Según la ciencia, los cálculos amigdalinos son pequeños depósitos de material endurecido que se forman en las grietas de las amígdalas. Los mismos, están causados por bacterias, partículas de alimentos, mucosidad y células muertas que quedan atrapadas en las criptas amigdalares.
Esto puede ocasionar múltiples molestias, que pueden ser solventadas empleando tratamientos naturales. Este tema es común en personas de diversas edades, pero en especial en quienes no realizan una adecuada higiene bucal. Y en esta ocasión les voy a hablar del mismo, a solicitud de Marlyn, una seguidora de Nueva York.
Ella es madre de familia y abuela, dedicada actualmente por completo al cuidado de su familia. Decidió comunicarse conmigo a raíz de una situación que ha venido aconteciendo de forma recurrente, con un nieto de diecinueve años.
Este joven, desde que inició en la universidad, comenzó a presentar ciertas molestias en las amígdalas, de forma recurrente.
Marlyn me comentó, que incluso hace unos meses el médico le detectó cálculos en las amígdalas. Sin embargo, pese a las recomendaciones médicas y la insistencia en la adecuada higiene bucal, su nieto no cambió su actitud. Marlyn me dijo que incluso, muchas veces él se muestra más receptivo con ella que con sus padres.
Por esta razón, decidió solicitarme algunas estrategias naturales que le permitan ayudar a su nieto a superar esta desagradable situación. Así, a fin de honrar la solicitud de esta abnegada abuelita, le preparé un material donde le destaqué acerca de las generalidades de los cálculos en las amígdalas.
Asimismo, le incluí una serie de alternativas dirigidas a combatir estos desagradables cálculos.
Dada la importancia de conocer formas alternativas para combatir este tipo de dolencia, decidí compartir este artículo en mi página.
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Generalidades acerca de los cálculos amigdalinos
Es importante resaltar, que las amígdalas forman parte de un sistema de protección que evita que ciertas partículas extrañas se desplacen hacia los pulmones. Ellas constituyen ganglios linfáticos que se encargan de filtrar bacterias y virus, incluso también producen glóbulos blancos y anticuerpos.
Vale destacar, que ciertos residuos alimenticios, suciedad y otras partículas como células muertas y bacterias, pueden acumularse sobre los surcos superficiales ubicados sobre la superficie de las amígdalas. Estos surcos, la ciencia también los denomina criptas.
Debemos señalar, que cuando los glóbulos blancos atacan estos cuerpos extraños, se forman ciertas partículas sólidas. Por lo general, esto no se percibe y simplemente se desplaza cuando deglutimos. Sin embargo, si estas partículas se alojan en las criptas, seguirán creciendo y en ese caso se denominan cálculos amigdalinos.
Según los especialistas, dichos cálculos no constituyen realmente cálculos inertes, sino que constituyen una biopelícula viva que respira. La misma está compuesta por bacterias, hongos y protistas, formando una capa resistente. De hecho, los mismos pueden contener cantidades importantes de calcio.
La ciencia denomina a estos cálculos, tonsilolitos y por lo general ocasionan halitosis, ronquera, dolor al deglutir, inflamación, irritación y ardor en la garganta.
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¿Cómo puedo combatir de forma natural los cálculos en las amígdalas?
Existen algunos métodos que han sido empleados con mucha eficiencia, permitiendo expulsar estos cálculos, además de evitar su crecimiento. Dentro de ellos destacan:
Gárgaras con agua salada
Hacer gárgaras con agua salada es un remedio casero sencillo y eficaz para las piedras en las amígdalas y equilibrar el pH de la cavidad oral.
Hacer gárgaras ayuda a que tu garganta se sienta mejor, al reducir la inflamación y combatir las infecciones bacterianas. Además de ello, puede desalojar los cálculos de las amígdalas.
Esto es especialmente útil cuando se hacen gárgaras después de comer, ya que evita que la comida y los residuos queden atrapados en las criptas amigdalinas.
¿Cómo lo realizo?
- Agrega media cucharadita de sal a ocho onzas de agua filtrada tibia.
- Remueve bien hasta diluir completamente la sal.
- Realiza gargarismos sosteniendo el agua por diez a quince segundos sin tragarla y escupe.
- Debes emplear toda la solución preparada empleando sorbos medianos.
- Repite esta operación varias veces al día para lograr que los cálculos desaparezcan o se reduzcan.
Nota
Si presentas síntomas graves o persistentes, como dificultad para tragar, fiebre o agrandamiento de las amígdalas, debes consultar a un médico para recibir tratamiento.
Gárgaras con vinagre de sidra de manzana
Desde hace siglos el vinagre de sidra de manzana se ha empleado para combatir diversas afecciones. De acuerdo a los expertos, la presencia de ácido acético puede favorecer el combate de diversas bacterias.
Asimismo, el ácido acético puede descomponer el calcio y otros minerales que forman las piedras de las amígdalas. Incluso, puede ayudar a desalojar y descomponer ciertas partículas alimenticias que favorecen la formación de cálculos.
¿Cómo lo realizo?
- Agrega una cucharada de vinagre de sidra de manzana a una taza de agua filtrada tibia.
- Emplea sorbos medianos y sostén el gargarismo unos treinta segundos.
- Escupe esta solución y evita tragarla.
- Repite esta operación unas tres veces al día hasta que notes que los cálculos van desapareciendo.
Nota
Después de finalizar el procedimiento, enjuaga tu boca con agua filtrada para que la acidez del vinagre de sidra de manzana no erosione el esmalte dental.
Este tipo de procedimiento (gargarismo) no es indicado para los niños debido al peligro de asfixia. Incluso, si presentas cualquier irritación o dolor en la garganta, deja de usar este remedio y consulta a un médico.
Bastoncillo de algodón
Uno de los métodos para eliminar los cálculos amigdalinos en casa es empleando un bastoncillo de algodón.
¿Cómo lo realizo?
- Humedece el bastoncillo de algodón con agua o solución salina para que sea más suave y menos irritante para la garganta
- Abre la boca e ilumínala empleando una linterna.
- Utiliza un espejo para localizar los cálculos en las amígdalas.
- Flexiona los músculos de la garganta y saca la lengua para que las amígdalas sean más visibles.
- Presiona suavemente el bastoncillo de algodón contra el cálculo amigdalar y empújalo hacia arriba para desprenderlo.
- Hazlo suavemente a fin de no dañar las amígdalas ni provocar hemorragias.
- Enjuaga tu boca con agua o agua salada y repite el proceso hasta eliminar todas las piedras visibles.
- Comprueba si hay cálculos ocultos apretando las amígdalas con los dedos pulgar e índice, como si exprimieras el tubo del dentífrico.
Nota
Es posible que este método no funcione para todo el mundo, sobre todo si alguien presenta cálculos grandes o profundos en las amígdalas, o si presentas un reflejo nauseoso sensible.
En ese caso, es posible que tengas que consultar a un médico o a un dentista para que te presenten otras opciones de tratamiento, como irrigadores orales, antibióticos o cirugía.
Masticar ajo
De acuerdo a los estudios, masticar dientes de ajo puede favorecer el combate de las bacterias. Se ha determinado, que el ajo posee propiedades antibacterianas, antifúngicas y antivirales. Gracias a ello, es posible combatir la infección e inflamación ocasionada por los cálculos amigdalinos.
Según los expertos, masticar un diente de ajo crudo también puede ayudar a liberar sus jugos y fracturar las piedras de las amígdalas.
El ajo puede ayudar a controlar los cálculos amigdalinos matando las bacterias que los causan y reduciendo el mal aliento que producen. Dicho efecto, se produce gracias a un compuesto antimicrobiano denominado alicina, presente en el ajo.
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Según algunas fuentes, comer algunos dientes de ajo durante el día puede ayudar a aliviar los síntomas de los cálculos en las amígdalas y evitar que se formen.
Aunque el ajo no sustituye a una higiene bucal adecuada ni al tratamiento médico. Por ello, si presenta cálculos grandes, persistentes y que ocasionan dolor en las amígdalas, es importante consultar al médico o al dentista, para que te indiquen el procedimiento adecuado.
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Irrigador de baja presión
Los irrigadores que se conectan directamente al grifo del lavabo mediante un accesorio roscado o de otro tipo son adecuados para eliminar los cálculos amigdalinos. Además de ello, permiten realizar el lavado diario de las amígdalas, ya que pueden expulsar agua a niveles de baja presión, ajustando simplemente al manipular el grifo del lavabo.
Esto permite una gama continua de presiones para adaptarse a las necesidades de cada usuario.
¿Cómo lo realizo?
- Colócate frente a un espejo bien iluminado.
- Dirige la punta del irrigador hacia los cálculos de las amígdalas.
- Pulveriza agua suavemente para ayudar a desalojarlos.
Nota
Es importante no aplicar demasiada presión ni dirigir el chorro de agua a la parte posterior de la garganta porque podría ocasionar arcadas (reflejo nauseoso) o ahogamiento. No debe emplearse en menores de edad.
Utilizar un irrigador de baja presión con regularidad también puede ayudar a prevenir la formación de cálculos amigdalinos, ya que puede reducir la cantidad de bacterias y residuos en las amígdalas.
No obstante, este método puede no funcionar para todo el mundo, sobre todo si tienen cálculos amigdalinos de gran tamaño. En ese caso, puede ser necesario consultar a un médico.
Aceites esenciales
Los aceites esenciales son extractos concentrados de plantas que tienen diversos beneficios para la salud. Algunos aceites esenciales tienen propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antifúngicas y antimucosas que pueden ayudar a controlar las piedras en las amígdalas.
Dentro de los mejores aceites esenciales empleados para combatir las piedras en las amígdalas destacan: aceite de lavanda, aceite de mirra y aceite de hierba de limón o citronela.
¿Cómo lo realizo?
En el caso de los aceites esenciales de lavanda o de citronela se puede emplear este procedimiento:
- Añade unas cinco gotas en un vaso de agua tibia.
- Mezcla muy bien y realiza gargarismos empleando pequeñas cantidades.
- Mantén las gárgaras entre diez y quince segundos.
- Evita tragar esta solución y escúpela.
- Realiza este procedimiento dos veces al día hasta que comiences a notar mejoras.
En el caso del aceite de mirra, se indica el siguiente procedimiento:
- Diluye el aceite de mirra en un aceite portador como el de coco o el de oliva.
- Aplícalo sobre las amígdalas con un bastoncillo de algodón.
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- También puedes añadir unas gotas a un vaso de agua tibia y hacer gárgaras de la forma como se mostró anteriormente.
Nota
Estos aceites no deben emplearse en menores de edad, mujeres embarazadas o en aquellas que se encuentren amamantando.
Practica una adecuada higiene bucal
Una buena higiene bucal es una de las formas más importantes de prevenir los cálculos amigdalinos. Por ello, cepillarse los dientes, la lengua y las encías dos veces al día puede ayudar a evitar que las bacterias y las partículas de comida se acumulen en la boca y formen cálculos amigdalinos.
También, puede emplearse un raspador lingual para eliminar los residuos de alimentos y bebidas que permanecen en la lengua. Usar hilo dental a diario también puede ayudar a eliminar la placa y las partículas de comida que puedan quedar atrapadas entre los dientes y causar mal aliento. Además, emplear enjuague bucal sin alcohol, puede ayudar a eliminar cualquier bacteria que pueda causar cálculos amigdalinos.
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Concluyendo
De acuerdo a lo mostrado, los cálculos amigdalinos son depósitos pequeños y duros que se forman en las hendiduras de las amígdalas.
Por lo general, suelen estar causados por bacterias, mucosidad, partículas de alimentos y células muertas que se acumulan en las amígdalas.
Dichos cálculos pueden causar mal aliento, dolor de garganta, dificultad para tragar e inflamación de las amígdalas.
A fin de prevenir este tipo de cálculos, se debe mantener una buena higiene bucal cepillándose los dientes después de cada comida o al menos dos veces al día. Asimismo, se debe emplear hilo dental al menos una vez al día y cepillarse o rasparse la lengua con regularidad.
Estas medidas pueden ayudar a reducir la cantidad de bacterias en la boca, que es un factor que puede provocar cálculos amigdalinos.
Igualmente, existen algunos compuestos naturales que permiten expulsar o evitar el crecimiento de dichos cálculos. Entre ellos destacan los gargarismos con agua salada, vinagre de sidra de manzana y diversos aceites esenciales. Aparte de ello, se pueden emplear bastoncitos de algodón, irrigadores de baja presión y masticar ajo.
Para Marlyn la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. De hecho me comentó, que al compartirla con su nieto, este cayó en cuenta que ciertamente estos cálculos tienden a crecer, molestar y ocasionar mal aliento.
Esto le motivó a implementar algunas estrategias, logrando disminuir en pocos meses el tamaño y cantidad de los cálculos.
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