Hace aproximadamente 2 meses que me propuse que cada vez que fuera de compras al supermercado me detendría por unos 5 minutos en el pasillo donde están los empaques de fructosa . De igual manera en donde se encuentran las gaseosas con la finalidad de realizar mi propio estudio social.
Lo que buscaba observar era qué personas adquieren estos productos. Para mi sorpresa en esos 5 minutos que dediqué pude llegar a ver una gran cantidad de madres de familia sumando estos a su carrito de compras.
Inclusive había casos donde estas madres eran acompañadas por sus hijos. Ellos, al reconocer el empaque del producto corrían y era ellos mismos quienes lo echaban en el carrito.
Como mujer y madre sé que todas buscamos siempre lo mejor para nosotras y también para nuestras familias. Ciertamente “no todo lo que brilla es oro”. Muchas veces existen productos que son lanzados al mercado potenciando una imagen saludable y beneficiosa.
Pero la realidad es que aún no se han hecho los estudios necesarios sobre sus efectos. Entonces convierten a esta generación en nada más y nada menos que ratas de laboratorio.
Estos factores contribuyen a sumir a la colectividad en obesidad que no es más que la punta del iceberg. Luego da pie a la aparición de enfermedades entre las cuales se encuentran padecimientos hepáticos o del hígado. Estos padecimientos han aumentado en la población más vulnerable, los niños.
Esto me motivó a hacer mi experimento. El resultado de éste me alarmó e impulsó a escribirles con la finalidad de que conozcan y sean portavoces de la realidad existente. Es una enfermedad del hígado que se ha acrecentado drásticamente en niños, como lo es el hígado graso no alcohólico.
¿Qué es la enfermedad de hígado graso no alcohólico?
Esta enfermedad es conocida también como esteatosis hepática no alcohólica (EHNA). Es la acumulación de grasa en el hígado que no se origina por el consumo excesivo de alcohol.
Dicho padecimiento está íntimamente relacionado con el sobrepeso. Esto es debido a que el sobrepeso conduce a la infiltración de grasa en muchos órganos como el corazón, los riñones y el hígado. Esta grasa bajo condiciones de estrés oxidativo liberan localmente citoquinas dando lugar a un proceso de inflamación y disfunción de los órganos, en donde se encuentra. Cuando esto ocurre en el hígado se le denomina “enfermedad de hígado graso no alcohólico”. Es por ello que la condición de obesidad es una alarma de salud pública.
Para ninguno de nosotros es un secreto que el sobrepeso y la obesidad es un mal muy visible en nuestra época. Para incrementar la alarma, estudios realizados en Estados Unidos arrojaron que estos males en niños han aumentado. En sí más de la mitad de los niños estadounidenses padecen de esta condición. La enfermedad de hígado graso no alcohólica está presente en aproximadamente 6 millones de niños solo en los Estados Unidos incluyendo niños desde los 3 años de edad.
La presencia de grasa en el hígado es un factor de riesgo para desarrollar otras enfermedades más graves. Una de ellas es la fibrosis hepática que es la acumulación de tejido fibroso de forma anormal. Otra es la cirrosis en la cual se acumula de tejido de cicatriz y la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) que es la inflamación grasa del hígado. A su vez la enfermedad de hígado graso no alcohólico puede causar insuficiencia cardíaca y cáncer.
Síntomas de la Enfermedad
Lo común es que esta enfermedad no presente síntomas, sin embargo cuando ha pasado tiempo (años o hasta décadas) con este problema puede ocasionar algunos inconvenientes físicos:
- Fatiga o cansancio.
- Pérdida de peso o del apetito.
- Náuseas.
- Dolor de abdomen debajo de las costillas que irradia hasta la zona de la espalda
- Debilidad general.
- A nivel cognitivo genera confusión, deterioro en el juicio o dificultad para concentrarse.
- Hepatomegalia o aumento patológico del tamaño del hígado.
- Hiperpigmentación de la piel en áreas como cuello y axila.
¿Qué puedes hacer para combatir o evitar esta enfermedad en tus hijos?
Espero que ya hayas entendido mi alarma ante esta situación. Cada vez son más los niños que sufren de sobrepeso acompañado de inactividad física y una muy mala alimentación. Esto no solo les lleva a acumular grasa sino que no les aporta los nutrientes para su crecimiento y desarrollo. Para poder contrarrestar este mal latente o presente en tus hijos debes hacer algunos cambios en los hábitos familiares para que ellos puedan estar sanos y fuertes.
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Saca de la dieta familiar bebidas azucaradas y gaseosas
Si tu hijo aun no presenta la enfermedad, disminuye gradualmente el azúcar que agregas a sus jugos naturales. De presentarla, debes reemplazar totalmente los jugos dulces por agua.
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Disminuye el consumo de fructosa
La fructosa es el azúcar que se encuentra en las frutas, verduras y miel. Si una persona sana consume frutas por ejemplo, la fructosa que ésta contiene llega al hígado. Es procesada para dar energía al cuerpo sin más inconvenientes.
Los problemas vienen cuando se consume alimentos a los que le han añadido fructosa. Sucede que la glucosa en general es empleada por todas las células del organismo mientras que la fructosa solo la utilizan las células del hígado. Si se consume en exceso y el cuerpo no tiene necesidad de generar energía, se sintetiza en forma de grasa y puede a llegar a originar un hígado graso.
Te preguntarás ahora si ¿puedes darle de comer o tomar frutas a tus hijos?. La respuesta es SI, lo que quiero que entiendas es que todo extremo es malo. Es decir, ingerir frutas y verduras es bueno y necesario para la salud pero no por ello le darás en un solo día 4 kilogramos de mangos o algún otro fruto o vegetal a tus hijos.
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No uses alimentos procesados.
Es más saludable emplear alimentos enteros, de ser posible adquiere todo orgánico. Enséñale a tus hijos el valor nutricional de las comidas y los beneficios que éstas le otorgan a su cuerpo.
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Haz ejercicio con tus hijos
Hacer ejercicios es una necesidad de todos los seres humanos en especial mientras se está en crecimiento y contribuye a mejorar el estado de ánimo, dormir bien, reduce la hiperactividad, estimula la hormona de crecimiento, mejora la inmunidad, y ayuda a corregir desequilibrios metabólicos relacionados con otras hormonas, como la insulina y leptina sin dejar de lado que los niños necesitan de tiempo de calidad con sus padres.
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Evitar el sedentarismo
Ponga límites para ver televisión y usar la computadora a su vez esto le ayudará a evitar problemas psicosociales.
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Sírveles comida balanceada
Esto ayudará a disminuir saludablemente de peso o a mantenerlo.
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Evita químicos disruptores endocrinos
Existen químicos que imitan las hormonas naturales del ser humano y causan diversidad de problemas como daños de desarrollo, reproducción, en el sistema inmunológico y en el neurológico, a su vez estudios han definido que pueden contribuir en la aparición de la enfermedad de hígado graso en la vida futura del niño cuando la exposición se produce poco después del nacimiento.
Espero puedan entender que me llevo a darles esta información, que existen grandes riesgos en el modo en que llevamos la vida de muchos de nuestros hijos y que sus cuerpos más que comida necesitan alimentación y más que descanso requieren adecuada actividad física para que no sucumban ante grandes males que pueden afectarles de por vida.
Evita que tu hijo sea uno más de las estadísticas y proporciónale un adecuado estilo de vida que llevará con él a lo largo de sus años.
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Referencias
https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/007657.htm
http://contemporarypediatrics.modernmedicine.com/contemporary-pediatrics/content/tags/biomarker/pediatric-nonalcoholic-fatty-liver-disease
http://www.medscape.com/viewarticle/802845
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