10 Remedios Caseros Para Bajar La Presión Alta

De acuerdo a los especialistas la hipertensión constituye uno de los principales factores de muerte prematura. La gran mayoría de quienes padecen esta enfermedad, dependen de los fármacos para el control de su tensión arterial. Sin embargo, muchos medicamentos actuales provocan efectos indeseables.

Afortunadamente, se han investigado diversas alternativas naturales que pueden ofrecer una solución al tratamiento de la hipertensión.

De este tema, que causa preocupación en muchas personas, hablaré a solicitud de Tenley, una seguidora de Oklahoma. Ella es madre de dos niñas y actualmente se encarga de todas las labores de su casa. Tenley me comentaba, que el año pasado tuvo que mudarse de California y para ella fue impactante pues toda su familia se encuentra allá.

Ella procura mantenerse siempre en contacto con sus padres y hermanos, sin embargo, esta situación le acarreó algunos problemas de salud. A pesar de que el especialista no la calificó como hipertensa, su tensión arterial debido a esta situación de estrés, le ocasionaba algunos picos de tensión.

Por ello, en determinados momentos debía tomar ciertos medicamentos, que a ella no le favorecían. En busca de una solución natural para este problema ocasionado por la nostalgia de su familia, decidió comunicarse conmigo.

Ella quería fundamentalmente, que le mencionara acerca de algunos tratamientos naturales que pudieran sustituir los fármacos que estaba empleando.

Dada la alta prevalencia de esta enfermedad a nivel mundial, estimé conveniente compartir información en mi página, acerca de algunos remedios naturales empleados desde hace mucho tiempo.

Estilo de vida Saludable y presión arterial

La presión arterial alta es un factor de riesgo importante en las enfermedades y es una causa de mortalidad y morbilidad en el mundo entero.  La prevalencia de hipertensión sigue aumentando en muchas regiones.  De acuerdo a estudios e investigaciones, los pacientes hipertensos viven en paises en vías de desarrollo.

La hipertensión es considerada una enfermedad asintomática,  de la cual, la mitad de las personas con esa condición,  la desconocen.  Es así como los cambios primordiales en los hábitos de salud y estilo de vida juegan un rol preponderante en la incidencia de la hipertensión.

Muchos son los estudios que han demostrado que la falta de alimentación con los nutrientes requeridos, el bajo nivel de actividad física, el sobrepeso, el tabaquismo, la falta de sueño y los episodios de estrés, pueden estar asociados con un mayor riesgo de hipertensión.

Por eso se requiere que las personas modifiquen su comportamiento de estilo de vida por uno saludable.  De esta manera, adquieren buenos hábitos alimenticios, con niveles de actividad física que les permite mantener una buena salud cardiovascular,  suficientes horas de sueño para que los órganos puedan repararse, especialmente el corazón e hígado.

Por último no menos importante, ejecutar su trabajo, así como tener una buena calidad de pensamientos y emociones para evitar episodios de estrés.

Generalidades acerca de la hipertensión

De acuerdo a los expertos, la hipertensión es uno de los principales factores de riesgo de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio y muerte prematura. Según estudios realizados por la OMS y el Imperial College de Londres, se ha incrementado sustancialmente el número de personas hipertensas.

Generalidades acerca de la hipertensión

De acuerdo a este organismo, el número de personas con hipertensión se incrementó de 650 millones a 1.280 millones en los últimos treinta años.

Actualmente existen diversos medicamentos modernos, dentro de los cuales se incluyen:

  • Vasodilatadores de acción directa
  • Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA)
  • Inhibidores directos de la renina
  • Diuréticos
  • Bloqueadores alfa-adrenérgicos
  • Bloqueadores de los receptores de la angiotensina II (BRA)
  • Bloqueadores de los canales de calcio (BCC)
  • Bloqueadores beta-adrenérgicos
  • Fármacos de acción central.

Lamentablemente, todos estos medicamentos en mayor o menor medida se asocian a una serie de efectos nocivos e indeseables. Los efectos secundarios habituales de los medicamentos antihipertensivos por lo general incluyen sensación de cansancio, mareos, disfunción sexual y taquicardia.

Propuestas naturales para el tratamiento de la hipertensión

Es importante destacar, que estas alternativas deben emplearse con el visto bueno del cardiólogo tratante. Nunca deben emplearse los tratamientos naturales sin previa consulta. Ello se debe principalmente a la factibilidad de ocasionar un bloqueo o una acción de sinergia del tratamiento farmacológico.

Propuestas naturales para el tratamiento de la hipertensión

1. Arándanos

Un estudio publicado el 2019 en The Journals of Gerontology destaca, que los arándanos coadyuvan a reducir la tensión arterial.

En dicho estudio, participaron 40 hombres sanos y durante un mes se les administró una bebida conteniendo 200g de arándanos silvestres enteros. Los participantes fueron monitoreados a diario, realizando mediciones de tensión arterial. También se cuantificó la dilatación mediada por flujo de la arteria braquial en la parte superior de sus brazos.

Esta medición logra verificar el ensanchamiento arterial frente al incremento del flujo sanguíneo. Este parámetro constituye un marcador de la reducción del riesgo frente a enfermedades cardiovasculares. Los científicos detectaron, que la dilatación mediada por el flujo mejoraba alrededor del 2% dos horas después de consumir la bebida de arándanos.

Cabe destacar, que se determinó que el efecto se mantenía luego de un mes de consumo diario.

Es importante mencionar además, que la presión arterial sistólica descendió cinco milímetros de mercurio en promedio. Se determinó también, que este efecto fue similar (durante el mismo periodo) al de los fármacos utilizados para la hipertensión.

Según los especialistas, la ingesta de una taza de arándanos diarios posee la capacidad de equilibrar la tensión arterial.  Asimismo, se detectó que mejora el desempeño de los vasos sanguíneos y disminuye sustancialmente la presión arterial sistólica.

2. Ajo

De acuerdo a diversos estudios se ha determinado, que el ajo contiene compuestos de azufre, como la alicina. Se ha establecido, que esta sustancia favorece el incremento del flujo sanguíneo y la relajación de los vasos sanguíneos. Todo este efecto favorece finalmente la reducción de la tensión arterial.

Una revisión de doce estudios determinó, que el consumo de ajo reducía la presión arterial sistólica y diastólica. En este estudio participaron más de 550 personas hipertensas, con promedios de 8,3 mmHg y 5,5 mmHg, respectivamente. Este efecto fue parecido al que ejercen los fármacos antihipertensivos.

De hecho un estudio de 24 semanas determinó, que el extracto de ajo fue tan eficaz como el fármaco Atenolol. La reducción de la tensión arterial se produjo al consumir entre 600 y 1.500 mg de extracto de ajo.

Según la ciencia, ciertas vitaminas del complejo B son cofactores importantes para los compuestos de azufre del ajo. Por medio de estas vitaminas, ocurre la conversión de los compuestos de azufre en ácido sulfhídrico. Mediante este ácido, se favorece el proceso de relajación de las células del músculo liso y la vasodilatación.

Estos efectos inciden en la reducción de la tensión arterial. Efectos que también se obtienen empleando ajo añejo, tal como ODORLESS GARLIC.

3. Jengibre

Esta planta de empleo milenario en países asiáticos, presenta una serie de compuestos bioactivos que pueden favorecer la reducción de presión arterial elevada. Además de ello, el jengibre también posee la capacidad de reducir el colesterol general de la sangre.

Ello incluye también el LDL o colesterol malo, un componente que contribuye a diversas enfermedades cardíacas, al reducir el diámetro de las arterias.

Un estudio donde se administró a los participantes tres cápsulas de un gramo de jengibre diarias, demostró su capacidad de reducir el colesterol malo y elevar el bueno. Esta planta  se encuentra disponible en muchas formas. A saber, rizoma fresco o seco, aceite, extracto y cápsulas.

Se ha observado, que el jengibre puede interferir con ciertos medicamentos o causar efectos adversos al tomarlo en exceso. Para quienes decidan tomar un suplemento, el Centro Médico de la Universidad de Maryland recomienda no ingerir más de 4 gramos de jengibre (dos cucharaditas en polvo).

A su vez se recomienda, que las mujeres embarazadas no ingieran más de un gramo (1/2 cucharadita en polvo) diariamente.

4. Canela

De acuerdo a ciertos estudios, la canela posee efectos positivos sobre la hipertensión. De acuerdo a un metaanálisis, los compuestos bioactivos de esta especia disminuyen sustancialmente la presión arterial (PA). Esto incluyó la presión arterial diastólica (PAD) y la presión arterial sistólica (PAS).

Un estudio mostró, que en dosis inferiores a 2g durante doce semanas se alcanzó un efecto positivo sobre la PA.

El ácido cinámico y el cinamaldehído, son los principales compuestos bioactivos de la canela. Su potente actividad antioxidante posee la capacidad de combatir diversas enfermedades, y sus efectos secundarios asociados.

De acuerdo a un estudio reciente, la administración de 1.500 mg de canela diarios durante noventa días en pacientes con hipertensión de etapa 1 (S1HTN), disminuyó la PAS. La S1HTN, es una presión sistólica que oscila entre 130 y 139 mmHg o una presión diastólica que oscila entre 80 y 89 mmHg.

Asimismo, se logró disminuir el colesterol malo (LDL) e incrementar el colesterol bueno HDL en personas hipertensas. De acuerdo a los investigadores, los desequilibrios de lípidos sanguíneos son frecuentes en pacientes con S1HTN. Esto convierte a la canela en una opción terapéutica potencial.

5. Apio

El apio, cuyo nombre botánico es Apium graveolens, es una verdura utilizada como alimento y medicina. Se sabe, que contiene aceite esencial y flavonoides. Asimismo, posee contenidos importantes de ácido pantoténico, folato, vitamina K, fibra y minerales como potasio, manganeso y molibdeno.

De acuerdo a los especialistas, el potasio dietético favorece el mantenimiento del equilibrio de los niveles de presión arterial. Gran parte de este efecto se debe a la disminución de los efectos negativos del sodio.

El potasio es considerado un nutriente esencial requerido para el mantenimiento de los fluidos corporales, el equilibrio de ácidos y electrolitos, además del funcionamiento de las células.

De acuerdo a los estudios, el 3-n-butilftalido (NBP) y el sedanolido poseen la capacidad de reducir la PA. Estos compuestos se encuentran presentes en el aceite de apio, siendo los que le confieren su aroma y sabor característico.

Las investigaciones han demostrado, que el NBP actúa como agente vasodilatador y diurético. Igualmente, de acuerdo a estudios de laboratorio, se ha determinado que el NBP disminuye los niveles de colesterol en sangre y la formación de placas en las arterias.

6. Semilla negra

Esta planta denominada botánicamente Nigella sativa (NS), es originaria de Asia y de la cuenca del Mediterráneo. De acuerdo a un estudio donde se suministró un suplemento de las semillas de esta planta, se lograron resultados favorables.

Los participantes fueron divididos en tres grupos, a dos de estos grupos se les administró 100 mg y 200 mg del extracto de NS. Al tercer grupo se le administró un placebo. Esto para todos los grupos se realizó dos veces al día durante ocho semanas.

Finalizado este tiempo, los dos grupos que recibieron extracto de NS mostraron reducciones significativas de la PAS y PAD en comparación con su valor inicial. Incluso, esta reducción se observó marcadamente con respecto al grupo placebo. Se observó, que la reducción de la PA estuvo influenciada por la dosis.

De acuerdo a los resultados, los investigadores sugieren que el uso diario de extracto de semillas de NS durante 2 meses puede tener un efecto reductor de la presión arterial. Especialmente en persona con hipertensión arterial leve.

Se observó su efecto reductor de la presión arterial al bloquear los canales de calcio, y al inhibir la enzima convertidora de angiotensina. Incluso posee un importante efecto diurético.

7. Espino blanco

Esta planta ha sido empleada en Europa aproximadamente desde el siglo XII. De hecho, era considerada un “medicamento oficial” en las farmacopeas europeas para el tratamiento de las enfermedades del corazón. Además de ello, era muy apreciada por su acción hipotensora.

Se consideraba muy útil en el tratamiento de diversas patologías cardiovasculares como la hiperlipidemia, insuficiencia cardíaca leve e hipertensión arterial.

De acuerdo a los expertos, la mayoría de la información existente sobre la eficacia de esta planta, incluye mayormente el extracto de hojas y flores. Esta planta contiene más de 33 flavonoides. Dentro de ellos se mencionan, la vitexina, rutina, quercetina y flavanoles (catequina y epicatequina)

De acuerdo a los análisis se sabe, que las hojas y flores contienen también aminas cardiotónicas (trimetilamina), triterpenos (ácidos ursólico y oleanólico), esteroles, polifenoles antioxidantes, cumarinas y taninos.

De acuerdo a la ciencia, los flavonoides poseen efectos beneficiosos sobre las diversas formas de enfermedad cardíaca. A saber, palpitaciones, arritmias, desempeño de los capilares y metabolismo de la glucosa. Asimismo, posee la propiedad de reducir la presión arterial, minimizando así el riesgo de padecer hipertensión.

Según los especialistas, los flavonoides poseen la capacidad de cumplir diversas acciones mecánicas a nivel sanguíneo. Sin embargo la de mayor importancia, asociada con la hipertensión, es la dilatación o ensanchamiento de los vasos sanguíneos.

8. Hibisco

Esta planta conocida también como flor de Jamaica, cuyo nombre botánico es Hibiscus sabdariffa, ha sido muy bien estudiada. De acuerdo a los expertos, gran parte de su potencial se debe a las propiedades de cierto compuesto denominado antocianina. Precisamente este compuesto, es el que otorga el color característico de su flor.

De acuerdo a diversos estudios clínicos se ha logrado determinar, que esta planta posee efectos positivos sobre la PA. De acuerdo a un estudio publicado en The Journal of Nutrition, se mostraron resultados interesantes.

Este estudio, realizado con adultos hipertensos demostró, que el consumo tres porciones (720 ml) de té de hibisco diariamente logró estabilizar la PA.

Un estudio anterior registró, que el té de hibisco redujo la PAS y PAD en un promedio de 7,58 mmHg y 3,53 mmHg, respectivamente.

Un estudio reciente incluso logró demostrar, que el hibisco es generalmente bien tolerado y posee un gran potencial para tratar la hipertensión no controlada, con o sin medicación.

9. Avena en hojuelas 

Este noble alimento de varias generaciones es también una excelente alternativa natural para controlar la hipertensión. De acuerdo a las observaciones se ha establecido, que una dieta que aporte avena integral puede mejorar sustancialmente la presión arterial.

Gracias a sus elevados contenidos de fibra soluble este cereal puede reducir las cantidades a emplear e medicamentos antihipertensivos. Esto incluso coadyuva a mejorar el equilibrio y a controlar la presión arterial.

Por otra parte, puede también mejorar el perfil lipídico y los niveles de glucosa sanguínea. Al disminuir significativamente estos factores de riesgo, un mayor consumo de avena podría reducir en gran medida las enfermedades cardiovasculares.

A nivel clínico se ha detectado, que la adición de avena integral a la dieta normal de pacientes hipertensos, reduce significativamente la PAS y PAD. De acuerdo a los especialistas, la avena en hojuelas integral constituye un tratamiento dietético eficaz en la prevención y tratamiento complementario de la hipertensión arterial.

10. Ginseng

Esta reconocida planta de las medicinas tradicionales China y de la India, se remonta muchos siglos en el tiempo. Sus efectos sobre la salud descansan sobre ciertos compuestos denominados ginsenósidos. De acuerdo a las investigaciones realizadas hasta ahora, el ginseng posee una gama muy amplia de actividad farmacológica.

Asimismo, presenta ciertos mecanismos de acción que son muy específicos. Por ejemplo, se ha determinado que los ginsenósidos pueden inhibir la producción de especies reactivas de oxigeno (ROS). Además de ello, pueden estimular la producción de óxido nítrico, mejorar el tono de los vasos sanguíneos, incrementar la circulación y mejorar el perfil lipídico.

Concluyendo

De acuerdo a la OMS se calcula, que aproximadamente el 80% de la población mundial utiliza la medicina tradicional, incluida la fitoterapia, para satisfacer las necesidades de atención primaria. De hecho, existen factores controlables como la dieta, que también permitirían minimizar los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares.

Y no es casualidad, que en la actualidad se observe un interés generalizado por el aprovechamiento de diversas fuentes alternativas para el tratamiento de patologías cardiovasculares.

Gracias a las tradiciones y a la tenacidad de la ciencia hoy en día podemos contar con ciertas fuentes naturales, que permiten combatir la hipertensión.

La gran mayoría de estos remedios que están al alcance de muchas personas, poseen efectos antioxidantes, vasodilatadores, antiplaquetarios, hiperlipidémicos, cardioprotectores, hipoglucémicos y antihipertensivos. Dentro de ellos podemos mencionar el ginseng, semilla negra, apio, canela, jengibre, hibisco, espino blanco, avena, ajo y arándanos.

A Tenley la información recibida, la cual comparto en el post, fue de mucha utilidad. Ella realmente se sintió muy emocionada al saber, que dentro de las alternativas planteadas existen algunos alimentos. De hecho, su intuición le llevó a consumir con más frecuencia avena en el desayuno, como lo hacía su madre y abuela.

Ella me comentó emocionada, que tan solo un mes y medio después de empezar a hacerlo, sus picos de tensión, dejaron de aparecer. Nuevamente exalto la labor callada pero certera de nuestros brillantes científicos.

“Aunque lo mejor es comer el arándano entero para obtener todos los beneficios, nuestro estudio concluye que la mayoría de los efectos pueden explicarse por las antocianinas. Si los cambios observados en este estudio pudieran mantenerse durante toda la vida de una persona, podría reducir su riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares hasta en un 20%”

Dra. Ana Rodríguez-Mateos

King’s College, Londres

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