáncer de cuello uterino, endometriosis, parto prematuro y bajo peso al nacer.
Por ello, es importante comprender los factores determinantes de la composición de la microbiota vaginal y su relación con la salud de la mujer.
Para Bernadette la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. De hecho, a las pocas semanas de abandonar la práctica de emplear duchas vaginales y tomar mi fórmula especial CANDIDA, logró solventar la candidiasis vaginal.
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