☑️ El Resveratrol Y El EGCG Podrían Estimular Nuevas Células Cerebrales

Hallazgos recientes han permitido determinar una asociación estrecha entre trastornos circulatorios de ciertas células cerebrales y manifestaciones tempranas de Alzheimer. El creciente avance de esta enfermedad ha llevado a buscar vías cada vez más eficientes para su control. De acuerdo a las estimaciones se prevé, que para el 2050 a nivel mundial existan unos 100 millones de casos.

Los medicamentos comúnmente empleados hasta ahora y aprobados por la FDA, solo inhiben ciertos procesos del sistema nervioso central. Por ello, existe una búsqueda de nuevas opciones terapéuticas, algunas de las cuales afortunadamente se encuentran presentes en ciertos alimentos. Entre estos compuestos destacan el resveratrol y epigalocatequina galato (EGCG).

De este tema les hablo, debido a la solicitud de una seguidora de Oregon. Su nombre es Rose y actualmente vive sola con su esposo. Desde que sus hijos se fueron de casa, han hecho todo lo posible por mantenerse activos y no decaer física ni mentalmente. Ella me comentó que actualmente tiene 67 años y se mantiene muy dinámica, sin ninguna dolencia corporal de importancia.

Rose decidió realizar contacto conmigo a fin de que le recomendara algunas opciones naturales para fortalecer la memoria. Ella lo hizo, porque notó que su esposo se mostraba un poco olvidadizo, algo poco frecuente en él. Rose me afirmaba, que su esposo a pesar de estar jubilado, se mantenía mentalmente activo. De hecho, su anhelo, es envejecer manteniéndose siempre equilibrados física y mentalmente.

Dada esta interesante solicitud, le envié información acerca de los compuestos mencionados inicialmente (resveratrol y EGCG). De hecho, le hice mención acerca de los alimentos donde los mismos se encuentran en altas proporciones.

Diversos estudios han permitido estudiar a fondo dichos compuestos, determinándose que poseen efectos beneficiosos sobre las células cerebrales. Dado lo trascendental de este tema, decidí compartirlo en mi página.

Antioxidantes naturales y neuronas

Los investigadores en su afán por encontrar vías más expeditas para el tratamiento de procesos neurodegenerativos, han fijado su atención en ciertos compuestos presentes en las plantas denominados fitonutrientes.

Así, gracias a diversos avances de la tecnología, el empleo de antioxidantes naturales en la actualidad toma cada vez más fuerza. De hecho, infinidad de estudios se encuentran explorando la potencialidad de estos compuestos en la mejoría de ciertas patologías.

Dentro de ellas destacan la diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Muchos de esos antioxidantes, se encuentran presentes en diversidad de verduras, frutas y plantas medicinales. Las investigaciones han logrado detectar que ciertos elementos de regeneración vascular podrían sustituir los tratamientos farmacéuticos y quirúrgicos.

Esto es posible gracias a que, dichos compuestos antioxidantes son capaces de neutralizar los efectos nocivos de los radicales libres, en especial las ocasionadas por el oxígeno y el nitrógeno. Este proceso de neutralización conlleva a un efecto, que destruye las reacciones sucesivas o en cadena de los efectos oxidativos sobre las membranas celulares.

A su vez, esto lleva implícito un mecanismo de regeneración vascular, permitiendo así, restaurar los componentes y funciones vasculares.

De esta forma, su papel ha sido visto como una alternativa viable que permite prevenir el desarrollo de diversas enfermedades vasculares. Dentro de estos compuestos con altos niveles de bioactividad destacan el epigalocatequina-3-galato (EGCG) y el resveratrol. Ellos se encuentran de forma generalizada en ciertos alimentos de uso frecuente.

Importancia del resveratrol en el adecuado funcionamiento cognitivo

El resveratrol se clasifica como un compuesto polifenólico natural no flavonoide. El mismo se encuentra en grandes proporciones en las verduras, té verde, té negro, vino, moras, cacahuetes, ruibarbo y uvas. Según las investigaciones, brinda una serie de beneficios sobre la salud, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas y neuroprotectoras.

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Dentro de estos beneficios, destaca su valioso efecto en el manejo de enfermedades como Alzheimer y Parkinson. Es decir, cumple una función protectora de las neuronas contra la toxicidad, daño oxidativo, procesos inflamatorios y la apoptosis.

Se sabe además, que también protege ciertas células especiales del sistema nervioso. Estas se denominan microglías y son células procedentes de la médula ósea, presentes en diversos sectores del sistema nervioso central. Ellas son responsables de procesos proinflamatorios y antiinflamatorios, bien combatiendo infecciones o reparando tejidos.

Estudios realizados hasta ahora, demuestran que el resveratrol, también posee la capacidad de eliminar los radicales libres. Es decir, minimiza la acumulación de especies reactivas oxidantes inducida por el péptido β-amiloide (Aβ). Los Aβ se relacionan directamente con la enfermedad de Alzheimer (EA).

Estas características resaltantes, convierten al resveratrol en una opción potencial natural para prevenir la degeneración ocasionada por la Enfermedad de Alzheimer.  Según los hallazgos, se ha determinado, que el resveratrol es capaz de inhibir la oxidación del colesterol malo o LDL.

Estudios de laboratorio empleando células del hipocampo cerebral lograron demostrar, que el resveratrol minimiza la producción de especies oxidantes. Además de ello, impide el deterioro de la membrana de las mitocondrias y reestablece los niveles de glutatión.

Se ha comprobado que el glutatión es uno de los antioxidantes más potentes de nuestro organismo. Este compuesto es capaz de impedir la agregación inadecuada de ciertas proteínas cerebrales, evitando así, enfermedades neurodegenerativas.

Estudios relevantes realizados con el empleo del resveratrol

Según la ciencia el resveratrol es capaz de impedir la acumulación de especies oxidantes en las células. Asimismo, se considera un factor que puede incrementar los niveles de glutatión y de ciertas enzimas. Mediante este efecto se logran elevados niveles de protección contra diversos procesos oxidativos y electrofílicos. Es decir, actúa como un potente escudo que evita procesos neuroinflamatorios.

Ciertas investigaciones han permitido corroborar los beneficios neuroprotectores del resveratrol. En una de ellas se estudió el efecto de dos niveles de concentración de resveratrol, en comparación con un placebo.

El efecto inmediato observado fue el incremento del flujo sanguíneo cerebral. Se notó que el efecto del resveratrol se incrementó al suministrar adicionalmente 20 mg de piperina. Según los expertos, este alcaloide de la pimienta negra favorece la biodisponibilidad de ciertos compuestos, como resveratrol y curcumina.

El resveratrol es capaz de cumplir funciones protectoras a nivel de diversas patologías neurodegenerativas, entre ellas las enfermedades de Huntington, Parkinson y Alzheimer. Además de ello, se ha logrado establecer su efecto protector sobre trastornos degenerativos ocasionados por el alcoholismo y la esclerosis lateral amiotrófica.

Estudios recientes de laboratorio permitieron comprobar, que el resveratrol protege frente a alteraciones de comportamiento asociadas a la demencia. De igual forma, induce protección contra la perdida cognitiva y las patologías en el hipocampo cerebral.

Además de ello, otros estudios de laboratorio han determinado su beneficio sobre la mejoría de las capacidades motoras. Esto se realizó empleando animales experimentales, en los cuales se observó además protección contra procesos hemorrágicos. Estudios como este permiten vislumbrar nuevas estrategias para el tratamiento de las hemorragias intracerebrales.

Alimentos que contienen resveratrol

Existen muchos alimentos contentivos de resveratrol, dentro de los que destacan el vino tinto, además de los zumos de uva. También se consigue en uvas frescas de temporada, uvas pasas oscuras, chocolate negro, arándanos, grosella, soja y cacahuetes crudos o hervidos. Sin embargo, de acuerdo a investigaciones realizadas en la India, se encuentra también en el tamarindo, jackfruit, mora y jambul o mora de la India.

Por lo general, la concentración total de resveratrol en el vino tinto se sitúa entre 0,2 y 5,8 mg/L, mientras que el vino blanco contiene aproximadamente 0,68 mg/L. Se ha observado que los vinos tintos poseen concentraciones de trans-resveratrol seis veces superiores a las de los vinos blancos. Sin embargo, los vinos blancos poseen elevados niveles de cis-resveratrol.

Importancia del EGCG en la protección del sistema nervioso central

Según se ha establecido, las enfermedades neurodegenerativas como las de Alzheimer (EA) y Parkinson (EP), se producen por la acumulación de agregados de tipo amiloide. Estos agregados se denominan proteínas intrínsecamente desordenadas, dentro de ellas destacan el péptido beta amiloide (Aβ) y la alfa-sinucleína (αSyn). La primera de ellas se relaciona con la EA y la segunda con EP.

Generalmente estas proteínas no poseen una estructura estable y si no se encuentran adecuadamente equilibradas generan tóxicos celulares. En la actualidad no existe cura ni tratamiento eficaz contra estas enfermedades.

Sin embargo, diversas investigaciones han logrado demostrar que ciertos compuestos naturales pueden proteger el adecuado funcionamiento cerebral. Dentro de ellos, existen algunos componentes del té verde, que han llamado la atención de la ciencia.

Dentro de dichos componentes figuran las catequinas, las cuales químicamente pertenecen a los polifenoles, específicamente a los flavanoles. Estos compuestos representan alrededor del 30% del peso seco presente en las hojas de té verde.

Dentro de las catequinas más abundantes presentes en el té verde se encuentran: epicatequina (EC), epigalocatequina (EGC), galato de epicatequina (ECG) y epigalocatequina galato (EGCG). Muchas investigaciones, se han efectuado hasta ahora, tomando en cuenta el importante papel de las catequinas, en procesos de neuroprotección.

En la actualidad, la catequina más estudiada es la EGCG, dados sus altos efectos neuroprotectores. Esto se debe principalmente a las respuestas de índole antioxidante, antiinflamatoria, antiapoptótica y antiamiloide. Se ha establecido que este compuesto es capaz de promover células precursoras de las neuronas, por ello es una herramienta potencial para la regeneración de las células cerebrales.

Adicionalmente, es capaz de interactuar con muchas proteínas amiloidógenas, bloqueando ciertos procesos de agregación, que inducen a la neurodegeneración.

Investigaciones relevantes empleando EGCG en animales experimentales

Hasta ahora se ha podido establecer que, este compuesto es una herramienta terapéutica potencial para la prevención y el tratamiento de la regeneración de las células cerebrales. De allí su importancia como una solución terapéutica natural.

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Estudios realizados en la actualidad, permiten corroborar estas virtudes. Así, un estudio reciente realizado con animales experimentales, permitió establecer que EGCG promueve la proliferación de células precursoras neuronales.

En un estudio realizado con animales experimentales, se administraron seis niveles de EGCG durante dos semanas. Donde se logró establecer que, el nacimiento de nuevas neuronas en el hipocampo (región cerebral donde se almacena la memoria) alcanzó su máximo nivel en dosis de EGCG a rázon de 2,5 mg por kg de peso.

Además de esta respuesta, se logró un incremento importante de la supervivencia celular sin producir afectaciones negativas en la proliferación celular. Asimismo, se observó una disminución de las células apoptóticas.

Estudios poblacionales corroboran los beneficios del EGCG

De acuerdo a un estudio realizado el 2016 por investigadores taiwaneses, se logró demostrar la relación entre el consumo de té y los trastornos neurocognitivos. Este estudio longitudinal consideró la participación de 957 ancianos de diversos sectores comunitarios. Los participantes se encontraban cognitivamente estables al inicio del estudio.

Los científicos recopilaron información acerca del consumo de té verde partiendo de ciertos datos base (años 2003 al 2005) de un estudio longitudinal sobre el envejecimiento. Además de ello, lograron establecer los casos incidentes de trastornos neurocognitivos, ocurridos entre el 2006 y 2010. El total de los casos detectados fue de 72, consistentes principalmente en desordenes neurocognitivos.

Se logró establecer, que estas patologías fueron independientes de otros factores de riesgo. Este estudio, permitió observar que la ingesta de té se asoció con la reducción de desórdenes neurocognitivos, incluyendo la ingesta de té verde como de té negro.

Al utilizar como referencia a los no consumidores de té, se detectó que la ingesta del mismo, redujo en un 50% el riesgo de deterioro cognitivo en personas mayores. Además de ello, permitió proteger hasta en un 86% a las personas con riesgo genético de padecer la enfermedad.

Además de los importantes datos obtenidos, se estableció que la función neuroprotectora no se limita al tipo de té empleado. Lo fundamental, de acuerdo a los investigadores, es que se emplee un té proveniente de las hojas de la planta de Camellia sinensis. Es decir, de la planta original del té, de donde se extrae el té negro, té oolong y té verde.

Concluyendo

Se has podido comprobar, que muchos compuestos presentes en alimentos de uso cotidiano son una alternativa viable para la salud cerebral. Un ejemplo de consistencia en cuanto a una dieta saludable, lo representa la dieta mediterránea. De hecho, ganó por cuarta vez consecutiva, a inicios de este año, una medalla de oro a la mejor dieta.

De acuerdo a los expertos, se ha determinado que la dieta mediterránea incluye muchos alimentos ricos en polifenoles. Entre ellos destacan el vino tinto, que posee altos contenidos de resveratrol y el aceite de oliva, con altos niveles de oleuropeína e hidroxitirosol. Además de ello, se encuentran las bayas, con altos contenidos de proantocianidinas.

La búsqueda de alternativas naturales para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, ha permitido mostrar sus efectos a nivel de laboratorio y en estudios clínicos con humanos. Y precisamente como pudimos observar, algunos estudios comprueban las propiedades bioactivas de ciertos compuestos pertenecientes a los polifenoles. Así, mostramos los efectos neuroprotectores del resveratrol y EGCG.

Estos compuestos se pueden obtener por medio de la alimentación, logrando así proteger el funcionamiento cognitivo, lo cual se traduce en una mayor calidad de vida al envejecer. Por ello es importante, en función de la edad, consumir vino tinto o zumos de uva. Así como incluir bayas, tales como arándanos y grosellas, además de uvas frescas, uvas pasas, chocolate negro y té.

A Rose le pareció interesante el material recibido. Me comentó que decidió incluir numerosos elementos de la dieta mediterránea en el hogar, además del té verde. Ella nunca imaginó, que ella y su esposo llegaran a considerar al vino tinto como uno de los mejores alimentos para el cerebro. Sin embargo, viendo sus efectos sobre la memoria de su esposo, no dejan de asombrarse.

“Cuando recordar no pueda, ¿Dónde mi recuerdo irá? Una cosa es el recuerdo y otra cosa recordar”

Antonio Machado (1875-1939)

Poeta, dramaturgo y narrador español

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