☑️ 5 Síntomas De Intolerancia A La Lactosa Que Deberías Identificar

Según estudios realizados a nivel mundial, aproximadamente el 70% de los adultos posee bajos niveles de la enzima lactasa. Ello puede variar de forma amplia entre distintas regiones y países, sin embargo, los síntomas acompañantes son siempre similares.

Los mismos deben conocerse a fin de manejar esta incómoda situación, que acarrea problemas gastrointestinales y extraintestinales.

De este tema tan particular les hablo debido a la inquietud de Rose, una seguidora de Arkansas. Ella es una joven madre, que a raíz de una infección intestinal, debió someterse a tratamiento con antibióticos. Me comenta que durante el mismo, mantuvo ciertos alimentos fuera de su alimentación rutinaria, en especial los lácteos.

Luego de haberse recuperado, incorporó nuevamente los lácteos, pero comenzó a sentir ciertas molestias, generalmente finalizando de comer. Esto llamó mucho la atención a Rose, pues regularmente ella había sido consumidora de productos lácteos.

Así, decidió comunicarse conmigo, pues por su mente llegó a pasar la idea de que se había convertido en alérgica a la leche. De acuerdo a lo conversado con Rose, muchas veces realizó desajustes alimentarios, al solicitar comida entregada a domicilio. Una gran cantidad de ellos, incluían la presencia de alimentos fritos, con altos niveles de carbohidratos y aderezos irritantes.

Y precisamente fue esto el causante de su patología digestiva. Según lo que ella me planteó, su proceso correspondió a una intolerancia transitoria a la lactosa. Por ello, decidí enviarle información relacionada con la intolerancia a la lactosa y su diferencia con respecto a la alergia a los lácteos.

Además de ello, le incluí los síntomas principales que han sido comprobados mediante investigación exhaustiva. Como siempre digo, el conocimiento nos ayuda a tener un mejor desempeño en el cuidado de la salud. Por ello, comparto este artículo en mi página.

¿Qué es la lactosa?

En la mayoría de los seres humanos la capacidad de digerir la lactosa, el principal carbohidrato presente en la leche, es una condición nutricional muy importante. Ello se debe, a que los mamíferos recién nacidos obtienen gran parte de su energía al digerir la lactosa presente en la leche.

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Sin embargo, esta capacidad decrece rápidamente después del destete debido a la disminución de los niveles de la enzima lactasa-florizina hidrolasa (LPH).

Desde el punto de vista bioquímico la lactosa es un tipo de molécula de azúcar, específicamente un disacárido. Mediante el proceso de digestión, la lactosa es fraccionada en sus componentes fundamentales.

Este proceso en condiciones normales ocurre a nivel del intestino delgado, mediante la intervención de la enzima lactasa. Luego de ello, estos monosacáridos son absorbidos y pasan al torrente sanguíneo.

Es importante resaltar, que existen algunas personas que mantienen la capacidad de digerir leche y derivados lácteos en la adultez. De acuerdo a los investigadores, ellos son descendientes de grupos humanos que han practicado desde hace siglos la domesticación del ganado.

Sin embargo, se sabe que un 65% no pueden digerir la lactosa al alcanzar la adultez. Según la ciencia, la capacidad de los seres humanos para digerir la leche en la edad adulta, ocasionó una modificación de los hábitos alimentarios.

De acuerdo al hallazgo realizado por un equipo internacional de científicos, publicado en Current Biology, la persistencia de la enzima lactasa, se extendió por toda Europa central muy rápidamente.

Según los investigadores, este efecto ocurrió en pocos miles de años, una transformación asombrosa, pues la mayoría de ellas toman mucho más tiempo en el ser humano.

Evidencias milenarias desvelan hechos trascendentales sobre la lactasa

De acuerdo a referencias históricas a orillas del Tollense, un río de la actual Alemania, se escenificó una importante batalla en la edad de bronce. Fue una de las batallas más importantes de ese periodo, estimándose la participación de unos 4.000 hombres. Se pudo establecer, que más de una cuarta parte de los guerreros murieron en combate.

Este hecho ocurrió hace más de tres mil años, sin embargo, los científicos lograron secuenciar el ADN de los combatientes, a partir de fragmentos óseos. El equipo de investigación, notó algo muy importante relacionado con una variante genética detectada. Según los investigadores, la batalla ocurrió más de 4.000 años después de la introducción de la agricultura en Europa.

Esto implicaba necesariamente el consumo de leche y sus derivados provenientes de los primeros animales domesticados (vacas, cabras y ovejas). Sin embargo, según las pruebas sólo uno de cada ocho guerreros poseía la variante genética capaz de descomponer la lactosa.

Los científicos, observando datos europeos de una época medieval cercana, detectaron que más del 60% de los adultos, mostraba la capacidad de descomponer la leche. Esta época estaba fechada menos de 2.000 años después de esta batalla.

Lo interesante es que este porcentaje se acerca al encontrado en países modernos de Europa central. En esa región, entre el 70 y 90% de los adultos posee la capacidad de descomponer la lactosa.

Esto para los científicos significó, que se llevó a cabo un cambio inusualmente rápido sobre el gen que controla la digestión de la leche. De acuerdo a los investigadores la presencia de este gen, otorgaba a los individuos de esa zona europea del pasado, un 6% más posibilidades de tener hijos que quienes no lo tenían.

Según los científicos, esta es una de las pruebas más sólidas de selección natural positiva observada en humanos.

Intolerancia a la lactosa y alergia a la leche de vaca

La intolerancia a la lactosa es un trastorno gastrointestinal, que ocurre principalmente por una deficiencia enzimática (enzima lactasa). El componente alimentario implicado es la lactosa, el principal carbohidrato digerible presente en la leche de mamíferos (incluyendo la humana).

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Por lo general, suele presentarse a los cinco o seis años de edad, siendo una patología irreversible. Se presenta al consumir dosis de gramos de lactosa y se manifiesta generalmente mediante una serie de síntomas gastrointestinales.

A su vez, la alergia a la leche de vaca es una reacción donde interviene el sistema inmune. Esta condición, suele superarse muchas veces entre los dos y cinco años de edad.

Se manifiesta con el consumo de dosis ínfimas (nanogramos o miligramos) de proteína de la leche de vaca, siendo la caseína la más abundante. Sin embargo, existen otras, tales como: lactoferina, β-caseína y lactoalbúmina.

Los procesos alérgicos que se observan pueden ser mediados por un marcador de alergia conocido como Inmunoglobulina E (IgE). En estos casos se presenta urticaria, angioedema a nivel de lengua, labios, paladar y prurito en la cavidad oral. Se observan también, dolores abdominales, náuseas y procesos diarreicos.

5 signos y síntomas de la intolerancia a la lactosa

Como se vio anteriormente, la intolerancia a la lactosa es una patología irreversible, que esta muy vinculada a componentes genéticos. Sin embargo, se pueden generar algunos casos de intolerancia como consecuencia de una intervención quirúrgica en el sistema gastrointestinal.

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Vale destacar, que ciertas infecciones víricas y bacterianas pueden causar también una intolerancia a la lactosa temporal. En cualquiera de los casos, dentro de los síntomas más frecuentes podemos mencionar:

1. Distensión abdominal

Este proceso es muy común tanto en niños como adultos. Esto ocurre, porque la lactosa al pasar intacta sin ser digerida, llega al colon. En donde la microbiota fermenta la lactosa y la descompone en los gases hidrógeno, dióxido de carbono y metano. Además de ello, produce también compuestos volátiles denominados ácidos grasos de cadena corta.

Estos gases al acumularse, al igual que la cantidad de agua en el colon, provocan hinchazón o distensión abdominal.

2. Dolor estomacal

El incremento de gases y agua a nivel del intestino grueso o colon, genera retorcijones y dolor abdominal. Por lo general, la molestia se refleja en la zona que se encuentra alrededor del ombligo y la parte inferior del mismo. El dolor habitualmente se localiza alrededor del ombligo y en la mitad inferior del vientre.

Sin embargo, se debe aclarar que este dolor es un síntoma que también puede presentarse por efecto de otros escenarios. Entre ellos, comer en exceso, presencia de infecciones y otros tipos de malabsorción, empleo de algunos medicamentos y ciertas enfermedades.

3. Procesos diarreicos

La diarrea puede ser considerada un síndrome caracterizado por el incremento en la frecuencia de las heces, además de la disminución de su consistencia. Clínicamente, se considera diarrea cuando se presentan heces líquidas o acuosas en más de tres ocasiones en un día. También, cuando se evacúa más de 200 gramos de heces en un periodo de 24 horas.

Por lo general, la intolerancia a la lactosa provoca diarrea debido al incremento del volumen de agua en el colon, acarreando un mayor contenido de líquido en la masa fecal. Este efecto, se observa con mayor frecuencia en bebés y niños menores de cinco años.

4. Incremento de la producción de gases

Como se mencionó anteriormente, la fermentación de la lactosa incrementa la producción de gases como dióxido de carbono, metano e hidrógeno.

Incluso se ha observado, que en quienes poseen intolerancia a la lactosa la microflora del colon incrementa su eficiencia para fermentar la lactosa en ácidos y gases. Esto produce un incremento mayor de lactosa fermentada, acarreando una mayor flatulencia.

Cabe destacar, que los gases producidos por fermentación de lactosa no generan olores desagradables, más si sonidos intestinales o borborigmos. En cambio, la descomposición de ciertos alimentos como las proteínas, si genera flatulencias con olores molestos.

De acuerdo a los expertos, 50% de los gases a nivel del sistema digestivo, provienen de aire que se traga. De ahí la importancia de implementar ciertas estrategias para evitar esto, especialmente si somos intolerantes a la lactosa. Entre estas medidas sencillas, destacan:

  • Evitar fumar
  • No masticar chicles ni comer caramelos (los que son sin azúcar y contienen edulcorantes, producen mayor cantidad de gases)
  • Mantener una higiene bucal adecuada
  • Masticar despacio y adecuadamente los alimentos
  • Evitar hablar en exceso mientras se come
  • Descartar la ingesta de bebidas carbonatadas
  • No tomar bebidas en posición acostada
  • No acostarse recién terminando de comer.

5. Estreñimiento

Como se ha podido ver,  cuando la lactosa se fermenta produce entre otros, el gas metano. Este gas es capaz de disminuir la velocidad de los alimentos, alargando el tiempo empleado en desplazarse a nivel intestinal. Este desequilibrio puede desencadenar procesos de estreñimiento, siendo menos frecuente en intolerantes a la lactosa que la diarrea.

Concluyendo

La intolerancia a la lactosa es un proceso que depende en gran medida de una capacidad genética. A nivel mundial, un 70% de la población adulta posee una expresión limitada de la enzima lactasa, pudiendo variar entre regiones y países.

Así, en función de la cantidad de lactosa ingerida y la actividad de la lactasa, se observan ciertos síntomas. A diferencia de la alergia a la leche de vaca, no se producen manifestaciones mediadas por la Inmunoglobulina E (IgE). Es decir, no se observan reacciones alérgicas sino reacciones vinculadas mayormente al sistema gastrointestinal.

Dentro de ellos destacan: estreñimiento, producción de gases intestinales(flatulencia), distensión abdominal, diarrea y dolor abdominal. Por lo general, el tratamiento de primera línea para la intolerancia a la lactosa es la reducción o eliminación de lactosa dietética, hasta que desaparezcan los síntomas.

Se realiza también la suplementación de la lactasa, además de generar la adaptación del microbioma intestinal, incluyendo probióticos.

A fin de no padecer de patologías por efecto de la supresión de los nutrientes aportados por la leche, se sugiere emplear sustitutos lácteos enriquecidos. Asimismo, es importante emplear productos lácteos deslactosados e incluir suplementos. Es importante observar muy bien las etiquetas a fin de ser más eficientes.

Para Rose esta información que recibió, la cual comparto en el post, fue muy positiva. Me comentaba, que efectivamente corroboró que su caso era tal como yo le había dicho, una intolerancia transitoria. Por ello, decidió incorporar gradualmente productos lácteos con bajo nivel de lactosa, como ciertos quesos naturales, a saber Cheddar y Colby, además de yogur natural.

De acuerdo a lo que me notificó hace poco, al cabo de un mes y medio ya había recuperado nuevamente su tolerancia a los lácteos.

“Si ingieres lactosa con una intolerancia, los síntomas de malestar pueden durar entre 30 minutos y dos días mientras el alimento pasa por tu organismo. Sin embargo, la mayoría de las veces los síntomas se resuelven en pocas horas.”

Dra. Rabia De Latour

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